Emotivo acto de jubilación de ‘Papi’, un histórico bombero de Palma tras 37 años de servicio
El parque central Magdalena Rigo despide a uno de los profesionales más queridos y apreciados del Cuerpo


La última guardia de un histórico. Este pasado lunes fue un día cargado de emoción y recuerdos en el Parque de Bombers de Palma. Juanjo Parejo Lizarreta, más conocido por todos como ‘Papi’, vivió su última jornada como bombero tras 37 años de entrega, profesionalidad y compañerismo. Su despedida no fue una más: fue una ovación merecida a toda una vida dedicada al servicio público, a la vocación y al apoyo incondicional a sus compañeros.
Al término de su jornada laboral, y sin que él lo supiera, el parque al completo se preparó para rendirle homenaje. En el aparcamiento le esperaban todos: desde los mandos y personal técnico, hasta cada uno de sus compañeros de guardia y de otras unidades. Los camiones, furgonetas y vehículos oficiales encendieron sus luces rotativas azules, mientras las sirenas rompían el silencio con un estruendo que, esta vez, no anunciaba una emergencia, sino el reconocimiento a una trayectoria ejemplar.
Acompañando ese simbólico sonido de despedida, toda la plantilla se alineó en formación para recibirlo entre aplausos. ‘Papi’ fue recorriendo lentamente el pasillo humano que se había formado, estrechando manos, abrazando amigos, fundiéndose en gestos de cariño y admiración con quienes han compartido con él innumerables turnos, intervenciones, peligros y también victorias. Las lágrimas, lejos de esconderse, fluyeron entre abrazos sinceros. Y, como marca la tradición entre bomberos, Juanjo terminó siendo ‘manteado’ por sus compañeros, en una celebración que combinó la alegría, la gratitud y la inevitable nostalgia.
Sus compañeros no tardaron en rendirle homenaje también en redes sociales, donde escribieron unas palabras que reflejan el sentir unánime del Cuerpo: «Hoy se jubila nuestro compañero Juanjo. Posiblemente, la persona más querida de todo el Cuerpo. Nunca olvidaremos esa serenidad en los servicios y estos saludos con un abrazo. Hacías que quien tenía un mal día le cambiase la cara. Por eso y por mucho más, gracias por todo».
La despedida, cargada de afecto y respeto, culmina con otro mensaje emotivo: «Te echaremos infinitamente de menos. Nunca cambies. Se va un gran bombero y una mejor persona», presumían sus compañeros, conscientes de que con su marcha no sólo se jubila un profesional intachable, sino también un alma generosa que deja huella en cada rincón del parque.
Pero Juanjo Parejo no solo es un referente en el cuerpo por su labor en emergencias. Fuera del uniforme, es también un maestro orfebre, un artesano experto en trabajar con metales preciosos como el oro y la plata, capaz de crear piezas únicas con el mismo cuidado y precisión con el que durante años atendió cada servicio. Su habilidad con las manos es solo comparable con su vasto conocimiento: Parejo es un apasionado de la historia, especialmente de la Roma clásica, disciplina que ha estudiado y transmitido con entusiasmo entre sus compañeros.
Además, quienes han compartido con él guardias saben que era uno de los mejores y más diestros conductores de camiones del cuerpo. Su pericia al volante ha sido clave en innumerables intervenciones, y su capacidad para mantener la calma bajo presión, un ejemplo para las nuevas generaciones.
Con su jubilación, no solo se retira un profesional experimentado, sino también una de las bibliotecas vivas del cuerpo. Su experiencia, su conocimiento, y sobre todo, su humanidad, formaban parte del ADN cotidiano de los Bombers de Palma.
Hoy, ‘Papi’ cierra una etapa. Pero su legado, su risa tranquila, sus abrazos sinceros y su mirada serena permanecerán imborrables en la memoria de quienes tuvieron el honor de trabajar a su lado. Y aunque ya no vista el uniforme, seguirá siendo, para todos, uno de los suyos.