El hallazgo de tres enormes galaxias desconcierta a los astrónomos: las llaman «monstruos rojos»
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El Universo nunca deja de sorprender, y esta vez los científicos están frente a una novedad que desafía lo que creíamos saber sobre las galaxias. Tres gigantes cósmicas, apodadas «monstruos rojos», han sido detectadas en regiones remotas del cosmos.
Un equipo internacional de científicos que ha contado con la participación de la Universidad de Valencia ha hecho un descubrimiento sorprendente en el universo primitivo: 36 galaxias masivas.
Este hallazgo, realizado con la ayuda del Telescopio Espacial James Webb de la NASA, desafía las teorías actuales sobre la formación de galaxias y podría cambiar nuestra comprensión de los primeros 1000 millones de años de la historia cósmica.
Estos son los nuevos descubrimientos científicos
Las galaxias ultramasivas, apodadas «monstruos rojos» debido a su alto contenido de polvo que les da un tono rojizo, ya existían en los primeros 1000 millones de años después del Big Bang. Lo que desconcierta a los astrónomos es que estas galaxias han crecido a un ritmo «inesperado» desde entonces, alcanzando un tamaño casi tan masivo como nuestra propia Vía Láctea.
El estudio, dirigido por la Universidad de Ginebra y publicado recientemente en la revista Nature, analizó sistemáticamente una muestra completa de galaxias formadas en los primeros 1000 millones de años. Los resultados revelaron que los «monstruos rojos» han sido mucho más eficientes en la formación de estrellas que sus homólogas posteriores.
Este hallazgo no contradice el modelo cosmológico estándar, que establece que las galaxias se forman gradualmente dentro de grandes halos de materia oscura, pero plantea preguntas sobre las teorías de formación de galaxias, particularmente en el Universo primitivo.
Mengyuan Xiao, investigador del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y autor del estudio, cree que a medida que se profundice en el estudio de estas galaxias, se obtendrán nuevas perspectivas sobre las condiciones que dieron forma a las primeras épocas del universo. Además, este enfoque permitirá obtener estimaciones precisas de la masa estelar de todas las galaxias y del crecimiento futuro del Universo.
Una herramienta clave para este hallazgo: el telescopio James Webb
El Telescopio Espacial James Webb, ubicado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, ha sido fundamental para este descubrimiento. Su capacidad para observar el universo en longitudes de onda infrarrojas le permite mirar a través del polvo cósmico y observar galaxias que de otro modo serían invisibles.
«Gracias a la sensibilidad sin precedentes del James Webb, estas galaxias han sido identificadas de forma inmediata», explica Mauro Stefanon, investigador CIDEGENT del Departamento de Astronomía de la Universidad de Valencia y coautor del artículo, en unas declaraciones publicadas en la página oficial de la Universidad.
«La confirmación espectroscópica de estas galaxias no sólo confirma su existencia en esas épocas, sino que nos permite medir sus masas estelares con mucha confianza. La combinación entre el gran número de galaxias identificadas en un área muy pequeña del cielo y sus elevadas masas estelares indica que aproximadamente la mitad del gas contenido en ellas se ha transformado en nuevas estrellas», añade Stefanon.
Por otra parte, subraya que «la proporción es muy alta y esto denota una formación estelar tan sumamente eficiente en esa época que desafía los modelos actuales de formación y evolución de galaxias».
Este hallazgo sin precedentes nos recuerda que el universo aún guarda muchos secretos por descubrir. Los «monstruos rojos» son un recordatorio de lo mucho que todavía queda por aprender.