Los tres españoles de oro

Wine Searcher es el buscador de vinos más prestigioso del sector. En palabras de Pedro Ballester (Master of Wine): «‘Wine Searcher’ es como el Pentágono, sabe en tiempo real las ventas que tienen los vinos más caros de cada país productor».

Está en Auckland, y es como la NASA, lleno de pantallas, de monitores que indican la verdad de la verdad. No se trata de que uno diga que su vino es el más caro de su país, se trata de que haya coleccionistas que lo paguen y así lo consideren.

WS selecciona los 12 vinos más caros de cada país basándose en ventas reales en el comercio mundial, de los 12 vinos más prestigiosos y caros de España, 4 son Ribera del Duero.

Y de éstos, dos son Valduero:

Valduero12 años 2001

Valduero Lantigua 1991

Los otros dos son VegaSicilia Único Gran Reserva 1968 y Dominio de Pingus 1996.

Y el de más alto precio de España es VALDUERO Lantigua 1991 al precio de 2.800 euros.

Entre tres bodegas de la Ribera del Duero – Valduero, Vega Sicilia y Pingus- se reparten el pódium de los cuatro más caros y prestigiosos de España, seguidos por Rioja, Priorato y Bierzo.

Hablamos Yolanda García Viadero, de Bodegas Valduero y creadora de Valduero Lantigua 1991.

¿Imaginó en algún momento que en una generación conseguiría que sus vinos se sitúen como el vino de más alto valor de España?

Valduero es la consecuencia de un buen ensamblaje, del ensamblaje de tres capacidades, de tres ilusiones, de tres férreas voluntades, de tres imaginaciones: mi padre junto con Carolina, mi hermana y yo misma. Y ese buenísimo ensamblaje es lo que ha hecho posible Valduero Y sí, sí, claro que imaginé que podíamos llegar ahí, y que podíamos llegar a juntos. Y es que eso es lo que ha sido Valduero hasta el momento, creo que nuestro éxito está justamente en esa unión, en esa complementariedad de nuestras voluntades y de nuestras capacidades.

Creo que nosotros tres somos personas que pensamos que en la vida no hay que intentarlo, hay que conseguirlo. Y bueno, aunque te pongas una meta elevada, hay que creer en ello pensando siempre en conseguirlo, por eso estamos consiguiéndolo.

Cuando eso es así, digamos que la suerte viene en tu encuentro, pues a la hora de elegir el terreno, la tierra donde caímos en Ribera del Duero, el epicentro de los mejores viñedos de la zona mejor para crear los mejores vinos, y luego está el hábito, el hábito de buscar la perfección. Somos perfeccionistas, lo somos, y eso nos acerca a la excelencia.

Valduero Lantigua, es el vino considerado de más alto valor de España.  ¿Nos habla de él?

Valduero Lantigua es exactamente eso, son antiguas añadas, botellas muy especiales que he ido guardando en nuestro botellero durante todos estos años. Realmente es una representación de la Ribera de Duero más longeva, son añadas que ahora mismo tienen entre 25 y 30 años, eso quiere decir que han estado dentro de la botella durante 15 y 18 años, por lo menos.

Cuando abres una botella de estas realmente estás oliendo y degustando el tiempo que encierra un excelente vino. Es algo muy exclusivo, algo que no hay que no te puedes encontrar en cualquier parte. ¿Quién ha guardado tanto tiempo una o varias botellas en un botellero? Y, sobre todo, son vinos que, además, indiscutiblemente pueden con ese tiempo. Es decir, son vinos que están presentes, que guardan características, que han cogido sus características primigenias y que, además, se han ido transformando para dar un vino sutil, elegante y asombroso porque todavía mantiene las características de un Ribera de Duero excelente.

Por supuesto, todo eso tiene un valor. Son aquellas uvas que, por ejemplo, se vendimiaron en 1991, se han convertido en vino, y ese vino ha perdurado durante todos estos años. Estamos hablando de 32 años y eso es realmente algo excepcional, y por eso tiene ese valor y ese precio. Porque es bueno, muy bueno y excepcional.

Hemos leído que Pedro Ballester (Master of Wine) consideró a Valduero 12 años 2001 como un fabuloso compendio de su experiencia. ¿Qué opina usted?

El Valduero 12 años es, sin lugar a dudas, la cumbre de una idea y es que dentro de un mismo viñedo hay zonas muy muy muy particulares cada año, y de esa zona tan particular que puede ser sólo media hectárea como mucho en cada viñedo, marca a los individuos, las plantas, y dentro de las plantas,  los racimos. Y con esos racimos de cada planta se hace un vino de forma manual, no lo toca una máquina, ni siquiera en el embotellado.

Claro, esa elección de la uva, tan pormenorizada, planta por planta, racimo por racimo, da un resultado bárbaro e increíble que roza la excelencia. Y creo que Pedro se dio cuenta de que así era, cuando haces algo muy bueno se aprecia y un Master of Wine se da cuenta, aún con más motivo. Además, cualquier persona sin conocimiento del vino lo puede apreciar si tiene la oportunidad de probar un 12 años, se da cuenta de que este vino es otra dimensión. Y es que si, además, puedes quedarte con una botella en casa e ir viendo cómo evoluciona, eso ya el éxtasis. Una maravilla.

Es precursora del vino hecho «a mano». ¿Arte frente a mecanización?

Sin lugar a dudas. Creo que la mente del ser humano cuando está seguida de una fuerte voluntad y unas manos y una atención personal constante, el resultado es excelente. Así que, sí, creo absolutamente en el hecho a mano porque creo que es seguir una idea y seguir un camino de perfección, y eso se hace también con la emoción. Y ahí es donde está, efectivamente, la emoción, en el hecho a mano, en el trabajo, en la artesanía y en el esfuerzo. Sí, yo creo en todo eso frente a un mundo absolutamente digitalizado, que es lo que prima ahora. Creo que el ser humano es el creador del arte, es el creador de las cosas realmente excepcionales y excelentes. 

En cuanto a la tierra y sus uvas, ¿cuándo estudiaba ingeniería era más ecologista que ahora?

Cuando era estudiante, aún se hablaba muy poco de esto. Y ahora, la verdad, es que yo más que ecologista, diría que estoy en un momento de mi vida en la que estoy centrada en el vino, en cómo hacerlo mejor, conseguir más matices y alcanzar algo excepcional. Y todo ello, en el camino de cuidar de la tierra y las uvas, me ha llevado también por la senda de un cierto cuidado del medio ambiente. Y es que para mí este cuidado de la naturaleza en Valduero no es más que la consecuencia del tremendo cuidado que ponemos en hacer el mejor vino.

Para mí hacer el mejor vino es la prioridad, quiero tratar bien las uvas y quiero que el proceso sea lo más limpio posible. Por lo tanto, no uso energía de ningún tipo, no uso fertilizantes, ni químicos de ningún tipo. Es decir, cultivamos la tierra con el máximo respeto, pero es sencillamente porque en Valduero lo que queremos es el mejor vino. Y esa es nuestra prioridad.