Cómo prevenir la obesidad infantil desde pequeños

Cómo prevenir la obesidad infantil desde pequeños
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En los últimos años se ha experimentado un incremento en las tasas de sobrepeso y obesidad entre la población infantil, ocasionado sobre todo por una deficiente alimentación y el sedentarismo. La situación quizás obligaría a replantearse unos cuantos asuntos en materia de estado, como podrían ser las subidas de precio en refrescos o regular la publicidad de alimentos ricos en azúcares y grasas. En este artículo te enseñamos cómo prevenir la obesidad infantil desde pequeños.

Lo esencial es que en casa se predique con el ejemplo, asentando las bases de unos hábitos adecuados en lo que se refiere a la dieta.

En primer lugar habría que apostar por un desayuno saludable y equilibrado, en donde se le otorgue un mayor peso a los alimentos de absorción lenta y que nos garanticen una adecuada energía para ofrecer el mejor rendimiento posible en la escuela. Ten en cuenta que un desayuno cargado de grasas y azúcares proporciona mucha energía de golpe, pero no resultará demasiado duradera en el tiempo.

Hay que gestionar las cantidades de azúcar que se consumen. En el caso de un menor que siga una dieta de 1.800 calorías, no debería superar los 37 gramos de azúcar al día, intentando que esta cantidad se redujera a la mitad. Más que el azúcar añadido, el gran problema reside en otros elementos que aparecen en las etiquetas de los productos como la glucosa, concentrado de zumo de fruta, malta, lactosa, miel, maltrodextrina, jarabe de maíz de alta fructosa o etil maltol.

Cada día se debe realizar al menos una hora de ejercicio físico y consumir bastante agua. No hace falta que sea una actividad de gran intensidad como correr. Con jugar en el parque, pasear al perro, ir a la compra o montar en bicicleta se combate el sedentarismo. Lo ideal sería una hora de deporte durante cuatro días a la semana.

La irrupción de las nuevas tecnologías ha provocado que muchos niños ya no salgan al parque a jugar y se queden con los videojuegos o viendo la televisión. A diario pasan una media de casi tres horas sentados delante de una pantalla. Los expertos aseguran que deben fomentarse actividades como correr, nadar, montar en bici o caminar en compañía de la familia. Obviamente, todo resultará mucho más fácil sí en casa ve a gente realizando deporte. A través de este ejercicio se alejará de los malos hábitos como puede ser estar tantas horas delante de una televisión.

Desde una edad bien temprana hay que enseñar a los niños los motivos por los que pueden ingerir o no ciertos alimentos. De esa manera se les dará las claves para gestionar su estado emocional y físico en el futuro. Por eso recomiendan que nunca se les castigue o premie con alimentos, ya que al final acabarán asociando los dulces como algo bueno y las verduras como lo negativo.

Para que puedan crecer con normalidad se recomienda potenciar el consumo de verduras, frutas, proteínas, pan y lácteos. Un 50% de la dieta se debe componer de hidratos de carbono y el resto de proteínas y grasas.

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