Prohibición del Bisfenol A (BPA): ¿por qué es peligroso este plástico?
La batalla contra los plásticos contaminantes no cesa. Lo nuevo es la prohibición del Bisfenol A en muchas partes del mundo. Toma nota.
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Desde que Canadá prohibió el uso de bisfenol A en los biberones para bebés en 2008, Europa ha impuesto diversas limitaciones para el uso de este plástico en alimentos, recibos de compra y juguetes. Sin embargo, mientras las regulaciones totales demoran en llegar, científicos franceses alertan sobre los efectos perjudiciales de este disruptor endocrino para la salud humana.
¿Dónde se encuentra el bisfenol A?
El bisfenol A (BPA) es un plástico duro, transparente y resistente al calor que se encuentra en muchos productos de uso diario, como los envases de alimentos, las botellas de agua, los recibos de compra, los revestimientos interiores de las latas de refresco y en el film transparente, entre otros.
Sin embargo, se ha descubierto que las partículas de este material pasan a los alimentos por el simple contacto y también pueden traspasar la barrera de la piel.
Canadá prohibió el uso de este plástico en los biberones, pero aún no se ha limitado su uso en otros productos. No obstante, en 2017, Statistics Canada encontró BPA en la orina del 81,5% de la población y los niveles más altos se encontraban en los niños y los jóvenes.
Estudios sobre el riesgo del BPA
Vincent Prévot, el director de investigación del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia, explica que el BPA se parece al estrógeno y puede afectar el desarrollo de los niños.
En un estudio, se halló que concentraciones muy bajas se relacionan con la enfermedad cardiovascular y el cáncer de mama. En otro, Prévot demostró que el BPA afecta las conexiones neuronales que controlan la función reproductiva.
Un estudio belga de 2016 mostró que dosis muy bajas de BPA impactan de forma negativa en el sistema reproductivo de las ratas bebé.
Prévot explica que, en nuestro organismo, las hormonas son secretadas en dosis muy bajas y, cuando hay exceso de un tóxico, el cuerpo se dice a si mismo que esto no tiene sentido y no lo tomará en cuenta. Por el contrario, dosis muy bajas tendrán un gran efecto en el organismo.
La investigadora Valérie Langlois, profesora del Instituto Nacional de Investigación Científica (INRS), indica que, pese a estas evidencias, para cambiar las regulaciones, se debe demostrar cómo esta molécula afecta al cuerpo, y esto es complicado. Si bien BPA imita a nuestras hormonas, no hay receptores para ellas en todo el cuerpo y sus efectos pueden ser muy diferentes.
Si a esto sumamos todos los contaminantes a los que los seres humanos estamos expuestos, es difícil aislar uno de ellos y tener pruebas contundentes sobre sus efectos.
Mientras tanto, recomienda evitar los biberones de plástico para bebés y los plásticos para bebidas y alimentos, volviendo a utilizar los de vidrio.
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