Orden de busca y captura contra el maltratador de Sevilla que cambió de sexo para evitar ir a la cárcel
Amparado en la Ley Trans, Cándido pasó a ser Candy y pidió un indulto al Gobierno
El Juzgado de lo Penal nº 3 de Sevilla ha emitido una orden de busca y captura contra el maltratador de Sevilla que cambió de sexo en el Registro Civil ante una condena de 15 meses de cárcel por diversos delitos contra su pareja. El juez considera que debe ingresar en prisión cuanto antes para cumplir dicha sentencia, ya firme desde septiembre de 2023.
La víctima denunció que Cándido, ahora Candy, padre de sus hijos, «dice que es mujer pero sigue haciendo su misma vida de hombre». «Se burla de la Justicia», «se ríe de todos» y lo único que quiere con esta maniobra amparada por la Ley Trans es «no volver a entrar en prisión».
Rosa -nombre ficticio- rompió la relación con su ex hace cinco años debido a los malos tratos, tanto psicológicos como físicos, a los que la sometió durante una década. En 2014 se le concedieron varias órdenes de protección frente a su agresor, que incumplió en numerosas ocasiones, hasta que en 2019 fue condenado a 15 meses de cárcel por un delito de quebrantamiento de condena y otro de amenazas.
El 11 de septiembre de 2023, una vez que la condena fue firme, un juzgado ordenó su ingreso inmediato en prisión, pero Candy ha logrado esquivar la cárcel hasta ahora gracias a una petición de indulto al Gobierno.
Por su parte, el abogado del maltratador afirma que Candy siempre se ha «sentido mujer» y el «único error» que ha cometido ha sido «crecer en una sociedad en la que ha estado cohibida durante mucho tiempo, sin poder expresar su verdadera condición sexual».
«El día que se aprobó la Ley Trans vio la luz al final del camino y a los 15 días fue al registro a cambiar su género. Ella sólo hizo realidad su deseo de convertirse en mujer y la ley por primera vez la amparó. No ha realizado este paso tan importante simplemente por librarse de la cárcel», sostiene su defensa.
El pasado 9 de agosto, Rosa fue agredida presuntamente en el portal de su casa y presentó una nueva denuncia contra Candy, en esta ocasión por violencia doméstica y de género, lesiones y maltrato. El caso recayó en el Juzgado nº 2 de Violencia sobre la Mujer, que se apartó al entender que no era competente porque Candy era mujer y no había violencia de género. El caso pasó al Juzgado de Instrucción nº 15 de Sevilla, pero acabó volviendo de nuevo al Juzgado de Violencia sobre la Mujer. La Fiscalía de Sevilla argumenta que es irrelevante quién decida sobre el mismo porque no se alteran los hechos probados.
El abogado de la víctima viene avisando de que este cambio de sexo del investigado supone «un fraude de ley» para que su caso sea abordado por un juzgado convencional y no por uno de violencia sobre la mujer, con lo que ello comporta en materia de penas.
La Ley Trans establece que las agresiones machistas denunciadas antes de que un hombre cambie su sexo en el Registro Civil se juzgarán aplicando la Ley contra la Violencia de Género. El caso es distinto si la agresión se ha producido después del cambio de sexo, que sería juzgada como violencia doméstica, según fuentes jurídicas.
Orden de busca y captura
Ahora, según una nota del bufete que representa a la víctima, Sires Abogados, el juzgado de lo Penal nº 3 de Sevilla dictó el pasado 30 de octubre una orden de busca y captura contra el maltratador, «que desde el 11 de septiembre de 2023» se encuentra «en libertad» a pesar de la condena en firme.
«Este bufete muestra su satisfacción por una decisión judicial que pone coto a posibles nuevos quebrantamientos de condena, ya que nuestra defendida ha sufrido acoso por parte de su maltratador en varias ocasiones, la última el pasado agosto», añade.
José Antonio Sires, abogado titular del bufete y encargado de la defensa de la víctima, espera que la orden de ingreso en prisión se cumpla cuanto antes y no se dilate más «el sufrimiento innecesario de una mujer que debería estar amparada por la Justicia desde el primer momento, y no en manos de alguien que no ha tenido problema alguno en merodear su casa, acosarla e incluso agredirla una vez condenado».
«Nuestra defendida acudió a los juzgados la pasada semana para ratificar su oposición al indulto que ha pedido su maltratador, en una clara maniobra de esta persona para no asumir las consecuencias de sus actos y dilatar el proceso», señala Sires.
Además, Candy encarará en enero un juicio «en el que se enfrenta a cuatro años de prisión, de nuevo por maltrato continuado» a la perjudicada, «que no se merece el calvario que está pasando por el mero hecho de haber querido romper una relación que sólo le estaba proporcionando sufrimientos de forma continua», sentencia su defensa.