La leyenda de la Cruz de Caravaca y su importancia en el cristianismo
Ya os hemos contado que hay objetos que tratan de probar la existencia de Jesús de Nazaret. Hay muchos documentos que hablan sobre él, la Biblia es el más icónico, pero no hay pruebas reales de que obrase milagros. Sí que pudo haber existido un hombre que se llamó Jesús y que fue el origen del cristianismo. Incluso que fue crucificado. Y un ejemplo de esto último es la Cruz de Caravaca.
Este objeto es una reliquia para el cristianismo. Se piensa que guarda un pedazo de la cruz en la que murió Jesús, y que fue encontrada por Santa Elena. Esta reliquia se encuentra en la Basílica del Real Alcázar de la Vera Cruz, en Carava de la Cruz (Murcia). Está considerada como patrimonio religioso por parte de la Real e Ilustre Cofradía de la Santísima y Vera Cruz de Caravaca.
La leyenda de la Cruz de Caravaca
Según cuentan, la Cruz de Caravaca estuvo en posesión del patriarca de Jerusalén. El relicario apareció en Caravaca cuando un clérigo, en épocas de Al-Andalus, fue a dar misa, pero solicitó un crucifijo para poder darla. Entonces aparecieron dos ángeles para entregársela. Años más tarde, Murcia fue tomada por los cristianos, quedando bajo el reinado de Fernando III. La cruz pasó a formar a parte de las banderas que portaban los que luchaban contra los musulmanes.
La cruz original fue robada en 1934, y nunca se supo más de ella. Tras la Guerra Civil, el papa Pío XII entregó a Caravaca un nuevo Lignum crucis, que es la que se puede encontrar ahora en el templo.
Pese a ser algo único de esta región, la Cruz de Caravaca es un símbolo muy importante en el cristianismo. No solo en Europa, sino que en Sudamérica se usa en la santería y el vudú. Sobre todo como método para llevar a cabo los rituales.
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