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«Podría haber billones»: encuentran nuevo hidrógeno verde bajo el Golfo Pérsico

Hidrógeno verde
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El Golfo Pérsico, históricamente vinculado a la producción de petróleo y gas, está ahora en el centro de una nueva revolución energética. A medida que el mundo avanza hacia fuentes de energía renovables y sostenibles, el hidrógeno verde se perfila como una alternativa clave para reducir las emisiones de carbono y diversificar las economías de los países de la región. Con abundante sol y viento, estos países tienen la oportunidad de liderar la producción de hidrógeno verde.

El hidrógeno verde no sólo representa una respuesta a la creciente demanda de energía limpia, sino que también ofrece una nueva vía para el desarrollo económico. Con inversiones estratégicas en infraestructuras y tecnología, las naciones del Golfo pueden convertirse en actores fundamentales en el mercado del hidrógeno, asegurando su relevancia en la transición energética mundial. Este recurso es una alternativa ecológica que abre nuevas oportunidades de negocio, al tiempo que permite reducir la dependencia de los combustibles fósiles.

Hidrógeno verde: una alternativa limpia y sostenible

El hidrógeno verde se produce mediante electrólisis, un proceso que separa el agua en hidrógeno y oxígeno utilizando electricidad proveniente de fuentes renovables. A diferencia del hidrógeno gris, generado a partir del gas natural con altas emisiones de dióxido de carbono, el hidrógeno verde es completamente libre de emisiones contaminantes. Esto lo convierte en una opción ideal para la transición hacia un sistema energético más sostenible.

La región del Golfo Pérsico tiene condiciones óptimas para la producción a gran escala de este recurso. Sus vastos desiertos reciben una radiación solar intensa, lo que facilita el desarrollo de parques solares masivos. Además, los fuertes vientos en algunas zonas permiten complementar la generación de electricidad renovable con energía eólica. La combinación de estas fuentes permite un suministro constante de energía limpia, fundamental para una producción eficiente y rentable de hidrógeno verde.

Inversiones y estrategias de los países del Golfo

Los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), en concreto Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Catar, han reconocido el potencial del hidrógeno verde y están apostando por su desarrollo. Estas naciones han comenzado a invertir en proyectos de energías renovables con el objetivo de reducir su huella de carbono y diversificar sus economías.

En Emiratos Árabes Unidos, por ejemplo, el Parque Solar Mohammed bin Rashid Al Maktoum en Dubái y la planta fotovoltaica de Sweihan en Abu Dabi están estableciendo nuevos récords en la producción de electricidad a bajo coste. Gracias a estos proyectos, el país puede generar una cantidad significativa de hidrógeno verde sin depender de combustibles fósiles. Se calcula que con sólo el 20% de la capacidad instalada de sus plantas solares, Emiratos Árabes Unidos podría igualar sus actuales ingresos por petróleo y gas a través de la producción de hidrógeno verde.

Arabia Saudita, por su parte, ha lanzado proyectos de gran envergadura en el sector de las energías renovables. La iniciativa más ambiciosa es la ciudad futurista de NEOM, donde se está construyendo una de las mayores plantas de hidrógeno verde del mundo. Con un presupuesto de miles de millones de dólares, esta instalación utilizará energía solar y eólica para producir hidrógeno a gran escala, consolidando la posición del país como líder en el sector.

Catar, conocido por su liderazgo en la exportación de gas natural licuado (GNL), también está explorando oportunidades en el hidrógeno verde. El país ve en esta tecnología una forma de complementar su papel en el mercado energético global y asegurarse una posición estratégica en la transición hacia energías más limpias.

Infraestructura y tecnología

A pesar de su gran potencial, la producción de hidrógeno verde enfrenta varios desafíos. Uno de los principales es el alto coste de la electrólisis, que todavía no es competitivo en comparación con los métodos tradicionales de producción de hidrógeno a partir de combustibles fósiles.

No obstante, los avances tecnológicos están permitiendo una reducción progresiva de los costes. Se espera que en los próximos años el precio del hidrógeno verde pueda acercarse a los 1,75 dólares por kilogramo, haciéndolo competitivo en el mercado global.

Otro desafío clave es el almacenamiento y transporte del hidrógeno. Dado que es un gas altamente inflamable y requiere condiciones especiales para su manejo, la infraestructura necesaria para su distribución aún está en desarrollo. Una de las soluciones propuestas es la conversión del hidrógeno en amoníaco, un compuesto más estable y fácil de transportar. Posteriormente, el amoníaco puede reconvertirse en hidrógeno en el destino final, facilitando su distribución a nivel mundial.

Los países del Golfo están estudiando diversas estrategias para superar estos obstáculos. Algunos están invirtiendo en investigación y desarrollo para mejorar la eficiencia de la electrólisis y reducir los costos de producción. Otros están estableciendo alianzas con empresas internacionales para desarrollar infraestructuras de transporte y almacenamiento. Estas iniciativas son clave para que el hidrógeno verde pueda alcanzar su máximo potencial y convertirse en una alternativa viable a los combustibles fósiles.

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