Crítica

Kiken_2023: menores y redes sociales, reflejados en una joya maestra

La obra de Neus Nadal, representada en el Teatro Principal de Palma, es un trabajo magistral

Destaca el buen hacer de Joan Miquel Artigues, autor de un afortunado y admirable espacio escénico

Kiken_2023
Kiken_2023, obra de Neus Nadal, representada en el Teatro Principal de Palma.

El estreno días pasados en el Teatro Principal de Palma de Kiken_2023 se podía interpretar en una primera observación como consecuencia de que su autora, Neus Nadal, ganase en 2023 el Premio Mallorca de textos teatrales y de ahí la colaboración del Principal en la puesta en escena. Después está el argumento de rabiosa actualidad: el uso de las redes sociales por menores y el riesgo no sólo de evadirse de la realidad, sino también de ser víctima del grooming, palabra à la mode cuando bastaría con decir pederastia.

Parece claro que el destino natural de esta obra son los centros educativos y de hecho es lo que está ocurriendo. Sin embargo, también reúne condición suficiente para ser considerada una obra en absoluto menor a pesar de verse representada con una dramaturgia que cabe definir simplísima, elemental. 

Debo reconocer que acudí a verla porque me interesaba el trío de actrices y en especial Lluqui Herrero y Catalina Florit, asentadas en la interpretación. De estas dos ya me habían impactado recientemente Chocolate y Filles de la Misericòrdia. Aunque la sorpresa mayúscula fue reencontrarme con Lulu Cormican, actriz que apenas lleva un lustro en activo y sorprendiendo -en 2023 precisamente- con Els dies bons, obra irregular, la describí en su día como «chicle drama», si bien Cormican conseguía brillar con luz propia. 

Otra circunstancia que despertaba mi curiosidad era que Neus Nadal fuese también la directora, aunque visto el resultado (debo decirlo: espléndido sin lugar a dudas), es justo mencionar el trabajo de Joan Miquel Artigues, autor de un afortunado y admirable espacio escénico. Todo lo dicho, hasta ahora,  son ingredientes que aisladamente darían sus frutos, aunque conjurándose a la vez todos ellos en un mismo compromiso escénico, el resultado no puede ser otro que la excelencia y, en efecto, asistimos a un trabajo magistral.

La sobriedad de Herrero y Florit en sus papeles viene de fábrica por decirlo así. Está en el texto. En cambio, la feliz coincidencia en Cormican de estar facultada no sólo para la interpretación, también para la danza, contribuye a darle su brillo al personaje de Paula. Hay una escena en particular, repetida como un cliché porque es imprescindible para visualizar la dependencia del móvil, requiere un ejercicio de máxima concentración y sin embargo lo que nos transmite Cormican es absoluta naturalidad. Y eso contribuye a dar una inmensa fuerza dramática a esta suerte de sketch repetido insistentemente. 

Otro aspecto felizmente conseguido es transmitir por todo el escenario los mensajes de whatsapp porque vienen a evidenciar que ahí reside el mundo interior de esta adolescente, su vida entera, y como ella tantos menores. Es, imagino, un acierto que le corresponde a Joan Miquel Artigues.

La verdad no esperaba encontrarme con un trabajo tan sólido y exportable. Además, juega a su favor la corrección política: la familia formada por un matrimonio de lesbianas y la adolescente. Es igual que la inmensa mayoría de los escolares vivan en familias convencionales. Aquí lo que cuenta es la asunción del pensamiento dominante, único. Pues vale entonces. No dejará de ser una pequeña gran joya maestra por esa insignificancia. Es la facultad de Neus Nadal caracterizar a los personajes como le venga en gana.

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