Educación

¿Tu hijo olvida lo que estudia? Así funciona el método Leitner para retener mejor

método Leitner
Blanca Espada

¿A tu hijo le cuesta estudiar? ¿Se queja por no retener bien lo que lee en el libro? Puede que notes su frustración y te sientas mal por no saber ayudarle. Y es que, al margen de aprobar o no el examen para el que se prepara, no quieres que tenga esa sensación de fracaso. Por suerte existen métodos de estudio que son fáciles de aplicar y que ayudan a que el esfuerzo de los niños se vea  recompensado con bueno resultados. Y entre todos ellos, uno de los mejores es, sin duda, el método Leitner que ahora te explicamos al detalle.

El método Leitner, desarrollado en los años 70 por el periodista científico alemán Sebastian Leitner, propone una estrategia de aprendizaje que se basa en la repetición espaciada y la memorización activa. Es una técnica sencilla, pero sorprendentemente eficaz, que ayuda a que la información se grabe de manera más duradera en la memoria. Y lo mejor: se puede aplicar desde la infancia. A continuación, te explicamos en qué consiste el método, cómo aplicarlo paso a paso con tus hijos y por qué es tan eficaz para ayudarles a retener lo que estudian. Si tu hijo olvida lo que aprende con facilidad, aquí tienes una herramienta muy valiosa (y gratuita) para cambiar eso.

Qué es el método Leitner y por qué funciona

La clave del método Leitner está en entender cómo funciona la memoria a largo plazo. Aprender no significa repetir muchas veces en poco tiempo, sino recordar lo aprendido en los momentos justos. Este sistema se basa en tarjetas de estudio (también llamadas flashcards) y en un esquema de repeticiones cada vez más espaciadas en el tiempo.

Cada tarjeta contiene una pregunta por un lado (por ejemplo, ¿Cuándo ocurrió la Revolución Francesa?) y la respuesta por el otro (En 1789). El estudiante va repasando estas tarjetas de forma regular, y según si responde bien o mal, las irá colocando en diferentes compartimentos que indican cuándo volver a revisarlas: cuanto más sabe una respuesta, más tarde se vuelve a ver.

Esta técnica potencia la memoria activa y reduce el tiempo perdido repasando contenido que ya se domina. Además, fortalece la autoconfianza, ya que el estudiante nota su progreso de forma tangible.

Cómo aplicar este método paso a paso

Aunque hoy en día existen aplicaciones que automatizan el sistema, como Anki o Quizlet, es perfectamente válido y útil usar el método en formato físico, especialmente con niños, ya que la manipulación de objetos también refuerza el aprendizaje.

Materiales necesarios:

  • Unas 50 a 100 tarjetas de cartulina (tipo ficha o índice)
  • Una caja con cinco compartimentos (puede ser una caja de zapatos dividida manualmente)
  • Bolígrafo y ganas de aprender

Paso a paso:

  • Crear las tarjetas: en una cara se escribe la pregunta, en la otra la respuesta. Pueden ser definiciones, fechas, fórmulas, vocabulario en otro idioma, etc.
  • Colocarlas en el primer compartimento: todas las tarjetas comienzan en el primer nivel, que se repasa a diario.
  • Repasar y mover según el acierto: Si el estudiante acierta, la tarjeta pasa al siguiente compartimento. Si falla, la tarjeta vuelve al primer compartimento.

Frecuencia de repaso:

  • Compartimento 1: todos los días.
  • Compartimento 2: cada dos días.
  • Compartimento 3: cada cuatro días.
  • Compartimento 4: una vez por semana.
  • Compartimento 5: cada quince días (o incluso menos).

Este sistema obliga al cerebro a esforzarse activamente en recordar, lo que consolida mejor los contenidos. A medida que las tarjetas avanzan por los compartimentos, el niño siente una recompensa por su progreso.

Ventajas del método Leitner en niños y adolescentes

Muchos métodos de estudio tradicionales son pasivos: leer, subrayar, copiar… pero la ciencia del aprendizaje demuestra que la recuperación activa de información es la técnica más efectiva para memorizar a largo plazo. Aquí es donde el método Leitner brilla con luz propia.

Principales beneficios:

  • Favorece el aprendizaje autónomo: Los niños se vuelven responsables de su propio repaso.
  • Aumenta la motivación: ver cómo una tarjeta avanza de compartimento es una pequeña victoria que estimula.
  • Evita repasar lo innecesario: el tiempo de estudio se optimiza al centrarse solo en lo que aún no se domina.
  • Mejora la retención a largo plazo: el sistema se adapta a los ritmos naturales de la memoria humana.
  • Es personalizable: se puede aplicar a cualquier asignatura o contenido.

Además, en edades tempranas este método se puede convertir en una actividad lúdica. Si se transforma en un juego de memoria y retos personales, el niño lo vivirá como un desafío divertido y no como una obligación escolar más.

Errores comunes al aplicar este método de estudio

Como toda técnica de estudio, el método Leitner debe aplicarse correctamente para obtener buenos resultados. Algunos errores frecuentes que conviene evitar son:

  • Crear tarjetas demasiado complejas: lo ideal es una idea por tarjeta. Si hay mucha información, el repaso se hace tedioso y confuso.
  • Dejar pasar demasiados días entre repasos: la constancia es clave. Aunque parezca que ya se domina una tarjeta, si no se repasa en el tiempo correcto, se olvida.
  • No adaptar el sistema al nivel del niño: un estudiante de primaria no necesita los mismos tiempos de repaso que uno de secundaria.
  • Falta de variedad: si siempre se usan tarjetas de la misma asignatura o del mismo estilo, el sistema pierde frescura. Es importante alternar contenidos.

También es importante que los padres supervisen el proceso en las primeras semanas, hasta que el niño entienda bien el funcionamiento. A partir de ahí, el método se convierte en una herramienta autónoma y sostenible.

Cómo introducir el método Leitner en casa sin generar rechazo

El éxito de cualquier cambio educativo depende, en parte, de cómo se presenta. Para que un niño acepte usar el método Leitner, es importante evitar que lo perciba como una obligación más o como una moda pasajera impuesta por los adultos.

Aquí van algunos consejos para introducirlo de forma natural:

  • Presentarlo como un juego o reto personal, con niveles o recompensas.
  • Permitir que el niño cree sus propias tarjetas, dándole libertad para dibujar, usar colores o escribir a su manera.
  • Acompañar al principio, pero luego dejar que lo gestione solo, para que sienta que es dueño de su aprendizaje.
  • Celebrar los logros, por pequeños que sean: «¡Esa tarjeta ha llegado al nivel 5!».
  • Incluir momentos breves de repaso diario, no más de 10 o 15 minutos, para no saturar.

Con el enfoque adecuado, esta técnica puede convertirse en una aliada diaria tanto en primaria como en secundaria, y más adelante también en la universidad.

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