El acusado de terrorismo

El vicario que sobrevivió al yihadista de Algeciras: «Recibí un machetazo de 17 cm en el cuello»

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El vicario que sobrevivió al yihadista de Algeciras: "Recibí un machetazo en el cuello de 17 cms"

La intención del yihadista de Algeciras, Yassine Kanjaa, era matar a todos los sacerdotes que encontrara en su camino. Lo explica la Audiencia Nacional en sus autos y lo confirma Antonio, el vicario que sobrevivió al ataque terrorista: «Recibí un machetazo en el cuello de 17 centímetros». OKDIARIO ha accedido a la declaración judicial de éste testigo que relata cómo el magrebí entró en la parroquia de San Isidro armado con un machete y fue directo a matarle.

Antonio Rodríguez compareció ante el juez de la Audiencia Nacional Joaquín Gadea como perjudicado y a la vez como un testigo fundamental del ataque yihadista a dos iglesias de Algeciras el pasado 25 de enero.

Este sacerdote salesiano de 75 años estaba celebrando la misa de las 19:00 cuando una serie de golpes y gritos interrumpieron la celebración: «Estaba diciendo la misa y después de dar la comunión a los fieles, fui a purificar los vasos sagrados. Entonces entró un muchacho vestido de negro,  al principio no le vi nada, pero vi que cuando terminó de entrar en la iglesia blandía un machete». El vicario intentó huir, pero el terrorista fue directo a matarle: «Yo lo que hice fue dejarle llegar hasta donde está el altar porque la iglesia tiene un pasillo muy estrecho, le dejé pasar y entonces salí corriendo. Cuando iba por mitad de la iglesia recibí un machetazo, caí al suelo y allí yo veía caer la sangre sobre las vestiduras sagradas, me quedé quieto y no me moví».

El juez pregunta en qué lugar le alcanzó el magrebí Yassine con el machete. La descripción de la víctima habla claramente de un golpe con intención asesina: «En el cuello, en la parte trasera. Yo iba corriendo hacia la puerta y el vino detrás mía y al venir corriendo detrás mía, él es más ágil que yo porque con 75 años que voy a cumplir no tengo agilidad, y llegó y me dio por detrás. Fue un golpe que, según me ha dicho el forense, medía 17 centímetros de punta a punta».

En su relato, Antonio cuenta cómo consiguió salvar la vida, gracias a la ayuda de varios feligreses: «Yo recuerdo que las personas que estaban dentro de la iglesia me ayudaron. Uno llamó a la Policía, otro cerró la puerta de la iglesia, según me cuentan».

Un detalle importante para la investigación del caso es averiguar la motivación del ataque, y a preguntas de la fiscal, Antonio confirmó cómo una hora antes del asalto vio a Yassine Kanjaa discutiendo «acaloradamente» con la mujer que se ocupa del cuidado de la capilla: «Hablaba de que esta religión es falsa, de que se va a acabar el mundo, de que los libros que usamos en la eucaristía no son libros verdaderos».

El yihadista de Algeciras se marchó y una hora después regresó con el machete. El resto está en el relato de los investigadores. Kanjaa dio por muerto al vicario Antonio Rodríguez, salió de la iglesia, cruzó la plaza de Algeciras y atacó a Diego Valencia, sacristán de la iglesia de la Virgen de La Palma. El magrebí remató al sacristán cuando estaba en el suelo: «Una vez que le tiene en el suelo, sujeta la katana con ambas manos y alzando la mirada al cielo y gritando unas palabras en árabe entre las que se escucha la palabra ‘Allah’ le asesta una última estocada mortal». Una pareja de la Policía Local de Algeciras le detuvo minutos después.

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