Beneficios de jugar con la arena para los niños

Jugar con la arena es algo que le encanta a la gran mayoría de niños, pero además de ser algo divertido, también es importante para el desarrollo psicofísico del niño. Veamos a continuación, cuáles son los beneficios de jugar en la arena para los niños.

¿Por qué jugar con la arena es bueno para los niños?

La arena es un material fantástico porque estimula la creatividad, las habilidades motoras finas y los sentidos de los niños, de modo que ahora que estamos en verano, podemos aprovechar cada momento que estamos en la playa para que jueguen con la arena y además, para que desarrollen todas sus habilidades.

Un material «mágico»

Como decimos, las vacaciones en la playa son una oportunidad única para observar a los niños mientras descubren este material natural. Por eso, lo mejor que pueden hacer los padres es no intervenir y relajarse , dejando que los niños se diviertan manejando la arena solos. No es necesario ofrecerles juegos demasiado estructurados: a menudo solo necesitan pasar los granos de una mano a la otra, frotarlos en las piernas, tomarlos y dejarlos caer. Acciones que pueden parecernos triviales pero que para ellos son nuevas y sorprendentes.

La característica principal de la arena es, de hecho, transformarse: es clara, ligera y seca al sol; compacta, oscura y pesada cuando está mojada. Para los niños es pura magia; un prodigio que les fascina y en el que se sienten protagonistas, porque piensan que son ellos quienes tienen el poder de cambiar este material.

Los beneficios de jugar con arena

El manejo de la arena tiene muchos beneficios : desde el desarrollo de habilidades cognitivas y físicas hasta la capacidad de socializar cuando se juega con otros niños.

Estos son algunos de los efectos positivos del juego de arena :

• Estimular la creatividad: Con arena, los niños pueden crear mundos imaginarios fantásticos construyendo castillos, caminos, dibujos y todo lo que su imaginación sugiere. Pero también pueden pasar tiempo frotándose las piernas. El estímulo viene dado por la naturaleza misma del material.
• Mejora el desarrollo físico: A cada edad, la arena mejora la destreza manual de los niños. Si nos fijamos en los niños más pequeños, que acaban de aprender a usar la pinza, veremos que para ellos el juego más divertido será tratar de tomar los granos de arena individuales mejorando así la movilidad fina y la coordinación mano-ojo. Cuando crecen y luego cavan, vierten, recogen la arena con la pala y la ponen en los cubos, la fuerza de sus músculos aumentará, especialmente los de las manos.
• Ejercita los cinco sentidos: Tocar la arena es una experiencia táctil muy importante para los más pequeños, precisamente porque es un material que se presta a transformaciones. Deja que el niño manipule la arena seca y luego la humedezca con agua para que sienta la diferencia. Incluso a nivel visual, olfativo y auditivo, este material ofrece experiencias muy diferentes. Los niños también intentarán experimentar el sentido del gusto, especialmente los pequeños, que conocen el mundo a través de la boca y por ello es normal que intenten «comerse» la arena, algo que debemos vigilar por si se mete una gran cantidad en la boca.
• Entrena sus habilidades gráficas: En la edad preescolar, jugar a dibujar en la arena con los dedos o con otros materiales (por ejemplo, palos de madera) desarrolla habilidades gráficas y de prescripción.
• Mejora la concentración y les relaja: Este material fascina y capta la atención de los niños , haciéndolos concentrarse en el juego. Dependiendo de su edad, pueden quedarse y manipularla incluso durante mucho tiempo; entre otras cosas, una actividad que tiene un poder relajante y calmante, ideal para hacer antes incluso de ponerlos a dormir.