La pintura de Pablo Lázaro conecta tierra, mar y horizonte

La exposición incluye obras de sus series Originaria, Huella Ardiente y Horizontes Inciertos en las que trabaja la materia, las capas y las atmósferas del rastro vital.

La pintura de Pablo Lázaro conecta tierra, mar y horizonte

Pablo Lázaro recurre a la materia y a sus conexiones, como si quisiera establecer una alianza alquímica con ella y así poder alcanzar todas sus posibilidades creativas. Logra crear una tensión telúrica que se plasma en su obra. Porque Lázaro, quiere expresar cómo la pintura capta el poder de la materia y de los elementos. Y dejar que la propia pintura siga su proceso. El resultado se observa en las 8 obras que componen su  exposición en el Espacio Mados de Madrid, donde arena, yeso, pigmentos, óleo y acrílico, cartón, acuarelas y lápices se funden.

Lázaro se formó artísticamente en Madrid (Estudio Sotomesa y Círculo de Bellas Artes), Nueva York (New York Studio School) y París (École de Beaux Arts y la Grande Chaumière). Actualmente vive entre Cuenca, donde tiene su taller, y la costa vasca francesa. Su pintura transita entre diversos mundos, buscando ser testigo del paso de la vida.

Lázaro es nieto del pintor Antonio Saura, referente del arte informal. En su obra se encuentra también la necesidad de impregnarse de materia, de estirar el sentido de la realidad y de fluir con los elementos tierra, mar y aire; y por extensión con el resto de sus sustratos. La búsqueda artística y matérica de Lázaro persigue el rastro de los tiempos.

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