Lactancia materna

Lactancia materna: qué hacer cuando se produce poca leche

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Descubre qué hacer si tienes poca leche en los senos
Blanca Espada

Una de las mayores preocupaciones de las madres justo después de dar a luz es tener suficiente leche para amamantar a su bebé. La lactancia materna es un gran recurso y es una práctica ampliamente recomendada por la Organización Mundial de la Salud y UNICEF en relación a los múltiples beneficios que aporta tanto al feto como a la madre. Sin embargo, puede ocurrir que la leche no llegue inmediatamente o que la cantidad de leche producida no sea suficiente. En este caso, no te alarmes, dado que existen remedios para conseguir solventar este problema. Os hablamos ahora de la lactancia materna y qué hacer cuando se produce poca leche.

La importancia de la lactancia materna

La leche materna es el alimento ideal para el recién nacido ya que tiene todos los nutrientes necesarios para el crecimiento del bebé, pero además es perfectamente digerible y no provoca ningún tipo de intolerancia.

La lactancia proporciona además sustancias útiles para el desarrollo y crecimiento del sistema inmunitario. Esto es particularmente importante en áreas del mundo donde la mortalidad infantil es más alta debido a la desnutrición y las enfermedades.

Por estos motivos, la leche materna, según los expertos de la OMS, es muy importante. Pero además, señalan también que tiene la función de servir como primera vacuna, para proteger contra numerosas enfermedades, como la diarrea y la neumonía.

Qué hacer si se produce poca leche

Queda claro que la lactancia materna es la mejor alimentación que puede recibir nuestro bebé, pero a veces pueden surgir problemas al respecto cuando la leche no llega: en la mayoría de los casos no es una condición patológica y se puede resolver continuando con el agarre del recién nacido al seno, pero muchas veces por desconocimiento y ansiedad, la madre no sabe qué hacer y quizás piensa que no está capacitada para alimentar al recién nacido.

Nada más lejos de la realidad. Debemos tener siempre claro que la lactancia es cuando, justo después del parto, comienza la producción de leche materna a través de las glándulas mamarias.

Normalmente, la leche sale a los pocos días de dar a luz, pero puede haber diferencias entre una madre y otra, así como de un parto a otro. Si, por ejemplo, es el segundo hijo y el primero ha sido amamantado durante mucho tiempo, la producción de leche puede llegar apenas unas horas después del nacimiento.

El recién nacido, nada más salir del vientre de su madre, ya tiene el instinto de succionar: por eso es muy importante que pueda estar inmediatamente en contacto con su madre y prenderse al pecho aunque no haya leche todavía.

El contacto entre el bebé y la madre, de hecho, estimula la oxitocina y la prolactina, hormonas responsables de la producción de leche. Además, aunque todavía no haya leche, suele haber calostro. Es una sustancia azucarada, rica en vitaminas, con un alto poder nutritivo pero, al mismo tiempo, muy digerible. El alimento perfecto, por tanto, para el bebé recién nacido.

En unos días, entonces, debería convertirse en leche real con lo que, de hecho, es la leche batida.

Causas para una producción de leche tardía

El hecho de que pueda llegar tarde puede depender de varios motivos: a veces se trata de un simple retraso fisiológico, ya que no todas las madres son iguales, mientras que otras veces puede producirse una especie de bloqueo psicológico, debido a la ansiedad. En otros momentos, los problemas hormonales pueden entrar en juego y afectar la producción de leche.

Qué se puede hacer

Lo que todos los expertos aconsejan es no entrar en pánico y ansiedad y tratar de vivir la situación con la máxima serenidad. A menudo, de hecho, puede surgir un sentimiento de insuficiencia o incluso un sentimiento de culpa, que se vuelve contraproducente.

Mantener la calma te ayuda a enfrentar las dificultades con más serenidad, dando a tu hijo una sensación de seguridad y calma.

Otro consejo muy útil es no dejar de enganchar a tu bebé al pecho: aunque la leche no llegue o no sea suficiente, la estimulación que produce la succión puede ser muy útil. Sin duda, uno de los mejores métodos es sujetar al bebé al pecho lo antes posible: los estudios científicos demuestran que la succión ya en las primeras horas después del nacimiento provoca un reflejo neurológico que estimula la producción de leche y hace que pase por los conductos lácteos. . .

Aun cuando sea necesario complementar la leche con fórmula, es importante no dejar de prenderse al pecho. Siempre es mejor hacer esto antes de alimentar al bebé, ya que el bebé tiene más hambre y probablemente se prenderá con hambre. Si, por el contrario, ya está lleno de fórmula, estará menos interesado en prenderse.

Cuidar la alimentación es otra buena regla, aunque, salvo casos esporádicos, no es necesario seguir una dieta adecuada. Basta con llevar una dieta completa y equilibrada, rica sobre todo en vitaminas, fibras y proteínas. Sin embargo, no es necesario excederse con la comida. Un falso mito, de hecho, es que se debe comer por dos: una dieta de unas 500 kcal más de la normal será suficiente.

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