Hostelería

Impacto total en bares y restaurantes: estos envases desaparecen para siempre

Bares y restaurantes
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

La sostenibilidad está ganando cada vez más terreno en todo el mundo, y Europa no es la excepción. En un contexto marcado por la lucha contra el cambio climático, la Unión Europea ha decidido dar un paso firme con la implementación de una nueva normativa que afectará directamente a bares, restaurantes y otros establecimientos de hostelería. El reglamento, conocido como el PPWR (Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases), busca reducir significativamente el uso de plásticos de un solo uso en la industria de la alimentación y la restauración, favoreciendo la transición hacia un modelo más sostenible.

Este cambio, que entrará en vigor en 2026, implica la eliminación de envases monodosis que habitualmente se usan en los servicios de comida, como los sobrecitos de azúcar, las porciones individuales de mantequilla, las mermeladas o las salsas. Aunque la medida se presenta como una forma de reducir el impacto medioambiental de estos productos desechables, también trae consigo una serie de retos para el sector de la hostelería, que deberá adaptarse rápidamente a estas nuevas exigencias.

Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases

La prohibición de los envases desechables en bares, restaurantes y hoteles, tal y como establece el nuevo reglamento de la UE, no es una medida aislada, sino parte de un esfuerzo más amplio para hacer frente a la crisis ambiental que afecta al planeta. La acumulación de residuos plásticos ha alcanzado niveles alarmantes, y los envases de un solo uso, que se utilizan de forma masiva en la hostelería, son una de las principales fuentes de contaminación.

De acuerdo con el informe de la Comisión Europea, cada año se generan millones de toneladas de residuos plásticos, de los cuales una gran parte proviene de envases de productos alimentarios y bebidas. Esto no sólo tiene un impacto directo en la salud de los ecosistemas, sino que también contribuye al agotamiento de recursos naturales, como el petróleo, necesario para la fabricación de estos plásticos.

Por ello, la Unión Europea ha decidido tomar cartas en el asunto y, a través de la nueva normativa PPWR, busca frenar este problema, promoviendo el ecodiseño, la reutilización y el reciclaje.

El reglamento establece que todos los envases deben ser reciclables o reutilizables para el año 2030, lo que implica un cambio profundo en la forma en que las empresas de hostelería producen y gestionan sus productos. El objetivo es minimizar la huella de carbono de la industria y fomentar una economía circular que permita que los recursos sean aprovechados de manera eficiente y sostenible.

En este contexto, la UE no sólo busca reducir el uso de plásticos de un solo uso, sino también eliminar los productos que no se pueden reciclar o reutilizar de manera efectiva. Esto implica una revisión completa de los sistemas de envasado, almacenamiento y distribución en el sector hostelero, que deberá adaptarse a las nuevas exigencias de la normativa.

Desafíos y soluciones para los establecimientos de hostelería

La transición hacia un modelo sin envases desechables presenta una serie de retos logísticos y económicos para los establecimientos de hostelería. En primer lugar, los bares y restaurantes deberán invertir en nuevos sistemas de dispensación, que sustituyan los tradicionales envases monodosis.

Por ejemplo, en lugar de ofrecer sobrecitos individuales de azúcar o de mermelada, los establecimientos deberán utilizar dispensadores o recipientes reutilizables, lo que requiere una inversión inicial en infraestructuras adecuadas. Además, esto podría suponer un aumento en los costes operativos, ya que los establecimientos tendrán que adaptarse a nuevas formas de almacenamiento y distribución de productos.

Otro de los grandes desafíos será garantizar que los nuevos sistemas de dispensación cumplan con los estándares de higiene y seguridad alimentaria. En el caso de los buffets de desayuno en los hoteles, por ejemplo, la eliminación de los pequeños envases de mantequilla, mermeladas o aceites podría complicar la gestión de la limpieza y la reposición continua de estos productos.

Los hosteleros deberán implementar estrictos protocolos de higiene, que incluyan la limpieza frecuente de los dispensadores y recipientes reutilizables, para evitar posibles riesgos sanitarios. Además, los camareros y el personal de limpieza deberán recibir formación específica sobre cómo manejar estos nuevos sistemas y cómo garantizar que los productos se mantengan frescos y en condiciones óptimas.

La experiencia del cliente también podría verse afectada por estos cambios. Los consumidores están acostumbrados a recibir porciones individuales y a utilizar envases desechables, lo que hace que algunos puedan sentirse incómodos con la idea de compartir recipientes colectivos. Por ello, es fundamental que los establecimientos comuniquen de manera clara las razones detrás de estos cambios y resalten el compromiso con la sostenibilidad.

En definitiva, el Reglamento sobre Envases y Residuos de Envases (PPWR) marca un cambio fundamental en la forma en que la hostelería y otros sectores gestionan los envases y los residuos. La clave para el éxito será la adaptación a los nuevos requisitos, la inversión en infraestructuras adecuadas y la formación del personal.

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