El Mallorca dispondrá de 20.698 entradas para la final

El Mallorca dispondrá de 20.698 entradas para la final de Sevilla, tras el reparto efectuado hoy por la Federación Española de Fútbol. El club abrirá la próxima semana un plazo de preventa para sus 20.728 abonados. Los precios se han establecido entre 40 y 120 euros y se han habilitado otras 6.500 plazas para viajar a ver el partido con precio de entre 200 y 660 euros.

Tras la reunión mantenida hoy por los clubes con la Federación en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas ya se conocen muchos detalles sobre la final entre Mallorca y Athletic. Por ejemplo, que el partido será a las 10 de la noche del sábado seis de abril, o que la Dirección General de Policía ha asignado el Parque del Alamillo, en la Isla de la Cartuja, como la Fan Zone de los mallorquinistas. «En los próximos días se darán todos los detalles de las actividades que estamos programando», ha asegurado el Mallorca en una nota oficial.

«Desde la clasificación para la final, el club ha trabajado intensamente para movilizar plazas de avión y barco para el traslado del máximo número posible de aficionados mallorquinistas. Además de las iniciativas de las peñas, el club pondrá a disposición alrededor de 6.500 plazas más que saldrán a la venta por diferentes canales. Los precios oscilarán entre 200 € y 660 €», explica el club en la misma nota.

«Queremos agradecer el enorme esfuerzo por parte de Air Europa, Balearia y los diferentes brokers y compañías de autocares que harán esto posible, como también el gran trabajo de Unió de Penyes y Moviment Mallorquinista. Seguiremos trabajando en los próximos días para lograr el mayor desplazamiento mallorquinista de nuestros 108 años de historia», se marca como objetivo la entidad, que recuerda que las entradas serán «digitales y nominativas».

Tal y como adelantó OKBALEARES se espera que un mínimo de 22 aviones y tres barcos desplacen a los seguidores del Mallorca a Sevilla. Eso sin contar, por supuesto, con los desplazamientos particulares de los aficionados que residen en las isla y los que están en la península. El objetivo es desplazar a 20.000 personas, pero es un reto muy ambicioso.