Málaga acaba con los coches de caballos: 25 licencias anuladas y más de 3 millones en indemnizaciones
El ayuntamiento justifica la decisión por motivos de seguridad, salubridad y bienestar animal


Málaga ha puesto fin este lunes al tradicional servicio turístico de coches de caballos. El Ayuntamiento ha hecho efectiva la revocación de las 25 licencias en vigor y ha indemnizado a sus titulares con 125.380 euros por licencia, lo que eleva el coste total de la medida a más de 3,13 millones de euros.
La decisión, anunciada por el alcalde, Francisco de la Torre (PP), durante el debate del estado de la ciudad el pasado enero, responde, según el consistorio, a la «incompatibilidad de esta actividad con el desarrollo urbano en condiciones de seguridad y salubridad, tanto para los usuarios de la vía pública como para los propios animales».
El Ayuntamiento de Málaga recuerda que el servicio estaba regulado por una ordenanza municipal de 2015 que fijaba para las licencias una vigencia máxima de 20 años, hasta 2035. De las 55 licencias que existían en 2018, 30 ya fueron objeto de rescate y amortización, con carácter voluntario y previa indemnización, en las anualidades de 2016, 2018, 2019 y 2020, en ejecución del acuerdo adoptado por la Junta de Gobierno Local.
«Hemos dado este paso pensando en el bienestar y la seguridad de los animales. Málaga ha evolucionado y ahora hay muchas formas sostenibles de recorrer la ciudad; la mejor de todas: disfrutar de un paseo por nuestras calles», ha apuntado el alcalde.
Hoy se hace efectiva la revocación de las licencias de los coches de caballos.
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Además, este lunes se han retirado las señales de reserva de estacionamiento para los coches de caballos en Cortina del Muelle, paseo de los Curas y avenida Cervantes, que pasarán a destinarse a plazas para motocicletas.
El Partido Animalista Pacma ha celebrado la medida tras «más de 10 años de lucha» para abolir esta práctica y ha animado a otras ciudades (Sevilla, Córdoba, Marbella, Fuengirola o Mijas) a seguir el ejemplo. «Gracias a la presión constante, se fueron consiguiendo medidas parciales como la instalación de puntos de agua y zonas de sombra, la limitación de horarios, la revisión de cuadras y la oposición a su traslado al Guadalhorce, donde incluso se planteó pagar con fondos públicos el alojamiento de los animales a los cocheros», ha remarcado Pacma, que celebra que la capital de la Costa del Sol dé «un paso histórico hacia la empatía y la modernidad».