Gastronomía

Prueba el chivito, bocadillo típico de Valencia y su opinión no deja dudas: «Es un señor…»

Chivito
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Hay comidas que se disfrutan con los cinco sentidos, y en Valencia, ese lugar lo ocupa un clásico: el chivito. No se trata de un simple bocadillo más, sino de una manifestación de intenciones en forma de pan crujiente relleno de capas generosas y contundentes que van desde la mayonesa untada con cariño hasta el huevo frito que corona como bandera.

El origen del chivito se remonta a los años 80 y 90 en bares y cafeterías de la Comunidad Valenciana, cuando el bocadillo pasó de ser una comida propia de los colegios a convertirse en protagonista de comidas y cenas familiares.

Chivito, el bocadillo típico de Valencia

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El primer paso consiste en untar mayonesa en el pan. Después el turno de llega la lechuga fresca, y el siguiente movimiento es casi automático: colocar unas rodajas de tomate bien maduro. Pero si hay un ingrediente que define el alma del chivito, ese es el lomo de cerdo. Encima, una capa de queso fundido; puede ser queso manchego semicurado, que aporta carácter, hasta opciones más suaves que simplemente se derriten y envuelven la carne con cremosidad. Y entonces llega la estrella crujiente: el bacon. El chivito valenciano no sería lo mismo sin su coronación: dos huevos fritos colocados encima.

Aunque a menudo toda la atención se la llevan el lomo, el bacon o los huevos fritos, lo cierto es que el pan es el auténtico sostén del chivito. En Valencia lo más común es encontrarlo con una barra crujiente. Otro clásico es el pan de pueblo, perfecto para quienes buscan un bocado más contundente.

En locales modernos, no falta la chapata, con su característica textura ligera, que aporta un contraste interesante frente al relleno generoso del chivito. En cualquier caso, el pan tiene que ser firme por fuera para que no se deshaga en cuanto la yema del huevo empiece a mezclarse con la mayonesa, pero lo bastante esponjoso por dentro para integrarse con los ingredientes.

El resultado es un bocadillo donde todo encaja: la frescura de la lechuga y el tomate equilibra la contundencia del lomo, el bacon aporta sal y crujido, el queso se funde con la carne y el huevo lo unifica todo en una orgía de sabor. Y lo mejor de todo es que, pese a su intensidad, el chivito no empalaga. Tiene ese punto de equilibrio que lo convierte en un bocado redondo.

«Desde su llegada a Valencia, el chivito ha experimentado una serie de modificaciones que han contribuido a su popularidad. La versión valenciana suele incluir filete de lomo de cerdo en lugar de vacuno, acompañado de ingredientes como lechuga, tomate, huevo, jamón, queso y, en muchos casos, patatas fritas. A lo largo de los años, el chivito ha evolucionado para incluir variantes con ingredientes adicionales como pimientos, mayonesa y diversos tipos de quesos, o una variante con pechuga de pollo. Esta flexibilidad en los ingredientes ha permitido que el chivito se adapte a los gustos de diferentes generaciones, manteniéndose relevante y popular», explica Hoy Valencia.

Para los valencianos, forma parte de su identidad. Sin embargo, quienes lo prueban por primera vez quedan realmente sorprendidos por su contundencia. «Esto no es un bocadillo, es una comida completa», comenta más de un turista.

Otros bocadillos de España

Más allá del chivito de la Comunidad Valenciana, en España hay otros muchos bocadillos icónicos:

  • Nacido en Sevilla en los años 70, el serranito se ha convertido en el bocadillo andaluz por excelencia. Se compone de lomo de cerdo o pollo a la plancha, acompañado de jamón serrano y un pimiento frito verde. En muchos bares se sirve además con una rodaja de tomate y mayonesa
  • En Madrid, el rey es el pepito de ternera. Se trata de un bocadillo compuesto por un filete de ternera a la plancha dentro de una barra de pan bien crujiente.  La carne debe ser de buena calidad, jugosa y tierna.
  • Pocos bocadillos tienen tanta fama internacional como el bocadillo de calamares de Madrid: pan fresco relleno de anillas de calamar rebozadas y fritas, a veces acompañadas de un poco de alioli o mayonesa.
  • En tierras valencianas también es famoso el blanco y negro, un bocadillo tan sencillo como popular. Se compone de dos embutidos tradicionales: la longaniza blanca y la morcilla negra.
  • Si viajamos a Málaga, encontramos el campero, un bocadillo que e elabora con un pan especial, similar a un mollete, y se rellena de jamón cocido, queso, lechuga, tomate y mayonesa, al que luego se le pueden añadir otros ingredientes como pollo, atún o bacon.
  • Finalmente, la brascada, también muy popular en Valencia, es un bocadillo que lleva filete de ternera a la plancha, jamón serrano y cebolla pochada. La brascada suele considerarse más elegante que el chivito, quizá porque prescinde del huevo frito y del bacon.

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