El primer verano de tu bebé: evita estos errores mas comunes y peligrosos
Quedan todavía muchos meses de verano por lo que es esencial evitar errores con respecto al bebé
Exponer al bebé a las horas centrales de calor puede tener consecuencias fatales
El aviso de los pediatras sobre esto que haces con tu bebé durante el verano: es un peligro
Puede que con el inicio de septiembre, muchas familias ya estén de vuelta de sus vacaciones, pero lo cierto es que todavía nos quedan días de verano y es posible que sea ahora cuando tú haces vacaciones. Además, en el caso de tener un bebé recién nacido, no podemos bajar la guardia dado que nos quedan todavía muchos días de calor, de modo que nada como hacer un repaso ahora a los errores más comunes que suelen darse en el primer verano del bebé.
Si eres madre o padre de un bebé recién nacido, este verano tiene un significado aún más especial: es el primer verano de tu bebé. De este modo, estaremos ante una etapa llena de descubrimientos, tanto para el pequeño como para los padres, sin olvidarnos de aquellas responsabilidades importantes para asegurar que todo transcurra sin problemas. De hecho, no podemos olvidarnos que los recién nacidos son particularmente sensibles al calor, el sol y otros factores ambientales. Por ello, la falta de experiencia o el simple hecho de estar más centrado en que por fin, por ejemplo, el bebé va a ir a la playa puede llevar a cometer errores que, aunque comunes, pueden ser peligrosos para tu bebé. De este modo, resulta crucial estar bien informado y preparado para evitar situaciones que podrían comprometer la salud y el bienestar de tu hijo.
Errores a evitar en el primer verano del bebé
A través de los errores a evitar en el primer verano del bebé, que os ofrecemos a continuación, no sólo vais a poder disfrutar de los días soleados que todavía quedan, con la tranquilidad de saber que estás cuidando de tu bebé de la mejor manera posible, sino que también podrás anticiparte a problemas que, en muchas ocasiones, son fácilmente evitables con un poco de planificación y conocimiento. Así que relájate, toma nota y prepárate para un verano seguro y feliz junto a tu pequeño.
No ir a la playa a la hora adecuada
La playa es sin duda uno de los destinos más populares durante el verano, y llevar a tu bebé a disfrutar de su primera experiencia en la arena puede ser emocionante. Sin embargo, es fundamental que elijas bien la hora en la que decides ir. Las horas centrales del día, generalmente entre las 11 de la mañana y las 4 de la tarde, son las más peligrosas para los bebés debido a la intensidad del sol. Durante este período, los rayos ultravioleta (UV) alcanzan su máximo, lo que aumenta el riesgo de quemaduras solares y deshidratación en los más pequeños. Es recomendable optar por ir a la playa temprano en la mañana o al final de la tarde, cuando el sol es menos agresivo y el ambiente es más fresco. De esta manera, no solo protegerás la piel delicada de tu bebé, sino que también evitarás exponerlo a temperaturas extremas.
No usar el protector solar adecuado
La piel de los bebés es extremadamente delicada y requiere una protección especial, sobre todo en sus primeros años de vida. Para los bebés menores de 6 meses, la recomendación es evitar completamente la aplicación de protector solar, ya que su piel es extremadamente sensible a los químicos. En su lugar, se debe evitar exponerlos al sol de forma prolongada, manteniéndolos en la sombra y asegurándose de que lleven ropa que cubra adecuadamente su piel.
Cuando los bebés alcanzan los 6 meses y hasta aproximadamente los 2 o 3 años, es crucial optar por protectores solares con filtros físicos o minerales. Estos tipos de filtros funcionan reflejando los rayos solares sobre la piel, sin que los ingredientes penetren en ella, lo que ofrece una barrera segura y efectiva. Aunque estos protectores suelen ser más espesos y menos resistentes al agua, es importante reaplicarlos con frecuencia, especialmente después de que el bebé haya estado en contacto con el agua o haya sudado.
A partir de los 3 años, se pueden utilizar protectores solares con filtros químicos, siempre y cuando ofrezcan una protección de 30 o superior, preferiblemente de 50, y estén formulados específicamente para niños. Estos protectores requieren unos 20 minutos para activarse completamente después de su aplicación, por lo que es importante aplicarlos antes de salir de casa. Además, elegir una opción resistente al agua es fundamental para mantener la protección durante las actividades acuáticas o juegos al aire libre.
