Tecnología

Tecnología y justicia en España: la visión de una magistrada

¿Por qué no arranca el uso de las TIC en la justicia española?

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Teclado roto
Nacho Grosso
  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

La situación de la administración de justicia en España no es motivo de orgullo en cuanto a la implementación de la tecnología. Desgraciadamente, muchos juzgados no reúnen las condiciones mínimas para que los propios funcionarios puedan desarrollar esa compleja labor de manera competente. No es un secreto, la tecnología y la justicia española no forman un buen combo.

Para conocer más sobre el día a día de la situación tecnológica de nuestra justicia, la Magistrada Juez del Juzgado de Primera Instancia nº 7 de Familia y Protección del Menor de Móstoles, Natalia Velilla Antolín, responde a nuestras preguntas. El objetivo, acercarnos a la realidad de la situación de la tecnología en el mundo judicial español.

Tecnología y justicia española: ¿maridaje imposible?

¿Podría decirse que la situación actual de la administración judicial y las tecnologías es de un “quiero y no puedo”?

«Es una absoluta entelequia. En la administración de justicia de proximidad (los juzgados unipersonales de los partidos judiciales de España), los equipos informáticos son modestos, no hay herramientas de gestión telemática eficaces (con la pandemia y el teletrabajo hemos asistido a muchas interrupciones del servicio por no estar preparadas las aplicaciones). No hay Wi-Fi en los juzgados, los juicios se siguen grabando en DVD, para tener cámara o micrófono te ponen mil pegas, no hay páginas webs informativas de los juzgados… Estamos a años luz de poder utilizar las tecnologías de la Comunicación y la Información con solvencia.»

 LEXNET, ¿ayuda o traba?

«Yo creo que no ha dado el resultado esperado. Al final suponen una esclavitud para los profesionales, que pueden ser notificados en cualquier momento, perturbando su descanso. No se ha armonizado la forma en la que las notificaciones (tiempos) han de realizarse desde el juzgado al profesional. Por otro lado, al final, se acaba exigiendo a los profesionales que aporten copias en papel, porque muchos juzgados no tienen implementado el expediente digital. Es buena idea, pero no ha sido bien rematada.»

 Los juicios telemáticos han llegado con la situación generada por la pandemia. ¿Se desarrollan con normalidad o hay demasiadas trabas técnicas?

«Aunque hay muchos operadores jurídicos que se manifiestan encantados del resultado, lo cierto es que dichas afirmaciones sospecho que se deben más a un deseo que a una realidad. Qué duda cabe que algunos juicios (audiencias previas, oposiciones a la ejecución, juicios documentales, etc.) se están celebrando telemáticamente porque las partes no ponen ninguna pega. En realidad, creo que estamos haciendo todos la “vista gorda” para evitar males mayores, pero, en la práctica, estamos utilizando comunicaciones realizadas a través de aplicaciones web de uso público y titularidad privada que no han sido cifradas de extremo a extremo ni garantizan la integridad, identidad y protección de datos personales e imagen de los intervinientes. Como alternativa “menos mala” a la suspensión masiva, la hemos aceptado, pero hay que asumir que no estamos preparados ni legalmente ni técnicamente para los juicios telemáticos. Me inquieta, además, la falta de conciencia de que debemos exigir una urgente implantación de un sistema que verdaderamente sea un juicio telemático, no una conversación por Zoom o WhatsApp. Al menos habría que asumir las deficiencias y, haciendo un símil, que estamos llamando azúcar a la Stevia. ¿Qué no hay otra alternativa de momento? Correcto, pero no podemos dejar que este “parche” se consolide. En Justicia todo lo que es temporal se acaba convirtiendo en estable. Por otra parte, entiendo que determinadas actuaciones no deberían realizarse nunca telemáticamente: una persona que es enviada a prisión por un juez tiene que tener al menos la posibilidad de verle en persona y comunicarse con él.»

 ¿Es común el uso de dispositivos como una tablet o un ordenador portátil durante una sesión de juicio? ¿Ayuda su presencia en el desarrollo de la sesión?

«Generalmente los jueces no disponemos de tablets proporcionadas por la administración con las que estar en Sala y los portátiles que nos han suministrado a menudo no pueden conectarse al sistema. Muchos de nosotros utilizamos nuestros propios medios. La “flota” de aparatos electrónicos es suministrada por las respectivas comunidades autónomas que no actualizan los equipos en muchos años. Los profesionales sí utilizan sus propios dispositivos cada vez más a menudo.»

 Los ciudadanos perciben una imagen negativa de los juzgados, con documentación amontonada y en pésimas condiciones, incluso con expedientes dentro de carros de supermercados. ¿Hay voluntad de cambio para que veamos en un plazo razonable una administración de justicia enteramente digital?

«No la hay. Nunca la habido y dudo de que la haya en un futuro. La Justicia no da votos y no le importa demasiado a los ciudadanos. Mientras “funcione”, aunque sea renqueando, gracias al esfuerzo de quienes nos dedicamos a ello, no habrá cambios significativos.»

Como puede deducirse, la administración de justicia sigue contando con graves carencias en el plano tecnológico y sin un aparente cambio, tal y como manifiesta la magistrada, en el horizonte. Justicia del siglo XXI con elementos tecnológicos casi del siglo pasado.

Puedes seguir a Natalia Velilla en su perfil de Twitter.

 

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