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Armengol quiere limitar la venta de casas a extranjeros mientras vende una sede del PSOE a un alemán

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la presidenta del Govern balear, Francina Armengol.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La presidenta socialista del Govern, Francina Armengol, quiere limitar y restringir la venta de casas a extranjeros en Baleares, mientras la también secretaria general del PSIB-PSOE acaba de vender por 350.000 euros la sede de los socialistas en la localidad mallorquina de Alaró a un ciudadano alemán.

Una operación inmobiliaria liderada por la dirección balear del partido en la capital balear, que ha tardado casi dos años en materializarse y que ha sido vendida por 125.000 euros menos de lo que inicialmente pretendían los socialistas de Baleares, 475.000 euros.

La venta de este activo inmobiliario, que viene a reforzar las pudientes arcas de un partido que gobierna en la práctica totalidad de las administraciones de Baleares, se produce mientras el Ejecutivo autonómico de coalición de PSOE, independentistas de Més y Podemos ha impulsado un debate parlamentario con la finalidad de adoptar medidas legislativas que restrinjan o limiten la venta de inmuebles a extranjeros y personas no residentes.

De hecho, en el pleno de la Cámara balear celebrado el pasado miércoles, el portavoz del Govern y conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, manifestaba sobre el particular que se tienen que fijar límites a la venta de vivienda para evitar que Baleares se convierta en «un parque temático».

«Se tienen que establecer determinados límites en materia de vivienda a nivel europeo», abundó el conseller socialista, partidario de «un debate profundo sobre cómo se tiene que hacer y ordenar este debate en todos sus niveles y, desde luego, este gobierno lo plantea y ya lo ha señalado en varias ocasiones».

Así respondió Negueruela, durante la sesión de control al Govern, a una pregunta del diputado del PP, Sebastià Sagreras, sobre los mecanismos para establecer límites en materia de vivienda que se piden a la Unión Europea.

El diputado popular censuró al Govern que «el precio del alquiler y la compraventa no ha hecho más que subir desde que gobierna Armengol», siendo en estos momentos el mercado inmobiliario más caro de España. Y criticó la propuesta del Ejecutivo de limitar la compraventa de viviendas a los extranjeros al considerar que «se prohíbe a los mallorquines su derecho a vender las propiedades a quienes quieran».

Negueruela, por su parte, precisó que la iniciativa del Govern, que todo apunta que quedará en nada, pretende «favorecer que se pueda proteger la primera residencia, como ha hecho Finlandia, Dinamarca o como hace Malta, como hacen otros países de la Unión Europea con total margen pactado a través de la Unión Europea, en sus acuerdos de adhesión o de otra forma», sin concretar nada al respecto.

Pero mientras ese debate para fijar límites a la venta de vivienda a extranjeros se celebraba en el Parlament, la dirección socialista del partido en Palma, con la habitual demagogia de la que hace gala, rubricaba a puerta cerrada la venta a un ciudadano alemán de su sede de Alaró, inaugurada en la década de los años ochenta por Alfonso Guerra.

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