Psicología

El efecto Pigmalion: qué es

efecto pigmalión
Descubre qué es y cómo se aplica el efecto pigmalión
Blanca Espada

El efecto Pigmalión es un mecanismo psicológico que incide en el papel de las expectativas hacia uno mismo y hacia los demás y el poder que tienen en la determinación de la realidad. Este es un efecto que se ha estudiado en el ámbito escolar pero que en realidad se aplica muy bien también en el ámbito familiar. Entonces, veamos qué es y de qué modo puede afectar a los niños.

Efecto pigmalión: qué es

Al efecto Pigmalión también se le llama «profecía autocumplida» precisamente porque es un pensamiento o creencia que tiene una persona y que tiene el poder de influir en su comportamiento y expectativas hacia sí misma o hacia otra persona, lo suficiente como para determinar lo que se pensó.

Tomemos un ejemplo. Si estoy convencido de que no se me dan bien las matemáticas, no me esforzaré demasiado en los ejercicios y, por tanto, durante el examen cometeré muchos errores, obtener una calificación baja que confirma mi creencia inicial de que no soy bueno en matemáticas.

En lo que respecta a los niños, si es la maestra la que piensa que el niño no tiene nada de talento para las matemáticas, puede que se sienta inclinada a no llamarlo a menudo a la pizarra ni a ofrecerle ejercicios más sencillos que sus compañeros; al hacerlo, sin embargo, no estimula al niño a ejercitar más sus habilidades matemáticas, arriesgándose a favorecer un mal desempeño que confirma la creencia original.

En la mayoría de los casos es un mecanismo del que la persona no es consciente; por ello puede perjudicar a los niños que son objeto de creencias negativas.

Efecto pigmalión: experimento

El efecto Pigmalión fue descrito a través de un experimento de psicología social por Rosenthal en 1965. El investigador quería investigar el efecto de las expectativas de los maestros sobre el rendimiento académico de los alumnos y, de hecho, descubrió que tiene el poder de influir en el rendimiento académico de los alumnos.

El experimento requería que los maestros de una clase dieran los nombres de los niños que habían alcanzado una puntuación alta en una prueba de cociente intelectual (CI) pero que en realidad no fue tal; por lo tanto, los nombres de los niños se habían elegido al azar. El experimento consistía en volver a medir el CI al cabo de un año para comprobar si las expectativas de rendimiento inducidas en los profesores habían influido o no en los resultados académicos de los alumnos. Los resultados mostraron precisamente eso, a saber, que los niños que se presentaban como más inteligentes habían mejorado su coeficiente intelectual. Los docentes, por lo tanto, al esperar buenos resultados de estos niños terminaron influyendo positivamente en su desempeño. Pero también afectaron negativamente a los de otros niños.

Efecto Pigmalión: conclusión

Las expectativas que los adultos crean sobre los niños son un elemento determinante del proceso educativo ya que tienen el poder de influir en los niños de manera positiva o negativa. En el ámbito escolar, por tanto, es muy importante que los profesores utilicen el efecto Pigmalión de forma positiva, es decir, que crean en sus alumnos y los animen siempre a dar lo mejor de sí mismos para confirmar sus capacidades. Esto cobra especial importancia para aquellas categorías de alumnos que parten en desventaja por algún motivo, por ser inmigrantes por ejemplo, o por tener un diagnóstico de Trastorno Específico del Aprendizaje o un retraso mental. Además, el efecto Pigmalión positivo no sólo es válido para el rendimiento escolar sino más aún para el aspecto relacional.

Lo último en Bebés

Últimas noticias