Cuidados del bebé

¿Qué hacer cuando un niño mete los pies al caminar?

Cuando los bebés comienzan a caminar puede que lo hagan con los pies hacia dentro, por lo que será mejor que le llevemos al pediatra.

niño mete pie
A qué se debe que el niño meta el pie para dentro cuando camina
Blanca Espada

Los bebés no siempre nacen con pies perfectos; hay muchos niños que sufren, en los primeros años de vida, defectos para caminar, como el hecho de caminar con los pies hacia adentro. En su mayoría, estos no son problemas fisiológicos graves sino que suelen resolverse con una intervención temprana del médico después del nacimiento o simplemente resolverse con el crecimiento, pero será bueno saber por qué un niño mete los pies al caminar y qué podemos hacer al respecto.

¿Qué hacer cuando un niño mete los pies al caminar?

Normalmente cuando unos padres comprueban que su hijo mete los pies al caminar, suelen preocuparse pensando que quizás sufre de algo grave, pero hemos de pensar que al comienzo puede que al bebé le cueste dar sus primeros pasos y que al torcer el pie un poco se note más seguro.

El problema sin embargo puede llegar cuando el bebé ya lleva tiempo caminando y siempre lo hace de la misma manera. Es entonces cuando puede que el pediatra diagnostique un problema de rotación interna al caminar

¿Por qué un niño camina con los pies adentro?

Ya hemos comentado que el hecho de ver al bebé dar sus primeros pasos metiendo el pie hacia dentro puede ser motivo de preocupación, pero lo cierto es que  esta es la posición normal que asume el pie del niño durante la bipedestación y la marcha, que dependen de cuatro factores presentes en los niños:

  • La forma del pie
  • La forma del cuello femoral o anteversión del fémur (que se corresponde a a la forma del eje del cuello femoral que requiere la rotación interna del fémur mayor para asegurar que la cabeza femoral queda centrada dentro de la cavidad acetabular al caminar y estar de pie)
  • La rotación interna de la tibia (rodilla flexionada)
  • La presencia de metatarso en aducción

Estos tres últimos factores son fisiológicos en los niños y no requieren tratamiento porque se resuelven espontáneamente, es decir, que a medida que el niño vaya creciendo, y al perfeccionar su manera de andar todo lo mencionado jugará su papel clave para garantizar que se camina correctamente.

Por otro lado, es necesario tener en cuenta que las rotaciones de las dos extremidades inferiores no son simétricas porque, durante la vida intrauterina, a medida que el feto crece, una de las extremidades se posiciona por debajo de la otra con un consiguiente aumento de la rotación interna de todos los componentes. Así, la posición de rotación interna se mantiene en el primer año de vida cuando el niño aún no camina.
Con el inicio de la marcha y con el aumento de la longitud de los huesos, las tensiones musculares producen un progresivo “desenrollamiento” de los huesos hasta que se completa cuando el niño es ya adolescente e incluso adulto.

No olvidemos además que en los niños pequeños, caminar requiere un gran esfuerzo y coordinación de diferentes estructuras musculares, lo que provoca una marcha insegura. A medida que el niño crece, las rotaciones del fémur y la tibia cambian, los diferentes grupos musculares aumentan su fuerza y ​​la posición del pie en el espacio cambia, siempre moviéndose hacia afuera. Todo ello puede hacer que la respuesta física del niño sea la de torcer o meter los pies hacia adentro cuando da sus primeros pasos..

¿Cómo se trata la marcha de rotación interna?

En la mayoría de los niños, esta afección no requiere tratamiento y se resuelve por sí sola con el tiempo.

De este modo y en contra de lo que se pudiera pensar, no se necesitan aparatos ortopédicos, yesos o zapatos especiales. Todo ello puede que fueran métodos utilizados en el pasado para corregir esta manera de andar, pero se ha demostrado que en la mayoría de los casos eran ineficaces.

Sin embargo, la evaluación clínica del especialista es fundamental para excluir otras actitudes o malformaciones cuya manifestación sea caminar con el pie hacia adentro.

De hecho, si esta manera de caminar persiste en la adolescencia o se asocia con otras afecciones como trastornos neuromotores , puede requerir cirugía para realinear y corregir la rotación y mejorar la marcha.

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