Disney + estrena la película que nació como un autohomenaje pero que fracasó en taquilla
Fue rechazada por el público y la crítica cuando se estrenó en cines.
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Este miércoles 3 de abril, Disney + ha incluido en su catálogo la película que conmemora los cien años de la compañía. Una cinta de animación para toda la familia que, sin embargo, decepcionó en taquilla, con críticas además bastantes tibias (por no decir malas). Hablamos de Wish: el poder de los deseos, una suerte de fábula con ínfulas políticas a la que le falta el ‘toque’ Disney. Es la historia de un reino (que se supone que es español, aunque no es oficial) en la que el rey es el guardián de los deseos de los ciudadanos y los concede a su antojo. Una alegoría con ínfulas políticas que, sin embargo, se queda corta y resulta contradictoria. Lástima que una película que significaba tanto para la productora haya quedado en tierra de nadie. Ahora, en el streaming tiene una segunda oportunidad para llegar al gran público.
¿De qué trata?
Wish: El poder de los deseos, de Walt Disney Animation Studios, es una comedia musical de animación que nos da la bienvenida al reino mágico de Rosas, donde Asha, una idealista e ingeniosa joven, pide un deseo tan poderoso que es respondido por una fuerza cósmica: una pequeña bola de energía ilimitada llamada Star. Juntas, Asha y Star se enfrentan a un poderoso enemigo, el rey Magnífico, soberano de Rosas, para salvar a su pueblo y demostrar que, cuando la voluntad de una persona valiente se une a la magia de las estrellas, pueden ocurrir cosas maravillosas. Wish: El poder de los deseos, estaba llamada a ser una de las más grandes películas del estudio de animación por antonomasia pero no tuvo una buena recepción en su paso por las salas de cine.
Un homenaje fallido
Desarrollada por un total de 5 años por algunas de las figuras más importantes del estudio, Wish: El poder de los deseos no era una película más, sino la película con la que Disney quería celebrar sus 100 años de historia. Una historia completamente original con nuevos y carismáticos personajes, pero también un homenaje al recorrido de la compañía durante el último siglo, combinando elementos de la animación tradicional con la actualidad y repleta de guiños y referencias a las más de 60 películas del estudio.
Recaudó 264 millones de euros a nivel mundial, lo que no se considera un batacazo rotundo (sobre todo teniendo en cuenta que costó 64 millones sin contar costes de publicidad) pero para nada alcanzó las expectativas que se tenían sobre la película, sobre todo porque se vendió como un auténtico acontecimiento para una de las compañías más importantes del planeta.
¿Es Wish una buena película?
La respuesta es no. Tampoco es que sea un espanto pero es curioso que a un producto que intenta homenajear lo que ha supuesto Disney para el mundo como fábrica de sueños, le falte precisamente ese toque mágico de la compañía. Wish: el poder de los deseos parte de una premisa gratuitamente rebuscada que no se entiende excesivamente bien: Un pueblo le cede sus deseos a un rey, quien los concede cuando a él le viene en gana (o nunca) mientras que sus súbditos olvidan lo que han pedido… ¿Por qué?
Se supone que la película es una alegato contra la tiranía y un canto a la democracia, a la individualidad y al poder del colectivo contra el poder que nos miente, nos manipula y nos hace perder nuestra esencia. Pero, de repente, en los últimos minutos de metraje, todo lo que nos ha vendido el guión se vuelve en su contra y nos viene a decir que para que una sociedad funcione siempre tiene que haber alguien superior que ponga orden y que tenga poderes de los que el resto carece.
Más allá de lecturas de subtexto, la cinta falla en el planteamiento y en el desarrollo. Los personajes son meros clichés, el único realmente interesante es el villano pero nunca sabes del todo sus motivaciones. Las canciones no son malas pero han pasado desapercibidas. La animación es bella pero a la historia le falta más tensión y aventuras. Hay poca épica aquí para poder explotarla en imágenes.