Ataques de orcas detienen el tráfico marítimo en Cádiz

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Un numerosos grupo de orcas están impidiendo que se pueda navegar con normalidad en las costas de Cádiz. De hecho, Salvamento Marítimo ha tenido que remolcar en la noche de este lunes al velero ‘Eva’, después de avisar sus cuatro tripulantes de haber sufrido una acometida con orcas a milla y media al oeste del cabo Camarinal, cerca de la playa de Bolonia, y quedar su timón inutilizado, de forma que se elevan a dos el total de veleros auxiliados por Salvamento en la misma jornada por un encontronazo con estos mamíferos.

Según han informado a Europa Press fuentes de Salvamento Marítimo, ha sido la misma salvamar que participó en el primer rescate, la ‘Enif’, la que ha remolcado al velero hasta el puerto de Barbate (Cádiz), a donde han llegado sobre las 2,25 horas de esta madrugada. El aviso se emitió cerca de la medianoche.

Previamente por la tarde, otro velero, el ‘Eva’, reportó un encontronazo con orcas a once millas al suroeste de Atlanterra, en el municipio de Tarifa (Cádiz), desplazándose la ‘Enif’ para rescatarlo y remolcarlo a Barbate.

En una primera llamada, desde este velero avisaron de una interacción con orcas, aunque matizaron que no requerían asistencia. Posteriormente, el velero alertó de un incidente con orcas pidiendo asistencia porque no funcionaba correctamente el timón.

Expertos

Ezequiel Andréu, investigador en el Grupo de Trabajo Orca Atlántica, ha insistido, en relación a los incidentes con las orcas sufridos por veleros en el entorno de Tarifa y Barbate, en la importancia de «seguir el protocolo que se ha elaborado y que está basado en las experiencias que se han tenido de julio del año pasado, cuando se produjeron las primeras interacciones de las que se tenga una referencia y en las que haya habido una rotura de timón».

En declaraciones a Canal Sur Radio, recogidas por Europa Press, Andréu ha explicado que «este protocolo lo único que indica es que se pare el barco, se siga navegando, se pare el piloto automático, no se mueva el timón debido a que es el elemento que las atrae, no sacar el cuerpo por fuera de la embarcación, no hacer ningún tipo de ruido y esperar un tiempo prudente después de haber contactado a través del VHS con los dispositivos de control y tráfico marítimo para dar advertencia de la observación».

En este sentido, Andréu ha puntualizado que «se prefiere hablar de interacción y no de ataque porque no existe una intención por parte de la orca de destruir nada ni de atacar, sino que son interacciones que se producen» y que pueden llegar «a roturas del timón».

Así, ha explicado que las embarcaciones que se ven afectadas son «embarcaciones de vela que ven que sus timones, que son elementos muy específicos y que están alejados de la hélice, pueden acabar rotos, sobre todo cuando no se siguen una serie de medidas».

En cuanto a la motivación de las orcas para llevar a cabo estas «interacciones», Andréu ha reconocido que «por qué lo hacen no se puede saber a día de hoy con la información que se tiene y, de hecho, y al tratarse de animales, es posible que jamás se pueda responder con exactitud».

No obstante, ha matizado que «en cualquier caso, no se trata de qué se está haciendo mal, también puede ser un patrón comportamental aprendido y reiterado en el tiempo, y además transmitido al resto de los grupos de individuos».

Por último, sobre un potencial peligro para los bañistas, el investigador ha desvelado que «hay que ser muy prudentes siempre, pero no hay registros de que las orcas hayan atacado a bañistas, ni siquiera a nadie que se haya caído de una embarcación».

De esta forma, ha subrayado que «el temor está en que una embarcación de vela se puede quedar sin timón y a la deriva, y es lo que se está intentando evitar, de ahí la elaboración del protocolo y su cumplimiento», al tiempo que ha avisado que «lanzar cualquier cosa a los animales no va a asustar ni espantarlos, sino que puede ocurrir todo lo contrario».

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