Compromís entra en colapso tras abrirse otra guerra interna con la destitución de Mireia Mollà
A mediodía de ayer, la crisis estalló de nuevo en Compromís. La causa es una nueva guerra interna de uno de los partidos que conforman la coalición nacionalista: Iniciativa, el mismo que lideró Mónica Oltra hasta su dimisión. Esa crisis se ha abierto con la destitución de la consejera de Agricultura Mireia Mollà. Y todo ello, en la antesala de los procesos primarios internos. Se trata de un golpe de autoridad de la actual vicepresidenta primera del Gobierno valenciano Aitana Mas, pero a la vez de una declaración de guerra en toda regla hacia el sector de Mollà. La crisis de Compromís constituye un auténtico colapso interno, pero también en el Gobierno valenciano y aboca al presidente del Ejecutivo valenciano el socialista Ximo Puig a un tortuoso final de legislatura.
Compromís es socio de referencia de los socialistas en el Gobierno valenciano de Ximo Puig. Ya existe entre ambos la intención de reeditar el actual pacto de gobierno si la izquierda gana las elecciones, pero la coalición nacionalista está poniendo las cosas muy difíciles al presidente valenciano, que tras los últimos acontecimientos tiene un motivo más para adelantar los comicios y evitar que la sangría de votos de su socio afecte más a los 3 partidos del Gobierno valenciano.
La crisis de Compromís lleva consumidos 4 capítulos: uno, el caso Oltra, otro, la irrupción de Joan Baldoví como candidato a liderar las listas a la Generalitat Valenciana. Y el tercero, la decisión del juez del caso Oltra de prorrogar la investigación. El último y sorprendente por inesperado ha sido la destitución de Mireia Mollà.
Esta última, crea un cisma de proporciones aún mayores en Compromís. Mireia Mollà no mantenía relaciones muy fluidas en los últimos tiempos con los otros consejeros de Compromís. Criticó a Rafael Climent a cuenta del retraso de las Renovables e intentó, según algunas fuentes, negociar por su cuenta el presupuesto de su Consejería con otro consejero, el de Hacienda, que es socialista y hombre de confianza de Ximo Puig: Arcadi España. Y del que resulta muy extraño que dé un solo paso sin haberlo consultado con Puig. Es, además, su hombre en la dirección socialista de Pedro Sánchez.
Listas electorales
Mireia Mollà es de Elche y Aitana Mas, que es quien propuso su destitución, de Crevillente. Localidades que distan apenas unos pocos kilómetros en la comarca alicantina del Bajo Vinalopó. Lo lógico es que Aitana Mas sea la número 1 por Alicante en las listas electorales en virtud del cargo que ostenta. Pero si así era, relegaba a Mireia Mollà, al menos, al cuarto o quinto lugar de la lista, porque son listas de cremallera.
Esto es, si Aitana Mas, de Iniciativa, es la número 1, el 2 debe ser de Mes Compromís y varón, la número 3 de Los Verdes y mujer y, así, sucesivamente. Con lo cual, Mollà quedaba relegada, salvo que volviera al Ayuntamiento de Elche para quedarse allí, porque entrar en las listas para la Diputación de Alicante es complicado y a tenor de las encuestas no parece que su comarca pueda obtener representación.
Con su destitución, Aitana Mas deja a Mollà fuera del tablero político autonómico, porque a diferencia del ex consejero de Educación valenciano Vicent Marzà o la propia Oltra cuando salieron del Gobierno, ella no ostenta escaño en las Cortes Valencianas. Pero, además, la deja sin opciones para liderar, por ejemplo, la lista local de Elche. De modo, que el panorama actual es el siguiente: crisis interna entre Mes Compromís, por un lado, e Iniciativa y Los Verdes, por otro, que Baldoví quiere cerrar cuanto antes. Y crisis interna de Iniciativa, también.
Por ello, y por la intención de reeditar un tercer mandato es por lo que ayer tanto Puig como Mas apelaron constantemente a la unidad. En el Ejecutivo, sí. Pero también en Compromís por la parte que toca a Aitana Mas. Porque Compromís ha entrado en colapso con esta nueva e inesperada decisión. Y porque sospechan que Mireia Mollà no se va a olvidar de lo sucedido y sí va a plantar cara a quienes la han sacado de la primera línea y del tablero político autonómico. Una nueva guerra abierta. Y todo ello, en vísperas de unas Primarias en la coalición nacionalista de enorme trascendencia y que pueden convertirse en campo de batalla.