Consejos fundamentales para usar correctamente el chupete
Uno de los objetos que se convierte en vital para el bebé en sus primeros meses y también para sus papás es el chupete. Y es que este no sólo le ayuda a relajarse sino también a conciliar el sueño, a mejorar su capacidad de succión e incluso a poder ponerle fin a los llantos incontrolables.
Sin embargo, no hay que pasar por alto que, como es lógico, debe emplearse de la manera más adecuada ya que si no se hace así lo que sucederá es que, por ejemplo, el pequeño presentará problemas dentales.
Si tú vas a ser madre pronto o si tienes un bebé que está usando el citado artículo, sigue leyendo, ya que te vamos a dar a conocer algunos consejos fundamentales sobre cómo debe emplearse en pro de la salud del menor:
Primera utilización: días posteriores al nacimiento
Una de las normas fundamentales que los pediatras y odontólogos dan a conocer a los adultos que acaban de tener un hijo es que tarden varios días en darle el chupete. ¿Por qué? Porque es la manera de que no haya problemas con su alimentación en lo que se refiere al pecho de la madre.
Eso es así porque mamar cuesta un poco más y requiere un poco más de “trabajo” para obtener la leche que lo que es succionar la tetina del chupe. Por eso, hay que evitar darle este desde el primer momento, ya que si nota que es más fácil esa que el propio pezón, rechazará de pleno la lactancia materna y habrá que decantarse por los biberones.
No más de 5 horas al día
De la misma manera, los profesionales médicos dan a conocer que es vital que el menor no pase más de cinco horas al día con el chupete en la boca. El motivo de esa medida es que se evite que pueda sufrir ciertas alteraciones en lo que es la estructura de su rostro y concretamente de su boca.
Sí, como lo estás leyendo. El estar succionando continuamente ese artículo más del tiempo establecido puede llevarle a sufrir las siguientes consecuencias:
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La succión continuada provocará que se modifiquen los músculos de la cara, propiciando, por ejemplo, que estos lleven a que su boca se haga mucho más estrecha.
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Asimismo no hay que pasar por alto que esa situación también provocará que el paladar no se le desarrolle de la manera correcta. ¿Resultado? Básicamente que su maxilar se estrechará, será menor la cantidad de aire que le llegue por la nariz y respirará mucho peor.
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Al mismo tiempo, producirá que sus piezas dentales sufran un grave daño que se manifestará haciendo que las inferiores se echen para atrás y que las superiores, por otro lado, lo hagan hacia delante.
Nada de “trucos caseros”
Los odontólogos especialmente también vienen a dar a conocer a los padres otra regla de oro que deben cumplir sí o sí respecto al uso que sus hijos hacen del chupete: que jamás recurran a determinados trucos caseros con el mismo para que los pequeños estén tranquilos y calmados. Con esto a lo que nos referimos es a que, bajo ningún concepto, deben optar por meterles el chupete en azúcar o en leche condesada para que dejen de llorar.
Es cierto que durante muchas generaciones, las madres y abuelas apostaban por esa medida para tranquilizar a los niños. Sin embargo, eso es un gran error. ¿Por qué? Porque eso puede hacer que puedan aparecerles caries.
No superar la barrera de los 3 años
Asimismo otra clave respecto al asunto que nos ocupa es que jamás, bajo ningún concepto, se debe permitir que los menores de más de tres años sigan empleando el chupete. La razón de eso es que si lo siguen haciendo pueden sufrir graves daños en su dentadura.
Es más, desde la Asociación Española de Pediatría se aconseja que cuando el niño cumpla el año de vida sea cuando se le retire por completo en pro de su salud bucodental.
Otros consejos y datos de interés
Además de tener en cuenta las citadas recomendaciones, es imprescindible que los padres tengan claros otros consejos al respecto así como ciertos datos de interés relacionados con el uso del chupete:
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Es fundamental tenerlo en perfecto estado de higiene, para evitar infecciones de todo tipo. Por eso, se recomienda lavarlo con agua y jabón neutro.
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Tanto por razones higiénicas como para evitar situaciones de “crisis” ante la pérdida de uno, se recomienda que el bebé tenga más de un chupete y que alterne la succión de esos.
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Lo aconsejable es cambiarlo cada dos meses.
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Cuando el niño tiene ya dientes, es vital que, antes de darle el chupete, este artículo sea revisado por sus papás para comprobar que la tetina está en perfecto estado, que no se está comenzando a desprender o que está rota directamente.