Elegir mal el atuendo del bebé
El vestuario es otro aspecto que no debe tomarse a la ligera durante el primer verano de tu bebé. Aunque es tentador vestirlo con esos trajes de baño adorables o ropitas ligeras, es esencial considerar la funcionalidad y la protección ante todo. Las prendas de algodón ligero y colores claros son las más recomendadas, ya que permiten que la piel respire y reflejan la luz del sol, manteniendo a tu bebé fresco. Además, es recomendable que la ropa cubra la mayor parte de la piel para protegerlo de los rayos solares. No olvides complementarlo con un sombrero o gorra que cubra bien su carita, orejas y cuello, así como unas gafas de sol con protección UV si tu bebé las tolera. Elegir el atuendo adecuado no solo ayudará a prevenir golpes de calor, sino que también garantizará que tu bebé esté cómodo y seguro.
Dejar al bebé solo en el agua
El agua es un elemento que puede brindar mucho disfrute, pero también representa un peligro considerable para los bebés si no se toman las precauciones necesarias. Uno de los errores más graves que un padre puede cometer es dejar a su bebé solo, aunque sea por un momento, en cualquier tipo de agua, ya sea una piscina, una bañera o incluso un balde. Los bebés pueden ahogarse en tan solo unos pocos centímetros de agua, y este trágico evento puede ocurrir en cuestión de segundos. Es imprescindible que los padres mantengan una supervisión constante y cercana cuando el bebé esté en contacto con el agua. Además, si el bebé va a estar en una piscina o en el mar, es recomendable que utilice dispositivos de flotación aprobados, aunque esto nunca debe ser una excusa para dejar de estar alerta.
No hidratar al bebé
La hidratación es un aspecto crucial durante el verano, especialmente para los bebés, quienes pueden deshidratarse con mucha rapidez. Los recién nacidos y los bebés menores de seis meses, en particular, no deben ser expuestos a altas temperaturas por largos períodos, ya que su capacidad para regular la temperatura corporal es limitada. Si bien los bebés alimentados con leche materna obtienen gran parte de su hidratación de esta, es importante estar atento a las señales de sed y ofrecerle el pecho con más frecuencia. Para los bebés que ya consumen alimentos sólidos, ofrecerles agua fresca en pequeñas cantidades es esencial para mantenerlos hidratados. Mantén siempre un ojo en su comportamiento; si notas que está más irritable de lo habitual, con la boca seca o llorando sin lágrimas, es posible que necesite más líquidos.
No proteger al bebé del aire acondicionado
El aire acondicionado puede ser un aliado valioso en los días calurosos de verano, pero también puede convertirse en un problema si no se usa correctamente. Uno de los errores comunes es exponer al bebé a corrientes directas de aire frío, lo que puede llevar a resfriados o problemas respiratorios. Además, los cambios bruscos de temperatura, como pasar de un ambiente muy caliente a uno extremadamente frío, pueden afectar negativamente al sistema inmunológico del bebé. Es importante mantener el aire acondicionado a una temperatura moderada, alrededor de los 24-26 grados Celsius, y asegurarse de que la habitación esté bien ventilada. Si usas ventiladores, nunca los apuntes directamente hacia el bebé. También es útil vestirlo con ropa adecuada para la temperatura ambiente y evitar cambios de temperatura muy abruptos cuando se sale de un lugar con aire acondicionado.
Dejar al bebé solo en el coche
Uno de los errores más peligrosos y lamentablemente comunes es dejar a un bebé solo en el coche, incluso por un corto período. Los coches pueden calentarse rápidamente, alcanzando temperaturas mortales en cuestión de minutos, incluso si las ventanas están entreabiertas. Los bebés son especialmente vulnerables a los golpes de calor, ya que su temperatura corporal aumenta de tres a cinco veces más rápido que la de un adulto. Bajo ninguna circunstancia se debe dejar a un bebé solo en el coche, ni siquiera por unos minutos para hacer un recado rápido. Siempre saca a tu bebé del coche, incluso si está dormido, y llévalo contigo. La seguridad de tu hijo es lo más importante, y evitar este error puede prevenir una tragedia.
No respetar sus horarios
El verano suele alterar las rutinas diarias, pero es esencial mantener, en la medida de lo posible, los horarios y rutinas del bebé. Los recién nacidos y los bebés pequeños se sienten más seguros y cómodos cuando sus días siguen un patrón predecible, lo que incluye horarios regulares para las comidas, siestas y la hora de dormir. Alterar estos horarios puede llevar a un bebé irritado, que llora más y tiene dificultades para dormir. Planificar las actividades en torno a los horarios del bebé no solo ayuda a mantener su bienestar, sino que también te permitirá disfrutar más del tiempo en familia, ya que un bebé bien descansado y alimentado es un bebé feliz.