La izquierda silencia los problemas de Coria del Río: su alcalde calla ante los gases tóxicos y los okupas
Las brutales amenazas de los okupas que han asaltado un edificio: «¡Si cortáis la luz, garrafa de gasolina!»
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Un grupo de okupas violentos ‘conquista’ un edificio en Coria del Río y amedrenta con machetes a todo el pueblo
Pese a que la izquierda dice abanderar la voz del pueblo, lo cierto es que en municipios como Coria del Río se demuestra que no. Su alcalde, Modesto González (del partido nacionalista de izquierdas Andalucía por sí), no se ha pronunciado y sigue escondido con dos polémicas en el pueblo que han copado portadas a nivel nacional: los gases tóxicos que infectan a 4.000 personas y el edificio okupado que atemoriza al pueblo.
El silencio del alcalde crispa a un pueblo que dice no poder más. Por suerte, la Guardia Civil ya ha facilitado el acceso a pruebas toxicológicas a casi 400 vecinos del municipio, que podrán demostrar por fin el alto nivel de gases tóxicos que se han instalado en su cuerpo.
Además de la ‘okupación’ de los gases tóxicos en los cuerpos de hasta 4.000 vecinos de Coria del Río, existe otra okupación real en un gran edificio en el centro del pueblo que, como mostró OKDIARIO, tiene atemorizado a todo el pueblo, al que amenaza con machetes y con bidones de gasolina.
La situación es, a todas luces, «insostenible», tal y como explican varios vecinos del pueblo a este periódico, al que recuerdan que son más de diez años los que llevan luchando para demostrar la existencia de unos gases tóxicos que el alcalde del pueblo directamente niega, así como los problemas de violencia acaecidos a raíz de los okupas que atemorizan al pueblo.
Dos importantes conflictos que, sin embargo, no parecen importar a un Modesto González que sigue escondido, tanto de los medios como de sus propios vecinos. Sergio, uno de los ciudadanos de Coria del Río más combativos en la ‘guerra’ contra los gases tóxicos, ha llegado a tachar al alcalde de «genocida», mientras que otra vecina siente, según explica a este periódico, la necesidad de que González «pague por todo lo que ha hecho o, mejor dicho, por lo que ha dejado de hacer». Porque, según explican todos en Coria del Río, este es el ‘modus operandi’ de Modesto González: no hacer «absolutamente nada».