La música electrónica es arte y las autoridades de Chicago lo reconocen aprobando una reforma legislativa
La ciudad norteamericana de Chicago ha reconocido, después de un intenso debate en el que han participado numerosos agentes sociales, las actuaciones de DJs como manifestaciones artísticas y culturales. Este reconocimiento viene de la mano de exenciones en el pago de tasas impuestas a los espectáculos de entretenimiento.
Esta noticia viene después de que el pasado mes de agosto un oficial de audiencias del condado de Cook, al que pertenece la ciudad del viento, comunicaba que todos aquellos clubs con aforo inferior a 750 personas deberían pagar la tasa del 3% que tienen que pagar todos aquellos espectáculos culturales en vivo. Una tasa de la que están exentos teatros o museos, por ejemplo.
Este afán recaudatorio se basaba en la actual legislación que exenta de impuestos a «parte de las bellas artes, como el teatro en vivo, música, ópera, drama, comedia, ballet, moderno o danza tradicional, y lecturas de libros o poesía «, una concepción de las artes, y sobre todo de la música, anclada en el pasado sin contemplar la evolución histórica de las mismas.
La noticia escandalizó a la comunidad amante de la música electrónica. Lo que para ellos es una manera de hacer música tan artística como la de cualquier compositor de música clásica, se ponía en tela de juicio por las autoridades. Una medida que también fue duramente criticada por la prensa, como el Chicago Tribune que elaboró un editorial acerca del tema posicionándose a favor de la reforma y de otorgarle el reconocimiento de arte a la música electrónica, no mero entretenimiento.
Célebres clubs como el Evil Olive, entre otros, protestaron por aquellas medidas, y a ellos se unió John Fritchey, militante del partido demócrata y miembro de la junta de comisionados del condado de Cook, que tenía la esperanza de que esto se resolviese a gusto de todos.
Tras varios encuentros con el comisionado del condado, fue el propio Fritchey quien anuncio en su cuenta de Facebook que había llegado a un acuerdo. A partir del próximo 26 de octubre, fecha en la que se hará efectiva la modificación de la legislación, las actuaciones de los DJs serán consideradas arte a todos los efectos, con los beneficios fiscales que ellos acarrea y los privilegios legislativos en los que se ampara la Cultura para no ser vapuleada por intereses o ideas personales.
Chicago es considerada una de las ciudades más avanzadas de los Estados Unidos. Pero en lo que a la música electrónica se refiere, esta urbe es consideraba la cuna del house, estilo musical que ahora es tan popular en todo el mundo. Fue una discoteca llamada ‘The Warehouse’ (‘El Almacén’ en inglés) la que comenzó a difundirlo y a convertirlo en el ‘leitmotiv’ de la ciudad. Es esta cultura la que ha encumbrado a grandes DJs como Ron Harly o Frankie Knuckles, ahora convertidos en representantes indiscutibles. Aunque no todo es echar la mirada al pasado, hoy en día la escena de la música electrónica se rinde a los pies de grandes DJs nacidos en Chicago como Green Velvet o Felix da Housecat, entre otros muchos.
Esta noticia se une a las que ya este año han alegrado a la escena electrónica. Recientemente, la meca del techno, el club berlinés Berghain, obtenía el reconocimiento cultural por parte del Gobierno Federal de Alemania, elevando al local aun más alto de lo que ya estaba. A su vez, el Gobierno de Viena anunciaba, también este año, que a partir de 2017 ningún club tendrá que pagar las tasas a las que están sujetas los espacios de entretenimiento porque consideraban que estos clubs constituyen parte de la cultura nacional.
Poco a poco, los diferentes países se dan cuenta de la realidad y de que la música electrónica es mucho más que pura fiesta sinsentido. Las autoridades comienzan a ver, además del negocio que conlleva esta cultura de la electrónica, lo artístico en el trabajo de un buen y profesional DJ.
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