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Alerta extrema por carabelas portuguesas en nuestras playas: qué son y qué hacer si una te pica

Carabelas portuguesas
Carabela portuguesa.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

Este verano, las costas españolas están experimentando una mayor presencia de medusas y organismos similares debido a tres factores clave: la contaminación orgánica, el aumento en la temperatura del agua y la disminución de sus depredadores naturales. Aunque las medusas pueden ser una molestia por sus tentáculos urticantes, juegan un papel crucial en el ecosistema marino al ser presas de tortugas marinas, crustáceos, corales y ciertos peces, los cuales ayudan a controlar su población.

Sin embargo, la aparición de carabelas portuguesas en diversas regiones de la Península, como Asturias, Cantabria y Guipúzcoa, ha intensificado la preocupación de los equipos de rescate. Estas criaturas, a menudo confundidas con medusas, se han vuelto cada vez más comunes debido al aumento progresivo de la temperatura del mar, lo que incrementa el riesgo de picaduras para los bañistas.

Todo lo que debes saber sobre las carabelas portuguesas

También conocida como Physalia physalis, la carabela portuguesa no es una medusa sino una colonia de organismos que viven juntos como un solo ser. Esta especie se encuentra principalmente en aguas cálidas del Pacífico e Índico, y en menor medida en el Atlántico y el Mediterráneo, siendo su presencia en las costas españolas atribuida a las corrientes marinas.

A diferencia de las medusas, la carabela portuguesa tiene una forma distintiva de globo, que puede alcanzar hasta 30 centímetros de diámetro. Sus tentáculos, que pueden medir hasta 50 metros, son de colores azulados o púrpuras y cuelgan del flotador.

Esta estructura permite que la carabela se desplace grandes distancias impulsada por el viento, y sus tentáculos urticantes están sumergidos en el agua, mientras que la vejiga flota en la superficie. Este diseño facilita su identificación, ya que puede parecer un objeto flotante o una embarcación en el agua.

España

Las carabelas portuguesas han llegado a las costas españolas antes de lo esperado, poniendo en riesgo la seguridad de numerosos bañistas en esta temporada. Hasta la fecha, se ha registrado al menos un caso en el que una niña necesitó atención médica tras una picadura en la playa. Originarias de áreas subtropicales y tropicales, las carabelas portuguesas están ampliando su rango debido al aumento global de las temperaturas.

Según la Universidad Europea de Canarias, factores como el calentamiento del mar, la escasez de depredadores naturales y las corrientes oceánicas están acelerando su llegada al Mediterráneo. El año pasado ya produjeron alertas por la aparición de estas criaturas en Cantabria, Andalucía, Valencia y Canarias. Aunque las carabelas portuguesas tienen un aspecto similar al de las medusas, son biológicamente diferentes y más peligrosas.

Se trata de una colonia de pólipos interdependientes que, en lugar de actuar de forma independiente, requieren colaborar para sobrevivir. Su mecanismo de defensa es extremadamente eficaz: al sentirse amenazadas, liberan veneno a través de filamentos espinosos que se clavan en la piel de sus presas.

Picadura

Las carabelas portuguesas no solo representan un peligro para la vida marina, sino también para las personas. Su picadura puede ser potencialmente mortal, especialmente para niños o adultos con problemas de salud. Para una persona con una salud y peso normales, aunque la picadura no suele ser extremadamente grave, los síntomas suelen desaparecer en pocas horas.

Los efectos más frecuentes de una picadura incluyen ardor y picazón en la zona afectada. No obstante, también pueden aparecer dolores severos, náuseas, fiebre, vómitos e incluso consecuencias fatales en casos extremos. Es importante tener en cuenta que el veneno de la carabela permanece activo incluso después de que el organismo ha sido retirado del agua, por lo que se debe evitar el contacto directo con el ejemplar.

Cómo actuar

En caso de picadura, es crucial buscar atención médica inmediata, especialmente si la víctima es un niño o una persona con problemas de salud previos. Se recomienda aplicar frío y lavar la zona afectada con agua salada, evitando el agua dulce.

Para retirar los tentáculos que puedan quedar adheridos, se aconseja utilizar una solución de vinagre diluido y aplicar una crema con analgésico, antihistamínico o corticosteroide. Los síntomas de una picadura pueden incluir dolor abdominal, en el pecho o de cabeza, arritmias, espasmos musculares, debilidad general, irritación en la zona afectada, rinorrea, lagrimeo, dificultad para tragar y sudoración.

Alerta por la medusa ‘huevo frito’

Por otro lado, las playas españolas enfrentan un aumento en la presencia de una especie de medusa conocida como «huevo frito» en el Mar Menor, Murcia. De color amarillo intenso y forma distintiva, cabe destacar que no es peligrosa para la salud, ya que no es urticante y su veneno no causa daño. Esta medusa pertenece a la clase Scyphozoa y su presencia suele aumentar en los meses estivales debido a factores como el cambio en la salinidad y la temperatura del agua, así como la falta de depredadores. En caso de picaduras, se debe lavar la zona afectada con agua de mar y buscar asistencia.

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