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El sorprendente origen del pretzel, el dulce de la realeza

El sorprendente origen del pretzel, el dulce de la realeza
El sorprendente origen del pretzel, el dulce de la realeza

Aunque ya nos hemos acostumbrado a verlos en las tiendas, realmente la mayoría de nosotros sabemos poco sobre el origen del pretzel, más allá de esa figura tan característica que tienen, la misma que nos permite distinguirlos de otros productos, y que ha dado lugar a su adopción en distintas expresiones culturales, incluso con algún capítulo de Los Simpsons dedicado a ellos.

En cualquier caso, si nunca te has preguntado de dónde vienen, déjanos contarte que son originarios de la actual Alemania, donde se les considera algo así como un orgullo nacional, y se preparan de diferentes formas, incluyendo tanto saladas como dulces, como comida, postre o complemento.

Pero, ¿cómo aparecieron los pretzels?

Antaño, si nos remontamos al siglo VI, encontramos el verdadero origen del pretzel, que debió surgir, a tenor de los datos conservados, en alguna zona de la actual Alemania, Italia o Francia.

Es decir, no sabemos exactamente dónde se originó, pero sí que era un alimento importante para los nobles que, de hecho, reservaban para las celebraciones más elegantes de la época.

La primera vez que se oye hablar del pretzel en un texto escrito es en el Hortus deliciarum, una enciclopedia ilustrada que recopiló una mujer en el siglo XII en la que se recogen descripciones de alimentos y platos de la época.

Según parece, el pretzel era una especie de emblema del gremio de los panaderos europeos que durante siglos fueron perfeccionando, ya que fue un símbolo de alto nivel. Era un producto que horneaban con mimo hasta que estuviera perfecto.

A tenor de las informaciones que tenemos, y según los expertos culinarios que han seguido la gastronomía histórica y la han estudiado con detalle, se observa que el pretzel fue tan importante como lo podía ser el pescado, al que era difícil llegar si no se estaba cerca de la costa.

También se hace alusión a su historia como su nombre original, brezel, procedente del latín bracellus, que quiere decir brazo pequeño. En esta configuración se encuentra sobre todo en la región de Baviera, en Alemania.

Además, se considera que durante el siglo VIII fue un alimento asociado a la religión cristiana, ya que los monjes del sur alemán lo fabricaban y lo daban como premio a los niños que se sabían bien las oraciones.

Así pues, no sabemos exactamente su origen, pero todos los datos obtenidos indican que fue un producto delicado y muy bien considerado siglos atrás.

Una de las principales teorías dice que este alimento surgió a comienzos del siglo VII, en tiempos en que los monjes italianos solían preparar bocadillos de masa horneada con formas especiales. Entre ellas, los brazos cruzados o las manos juntas, que son típicas de quienes rezan a Dios y los santos. Tradicionalmente, esos bocadillos eran regalados a los menores por su buena conducta, por lo que significaban una gran alegría.

Con el paso de los años, esa figura horneada que representaba la cercanía del cielo con la tierra, comenzó a tener connotaciones más relacionadas con la buena suerte y la prosperidad, que ya no necesariamente estaban asociadas sólo a lo divino, sino también a las creencias más mundanas.

Al no necesitar para su elaboración de leche y huevo, que escaseaban en diversas temporadas, pronto los pretzels se convirtieron en los preferidos de buena parte de la población europea. Incluso, se especula con que la palabra pretzel viene del latín “Bracellae”, que podría traducirse como “brazos pequeños”, por la forma de la golosina que conquistaba a todos en el viejo continente.

Famoso en todo el mundo, su desembarco en América no se produjo antes de los siglos XVIII o XIX, siendo rápidamente apropiado por las sociedades locales, más que nada la norteamericana, donde hoy en día forma parte de la mayoría de los grandes eventos deportivos, ya sea béisbol o fútbol americano.

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