El estado catalán que reivindica Junts: una república de Valencia a Marsella con Barcelona de capital
El estado catalán que reivindican los independentistas de Junts per Cataluña es una república, con Barcelona como capital, que transcurre desde Valencia hasta Marsella y de Zaragoza a Tolosa de Languedoc (Toulouse, en Francia). Así, se desprende la ponencia política que el partido presentó a su congreso de 2022 a la que ha tenido acceso OKDIARIO y que deja clara cuál es la hoja de ruta del independentismo, que implica, según lo relatado, hasta tres autonomías: la catalana, la valenciana y Aragón. Sin olvidar una cuarta que para los propios independentistas también forma parte de lo que ellos denominan los países catalanes: Baleares.
De hecho, mientras los socialistas han presidido los gobiernos de la Comunidad Valenciana y las Baleares, las iniciativas conjuntas con Cataluña han sido constantes. Entre ellas, la de una plataforma audiovisual con contenidos en catalán. Pero, también, han sido un reguero permanente las subvenciones a plataformas catalanistas.
La ponencia de Junts en su Congreso de 2022 toma ahora actualidad de nuevo, en pleno proceso negociador de la izquierda con el prófugo Carles Puigdemont para dilucidar quién presidirá el próximo gobierno de España, para el que los siete votos de Junts son decisivos. Un apoyo de los independentistas catalanes a Sánchez garantizaría su continuidad pese a no haber ganado las elecciones.
Pero aceptar esos votos implica también pactar con un partido independentista cuya hoja de ruta está marcada por la autodeterminación y la independencia y en el que los objetivos están muy claros: una república catalana con capitalidad en Barcelona, que se extienda hasta Valencia y hasta Aragón: otras dos autonomías, gobernadas ahora por PP y Vox, que no comparten esa idea.
Capitalidad de Barcelona
La citada ponencia de Junts sobre el futuro estado catalán dedica cuatro páginas, de la 39 a la 42 de un total de 73, a hablar de los países catalanes y de la capitalidad de Barcelona en esa república catalana. Las dos ideas están divididas a su vez en dos epígrafes. Por tanto, la ponencia dedica cuatro páginas a definir cuál es su idea sobre un hipotético territorio independiente catalán más allá de las fronteras de la propia autonomía y su capitalidad.
En el segundo de esos epígrafes mencionados, el que dedica a la capitalidad de Barcelona, Junts sostiene en su párrafo clave que: «Barcelona ha de ser la capital de un estado catalán que articule una región europea que vaya de Valencia a Marsella, de Zaragoza a Tolosa de Lenguadoc y que interactúe con las grandes ciudades de la ribera sur del Mediterráneo, como Argel y Túnez, con voluntad de crear espacios de cooperación económica, social y cultural».
Países catalanes
Toda una declaración de intenciones que deja bien a las claras la idea del independentismo. Pero no lo es menos la parte referente a los países catalanes, contenida en el punto 2 de la citada ponencia. El título de ese punto 2 es Un Estado para un país mejor.
Y, ahí, Junts dice que: «Queremos reforzar los lazos entre todos nosotros porque reivindicamos que nuestra nación va más allá de las divisiones impuestas de la geografía administrativa española y francesa».
Y agrega que: «Los diferentes territorios que forman los países catalanes se ven separados por diferentes Estados y administraciones, aunque compartimos la misma historia, identidad, lengua y cultura».
Esta última parte, la de «diferentes Estados» se explica desde el ideario independentista porque para ellos una parte de esos países catalanes forma parte de Francia y otra España.
En el caso de España, se trata también de comunidades autónomas distintas. De ahí que Junts sostenga en la citada ponencia que esos territorios «se ven separados» por diferentes «administraciones». Cada uno, el de su autonomía.
La lengua
Otra clave es la referida a la lengua. El independentismo catalán entiende que todos los territorios de esos países catalanes «compartimos la misma lengua». Una idea que no es la de la Comunidad Valenciana, donde el Gobierno de Carlos Mazón y el propio Estatuto defienden que el valenciano es una lengua propia.
Los socialistas han pretendido buscar una solución intermedia: la propuesta por Ximo Puig a la presidenta del Congreso de los Diputados, la balear Francina Armengol, de denominar la lengua que afecta a estos dos territorios como catalán-valenciano.