Agua

Todo lo que necesitas saber sobre cómo enseñar a los niños a ahorrar agua y ser sostenibles

Pautas a seguir para que los niños puedan aprender a ahorrar en este recurso

El truco de la botella de agua que te va a hacer ahorrar muchísimo dinero en casa

niños ahorrar agua
Cómo enseñar a los niños a ahorrar agua
Blanca Espada

El agua es un recurso vital para la vida, pero también es un recurso limitado y escaso. En España, la sequía es un problema grave que afecta a la agricultura, la industria, el medio ambiente y la salud de las personas. Según el Instituto Nacional de Estadística, el consumo medio de agua por habitante en España fue de 133 litros al día en 2023, lo que supone un aumento del 1,5% respecto al año anterior. Además, el 14% de los municipios españoles se encuentran en situación de riesgo de estrés hídrico, es decir, que la demanda de agua supera la disponibilidad.

Ante esta situación, es fundamental concienciar a la población sobre la necesidad de ahorrar agua y usarla de forma responsable y eficiente. Y una de las mejores formas de hacerlo es educar a los niños desde pequeños, ya que ellos son el futuro y los agentes de cambio. Los niños pueden aprender a valorar el agua y a adoptar hábitos sostenibles que contribuyan a su conservación. Además, pueden transmitir estos conocimientos y actitudes a sus familias y amigos, multiplicando así el impacto positivo.

¿Cómo enseñar a los niños a ahorrar agua?

Para enseñar a los niños a ahorrar agua, no basta con darles consejos o normas, sino que hay que involucrarlos y motivarlos. Algunas pautas que podemos seguir son las siguientes:

Explicarles el ciclo del agua y su importancia para la vida

Los niños deben comprender cómo funciona el ciclo del agua en la naturaleza, y cómo el agua que usamos en casa proviene de fuentes como ríos, lagos o acuíferos. También deben saber cómo el agua se distribuye por las tuberías, cómo se trata en las plantas depuradoras y cómo vuelve al medio ambiente.

Además, deben conocer los beneficios que el agua tiene para los seres vivos y los ecosistemas, y los problemas que genera su escasez o contaminación. Para explicarles todo esto, podemos recurrir a recursos didácticos como vídeos, juegos, experimentos o cuentos que les resulten atractivos y divertidos.

Mostrarles el consumo de agua que hacemos en casa y cómo podemos reducirlo

Podemos medir el agua que gastamos en diferentes actividades cotidianas, como ducharnos, lavarnos los dientes, fregar los platos o regar las plantas, y compararlo con el consumo medio o el recomendado. Así, los niños podrán tomar conciencia de la cantidad de agua que usamos y de las oportunidades de ahorro que tenemos. Podemos establecer metas y retos para disminuir el consumo, y premiar o reconocer los logros conseguidos.

Enseñarles hábitos sencillos y prácticos para ahorrar agua

Algunos ejemplos son:

  • Cerrar el grifo mientras nos lavamos las manos, los dientes o el pelo: De esta forma, evitamos el desperdicio de agua que se produce al dejar el grifo abierto sin necesidad. Podemos ponerles un temporizador o una canción para que sepan cuánto tiempo deben lavarse.
  • Ducharnos en lugar de bañarnos, y hacerlo en menos tiempo: La ducha consume mucha menos agua que el baño, y si además reducimos el tiempo que pasamos bajo el agua, el ahorro será mayor. Podemos ponerles otro temporizador o una canción para que sepan cuándo deben terminar.
  • Usar la lavadora y el lavavajillas solo cuando estén llenos, y con programas de bajo consumo: La lavadora y el lavavajillas son electrodomésticos que consumen mucha agua y energía, por lo que debemos usarlos solo cuando sea necesario, y aprovechar al máximo su capacidad. Además, debemos elegir los programas que consuman menos agua y energía, y evitar el prelavado o el aclarado extra.
  • Recoger el agua fría que sale al abrir el grifo y usarla para otros fines: Cuando abrimos el grifo, tarda unos segundos en salir el agua caliente, y mientras tanto se desperdicia el agua fría. Podemos recogerla en un cubo o una jarra, y usarla para regar las plantas, llenar la cisterna del inodoro, limpiar el suelo o lavar frutas y verduras.
  • Regar las plantas por la mañana o por la noche, y con sistemas de goteo o aspersión: El riego de las plantas es otra actividad que consume mucha agua, por lo que debemos hacerlo de forma inteligente. Lo mejor es regarlas por la mañana o por la noche, cuando el sol no está tan fuerte y se evapora menos agua. También debemos usar sistemas de riego que aprovechen mejor el agua, como el goteo o la aspersión, y evitar el riego por inundación o con manguera.
  • Reutilizar el agua de cocinar o lavar para regar o limpiar: El agua que usamos para cocinar o lavar también se puede reutilizar para otros fines, siempre que no contenga productos químicos o tóxicos. Por ejemplo, el agua de cocer pasta, arroz o verduras se puede usar para regar las plantas, y el agua de lavar frutas, verduras o platos se puede usar para limpiar el suelo o el baño.
  • No tirar residuos al inodoro ni usarlo como papelera: El inodoro es uno de los elementos que más agua consume en el hogar, por lo que debemos usarlo solo para lo que está destinado. No debemos tirar al inodoro residuos como papel, toallitas, algodones, compresas, tampones, colillas o medicamentos, ya que pueden provocar atascos o contaminar el agua. Tampoco debemos usar el inodoro como papelera, y tirar de la cadena cada vez que echamos algo. Lo mejor es tener una papelera en el baño, y usarla para depositar los residuos que no sean orgánicos.
  • Reparar las fugas o goteos de los grifos o tuberías: Las fugas o goteos de los grifos o tuberías son una fuente de desperdicio de agua que muchas veces pasamos por alto. Sin embargo, pueden suponer un gran consumo de agua a lo largo del tiempo, además de dañar las instalaciones. Por eso, debemos revisar periódicamente los grifos y tuberías, y reparar cualquier fuga o goteo que detectemos. Podemos usar un cuentagotas o un vaso para medir la cantidad de agua que se pierde por cada goteo, y así tomar conciencia de su impacto.
  • Instalar dispositivos de ahorro de agua, como perlizadores, aireadores o reductores de caudal: Otra forma de ahorrar agua es instalar dispositivos que reduzcan el consumo de agua en los grifos, las duchas o los inodoros. Estos dispositivos mezclan el agua con aire, y así disminuyen el caudal sin perder presión ni calidad. Algunos ejemplos son los perlizadores, los aireadores o los reductores de caudal, que se pueden colocar fácilmente en los grifos o las duchas. También existen dispositivos que regulan el volumen de agua que se descarga en el inodoro, como las cisternas de doble pulsador o las bolsas de ahorro.

Fomentar su participación y creatividad

Podemos animar a los niños a que propongan sus propias ideas o soluciones para ahorrar agua, y a que las pongan en práctica. También podemos involucrarlos en actividades o proyectos relacionados con el agua, como visitar una depuradora, una presa o un humedal; hacer un mural, un cartel o un cómic sobre el agua; participar en una campaña o una acción de sensibilización o voluntariado; o crear un slogan, una canción o un rap sobre el ahorro de agua.

Darles ejemplo y ser coherentes

Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que oyen, por lo que es esencial que nosotros mismos seamos los primeros en ahorrar agua y en actuar de forma responsable y ecológica. Debemos mostrarles que el agua es un bien preciado y que debemos cuidarlo y respetarlo.

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