Pueblos

El pueblo blanco a media hora de Córdoba que tiene un castillo que parece de Disney y tienes que ver sí o sí

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Castillo de Almodóvar del Río. (Foto: iStock)
Blanca Espada

Si tienes ganas de un plan especial este otoño, y estás además en Córdoba o cerca, nada como elegir uno de los pueblos que más sorprenden. Un pueblo blanco que tiene además un castillo que parece sacado de una película de Disney y que provocará que lo quieras visitar, hacerle fotos y conocer mucho más.

El pueblo en cuestión no es otro que Almodóvar del Río que destaca como un laberinto de calles blancas que suben hacia su castillo imponente. Y lo mejor es que está a apenas media hora de Córdoba, así que es un destino perfecto para una escapada de un día y descubrir este rincón, que además combina naturaleza, patrimonio, historia y, sobre todo, una esencia tranquila que se respira nada más llegar. No es un pueblo que quiera impresionar; simplemente lo hace. Y cuando descubres que gran parte de su término forma parte del Parque Natural Sierra de Hornachuelos, que tiene una playa fluvial en el embalse de La Breña II o que su castillo fue escenario de Juego de Tronos, empieza a quedar claro por qué tantos viajeros lo recomiendan. Toma nota, porque te contamos todo lo que merece la pena ver, empezando por el casco histórico y terminando por esa fortaleza que parece recién salida de Disney.

Qué visitar en Almodóvar del Río

Lo primero que impresiona de Almodóvar del Río es su ubicación. El pueblo se alza sobre una colina de más de 250 metros, con el Guadalquivir bordeando. Ese emplazamiento explica su importancia histórica: desde aquí se vigilaba el valle, se defendía la entrada a Córdoba y se controlaban los caminos que cruzaban la zona.

El casco antiguo es exactamente lo que uno espera de un pueblo andaluz como este: blanco, luminoso y lleno de callejuelas estrechas que suben y bajan como si no quisieran terminar nunca. En cuanto empiezas a andar descubres detalles que lo hacen único, como pequeñas casas señoriales, patios escondidos y fachadas donde la cal resalta aún más el color de las macetas. Entre los edificios más destacados están la Iglesia de la Inmaculada Concepción, la Casa Señorial de los Natera, el Antiguo Ayuntamiento, la Capilla del Hospital de la Caridad o la Ermita del Rosario y San Sebastián. Todos forman parte de un patrimonio que sorprende por su variedad.

Quienes buscan historia en estado puro disfrutarán especialmente del Antiguo Embarcadero (Portus) y de las colecciones municipales: la etnológica Ángel Estévez, la arqueológica, el archivo histórico o la exposición de taxidermia Cañet. Son pequeños espacios que permiten entender cómo ha evolucionado la vida en esta zona del valle. Y si viajas en familia o te apetece un día diferente, el Centro de Visitantes del Valle del Guadalquivirm a la entrada del municipio, es una parada perfecta para organizar la visita con más calma.

Pero Almodóvar del Río también tiene otra cara mucho más natural. El embalse de La Breña II cuenta con una playa fluvial donde practicar piragüismo, paddle surf o simplemente sentarse a ver el atardecer. Es un punto muy conocido entre quienes buscan rutas, deportes acuáticos o turismo activo, y que complementa muy bien la visita al pueblo.

Así es el castillo sacado de Disney

Pero el protagonista indiscutible de Almodóvar del Río es su castillo. No hay visitante que no se quede mirando hacia arriba al llegar. La fortaleza, con más de trece siglos de historia, es uno de los castillos mejor conservados de España y, visto desde abajo, parece literalmente un escenario de película. De hecho, lo ha sido: aquí se rodaron escenas de Juego de Tronos, donde se convirtió en Altojardín.

Construido en época andalusí, pasó por manos de emires, califatos, taifas y reinos cristianos. Fue propiedad del Emirato de Córdoba, formó parte de la Taifa de Carmona, de la Taifa de Sevilla y después del Imperio Almohade. En 1226 pasó a manos de Fernando III y, con los siglos, diferentes reyes ( Pedro I, Enrique II, Alfonso XI  fueron ampliando y reformando la fortaleza. El resultado es una mezcla de estilos y etapas que convierten el interior en un viaje histórico bastante impresionante.

Su gran transformación llegó gracias al XII Conde de Torralva, Rafael Desmaissières y Farina, quien, junto al arquitecto Adolfo Fernández Casanova, emprendió a finales del siglo XIX una restauración colosal. Se necesitaron 36 años de obras, 6.000 m³ de piedra y casi todo el pueblo trabajando en el proyecto. El acceso original ni siquiera existía: tuvieron que abrir un camino con barrena y dinamita. Hoy, el castillo se ve casi como lo soñaron: majestuoso, robusto y con un nivel de detalle que sorprende a cualquiera.

La visita puede hacerse por libre, con mapa, paneles explicativos y videoguías. También existen audioguías en varios idiomas y opciones guiadas culturales o teatralizadas, donde personajes históricos acompañan al visitante por mazmorras, torres, el armero o el Salón del Trono.  Y uno de los puntos más especiales es el Jardín del Foso, organizado por zonas de vegetación (oriental, tropical, mediterránea) que termina en un mirador que regala una de las vistas más bonitas del Guadalquivir y de toda la campiña cordobesa.

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