La impresionante Muralla China de España en un pueblo abandonado con vistas asombrosas
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Las murallas de Finestres, conocidas como la Muralla China de España, son una formación geológica impresionante situada en la Sierra de Montsec, que abarca las provincias de Huesca (Aragón) y Lérida (Cataluña). Ubicadas cerca del pueblo de Finestres, a orillas del embalse de Canelles, uno de los más grandes de España, estas murallas son parte de un sistema montañoso famoso por sus paisajes abruptos, profundos barrancos y vistas impresionantes en la Sierra de Montsec.
Este paraje natural sorprendente, menos reconocido que otros destinos turísticos, ofrece una experiencia inolvidable para los amantes de la naturaleza, la historia y la geología. Una combinación perfecta de belleza natural y patrimonio geológico, cautivando a los más aventureros.
La Gran Muralla China de España
Éste impresionante fenómeno, creado durante el periodo Cretácico hace unos 100 millones de años, se destaca por sus llamativas capas de roca caliza, esculpidas por la erosión a lo largo de millones de años.
La peculiar estructura se extiende a lo largo de aproximadamente 840 metros, comenzando en lo alto del cerro donde se encuentra el pueblo abandonado de Finestres y descendiendo por la ladera hasta cruzar el embalse de Canelles. Las crestas paralelas de la muralla, especialmente el muro sur, alcanzan alturas impresionantes, superando los 20 metros en algunos puntos.
El pueblo de Finestres, antaño habitado pero ahora en ruinas, ofrece un encanto especial a los visitantes. Su ermita del siglo XVIII dedicada a Santa María y los restos de un antiguo molino de aceite son testigos de su pasado histórico. Desde este lugar, se puede divisar la ermita de San Vicente, ubicada entre los dos muros de piedra y construida sobre los restos del castillo de Finestres.
La ermita de San Marcos sirve como mirador de la Muralla de Finestres, ofreciendo una vista panorámica espectacular de la formación rocosa y del embalse de Canelles. Continuando hacia los restos del castillo y la ermita de San Vicente, los visitantes pueden caminar entre las dos crestas de la muralla, descendiendo y ascendiendo por la colina hasta llegar al sitio histórico.
El embalse de Canelles, situado en la frontera entre las provincias de Huesca y Lérida, es otro punto de interés en la región. Ofrece la oportunidad de realizar emocionantes excursiones en kayak, permitiendo a los visitantes explorar la Muralla de Finestres desde una perspectiva única.
Además, la región ofrece diversas rutas y recorridos para los entusiastas del senderismo y la exploración. Una opción popular es el camino que lleva desde Finestres hasta la ermita de San Vicente, pasando por el interior de la muralla. También se puede explorar la comarca en vehículo, visitando lugares como Montañana, un pueblo medieval abandonado declarado Patrimonio Cultural.
Montañana
Montañana, con su extraordinaria riqueza arquitectónica, ha sido reconocida como Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural, destacando por sus tres iglesias románicas, los restos de dos castillos y un encantador puente medieval de doble arcada, símbolo emblemático de la villa. Cruzar este puente es como dar un salto en el tiempo hacia el medievo.
Desde lo alto, domina el paisaje la monumental iglesia románica de Nuestra Señora de Baldós, del siglo XII, con su imponente campanario construido en el siglo XIII. Detente en su portada decorada y explora los detalles de los capiteles y el magnífico tímpano. En su interior, los frescos originales del gótico lineal del siglo XIV son una joya. La torre de la Cárcel y la ermita de San Juan son otros monumentos destacados que podrás admirar durante tu visita.
Los pueblos abandonados más destacados
Turruncún, en La Rioja, se esconde entre colinas verdes y campos salvajes, contando una historia silenciosa de abandono. Rodeado por la naturaleza que ha reclamado su espacio, este pueblo ofrece una escena apocalíptica que fascina a quienes buscan un lugar fuera del tiempo. Para aquellos que buscan una experiencia mística, Turruncún es el destino perfecto.
Ochate, en Álava, es conocido como «el pueblo maldito» y aunque fue abandonado en el siglo XIX, la leyenda de la maldición persiste. Rodeado de naturaleza exuberante, sus ruinas y calles vacías crean una escena intrigante que invita a explorar los misterios que envuelven este lugar.
Granadilla, en la provincia de Cáceres, fue abandonada en la década de 1960 para dar paso a la construcción de un embalse, pero en lugar de caer en el olvido, fue cuidadosamente restaurada y ahora se presenta como un pueblo-museo. Sus calles empedradas y casas de adobe permiten a los visitantes adentrarse en la España rural de antaño.
Os Teixois, en Asturias, es un rincón olvidado que alguna vez respiró encanto en medio de los verdes paisajes asturianos. Sus antiguas fábricas y viviendas narran la historia de una comunidad próspera que fue perdiendo su brillo con el tiempo. La transformación económica y social dejó su huella en este enclave encantador, convirtiéndolo en un recordatorio de los tiempos pasados.
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