El motivo por el que en Bolonia jamás comen espaguetis a la boloñesa
Italia es uno de los países más fascinantes del mundo, no solo por su historia y cultura, sino también por su exquisita gastronomía. Los espaguetis a la boloñesa son uno de los platos más apreciados, pero, curiosamente, no los comen en Bolonia. Es cierto que la salsa nació en esta ciudad ubicada al norte del país, pero hay una razón de peso por la que nadie la pide allí con espaguetis.
Bolonia, una ciudad del norte de Italia, es conocida por ser la capital de la región de Emilia-Romaña y por su bien conservado casco antiguo medieval, el segundo más grande de Europa después de Venecia.
La curiosa razón por la que en Bolonia no comen espaguetis a la boloñesa
Un conocido cocinero explica que el motivo es que los espaguetis no combinan con esta salsa, ya que no se empapan bien en ella. En su lugar, la salsa de carne molida, que en Italia recibe el nombre de ragú se sirve con tallarines: tallarines al ragú. «Los tallarines son una pasta fresca al huevo hecha a mano y porosa, por lo que absorbe todo el sabor del ragú», asegura.
Tallarines y espaguetis
Los tallarines y los espaguetis son dos variedades populares de pasta con diferencias distintivas que afectan el resultado final de los platos. Los tallarines son más planos y anchos, lo que les otorga una textura suave y tierna ideal para salsas más densas y pesadas.
Por otro lado, los espaguetis son largos, delgados y cilíndricos, con una textura más firme y resistente. Originarios del sur de Italia, son ideales para salsas más ligeras y aceitosas, como la carbonara o la pesto.
En la preparación, los tallarines requieren un tiempo de cocción ligeramente diferente debido a su mayor superficie, mientras que los espaguetis deben ser cuidadosamente removidos durante la cocción para evitar que se agrupen. En cuanto a las salsas, los tallarines son ideales para salsas densas y cremosas, mientras que los espaguetis combinan con salsas más ligeras y que se adhieren bien a la pasta.
Salsa ragú
El ragú es una salsa tradicional italiana, cuyo origen proviene del término francés «ragouter», que significa «abrir el apetito». Fue llevada a Italia en la época de los romanos y se popularizó en Bolonia, convirtiéndose en la salsa más emblemática del país. Se trata de una mezcla de estofado de carne con una base de tomate concentrado, que se acompaña tradicionalmente con tallarines frescos.
Sus ingredientes principales incluyen carne para guisar (tradicionalmente de buey), tomates, verduras (zanahoria, apio, cebolla), vino blanco, pimienta negra y nuez moscada. Aunque es conocida por acompañar a los espaguetis, en Italia se utiliza más en otros platos como pizza, lasaña o gnocchi.
La salsa ragú se diferencia de la boloñesa en su textura más espesa debido a una mayor cantidad de tomate, el uso de vino tinto en lugar de blanco, y el empleo de trozos desiguales de carne en lugar de carne picada.
Para prepararla, se realiza un sofrito con las verduras, se añade la carne y se cocina hasta que pierde el tono rosado. Luego se agrega el vino tinto, se deja evaporar, se añade el tomate y se deja cocinar a fuego lento durante aproximadamente una hora y media.
Los consejos clave para preparar una buena salsa ragú incluyen el uso de ingredientes de calidad, respetar los tiempos de cocción y servirla con pastas finas y largas. Con estos pasos, se puede obtener una salsa deliciosa y versátil que realza cualquier plato.
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Las salsas más conocidas de la cocina italiana
Aquí tienes una selección de las mejores salsas italianas.
Comenzando con la salsa pesto, que destaca por sus ingredientes básicos como piñones, albahaca, ajo, aceite de oliva y queso parmesano, aunque puedes personalizarla con diferentes frutos secos y tipos de queso.
La salsa arrabiata es una preparación típica de Roma, con tomate, ajo, aceite de oliva y guindilla para un toque picante.
La salsa gorgonzola, hecha con queso italiano azul, es rica y cremosa, ideal para acompañar diversas recetas.
La salsa carbonara es otra opción, que se distingue por su simplicidad, utilizando solo huevo, panceta o guanciale, sal y pimienta.
Por otro lado, la salsa boloñesa es una de las favoritas, versátil y perfecta para acompañar casi cualquier tipo de pasta.
La salsa amatriciana ofrece una variante de la salsa de tomate, agregando beicon o guanciale, y pecorino, un queso curado elaborado con leche de oveja.
La salsa Alfredo es conocida por su textura cremosa y sabor a queso, mientras que la salsa putanesca agrega un toque picante con ingredientes como aceitunas, alcaparras y anchoas.
Finalmente, la salsa marinara, a base de tomate, ajo, cebolla y hierbas aromáticas, es otra opción clásica y versátil para complementar los platos de pasta.