Métodos populares para saber si será niño o niña

Saber si será niño o niña es una de las incógnitas del embarazo que hoy en día podemos desvelar o no. Cada vez son más padres y madres que deciden esperar para saber el sexo de su bebé. Una sorpresa que puede generar un embarazo lleno de misterios y de creencias populares para saber el sexo del bebé. A veces, es el propio pequeño que no quiere mostrarse o no termina de verse bien, son muchas las parejas que han tenido una sorpresa inesperada el día del parto. Si quieres conocer los principales métodos populares para saber si es niño o niña, toma nota de estos consejos.

Principales métodos populares para saber si será niño o niña

1. Los añojos son un buen sistema para saber si es niño o niña. Según dicen las creencias populares, además de provocar manchas en la piel con la forma de ese elemento que nos encanta, los antojos pueden determinar el sexo del bebé. Si tenemos la necesidad de comer muchos dulces, será niña y si, por el contrario, nos llama el salado, será un niño.
2. La piel también es un buen indicador. Hay una teoría que dice que, si la mujer está más guapa, es que será una niña la que llega, piel fina y pelo más suave son signos inequívocos de este hecho. Si nos salen espinillas y algún grano, estamos esperando un niño. En esencia los cambios más bruscos se producen con la llegada de un niño, con las niñas es todo más suave.
3. La forma de la barriga es un clásico. Dicen que la forma de la barriga es un indicador infalible. Si está alta, seguro que será un niño y si está baja es una niña. La posición es importante y la forma también, según sea más redonda o menos, estaremos ante una niña o un niño.
4. Muchas nauseas anuncian la llegada de un niño. Antiguamente se pensaba que si la madre tenía muchas nauseas o mareos durante los primeros meses es que estaba esperando a un niño. Si el primer trimestre era tranquilo, se preparaba todo para una niña.
5. Las niñas dan más sueño. Tener un poco más de sueño durante el embarazo es algo normal. Según dicen si dormimos mucho es porque esperamos una niña, ellas necesitan más energía. Si, por el contrario, pasamos los días sin dormir, llevamos un niño.

Estas creencias populares en su día se seguían a rajatabla, algunas veces lo natural acaba pasando por delante a la ciencia y todavía hay veces que aciertan.