Estás perdiendo dinero: el uso que nunca le has dado a las pastillas del lavavajillas

Hay muchísimos elementos que todos tenemos en casa a los cuales podemos dar un uso completamente diferente para el que están pensados. Por ejemplo, la leche es excelente para limpiar y darle brillo a los azulejos del baño y el papel de periódico deja los cristales impecables, sin marcas ni pelusas. Las pastillas del lavavajillas también tienen un uso cuanto menos sorprendente: limpiar el horno.

Sin lugar a dudas, es uno de los electrodomésticos más difíciles de limpiar por la grasa que se acumula en su interior. Desincrustarla muy complicado y requiere un gran esfuerzo, pero gracias a las pastillas del lavavajillas podemos hacer esta tarea de forma muy sencilla. Los pasos a seguir son los siguientes:

• Llenamos un recipiente con agua caliente e introducimos una pastilla del lavavajillas para que se disuelva.
• Con la ayuda de un trapo empapado en la mezcla, retiramos la grasa del horno. Con una simple pasada y sin necesidad de frotar demasiado, la grasa saldrá por sí sola.
• ¡Y listo! De esta manera, el horno queda impecable, sin suciedad ni grasa. En función de la frecuencia con la que utilicemos este electrodoméstico, podemos repetir el proceso una vez por semana o cada dos semanas.

Otros usos de las pastillas del lavavajillas

El horno es el elemento más crítico de la cocina en cuanto a suciedad se refiere, al igual que en el baño lo es el inodoro. Pues bien, las pastillas del lavavajillas también pueden ayudarnos en esta tarea. Tiramos la pastilla en el interior del inodoro, añadimos agua caliente y en unos pocos minutos queda como nuevo.

La freidora de aire se ha convertido en uno de los electrodomésticos más populares del momento. Cocinar en ella es muy cómodo y sencillo y, además, los platos son mucho más sanos porque no tienen aceite. Las pastillas del lavavajillas también son una solución muy práctica para limpiar el depósito:

• Llenamos tres cuartas partes del depósito con agua templada y añadimos una pastilla.
• Ponemos la freidora en funcionamiento durante 10 minutos a 90 grados.
• Una vez transcurrido el tiempo, la limpiamos como hacemos habitualmente. La grasa se despegará sola, así que podremos hacerlo en unos pocos minutos y sin ningún esfuerzo.

Este mismo truco nos sirve para las sartenes y las cazuelas. Simplemente, las llenamos de agua, metemos la pastilla del lavavajillas y dejamos que el agua hierva. Apagamos el fuego, dejamos que el agua se enfríe y retiramos.