DESAPARECIDA EN TRASPINEDO

La ropa de Esther está limpia, algo incompatible con pasar 24 días a la intemperie con noches gélidas

El cuerpo vestía todas las prendas y no estaban ni sucias ni húmedas, pese a las noches de -7 grados de temperatura

Los resultados preliminares de la autopsia realizada a la joven desaparecida de Traspinedo se esperan conocer hoy

Los investigadores no sólo pretenden averiguar la causa de la muerte de Esther sino quien estaba con ella cuando perdió la vida

El padre de Esther agradece el apoyo recibido y pide respeto para «llorar en privado» a su hija

Hallan el cadáver de Esther López en una zona ya rastreada de Traspinedo

Esther López
desaparecida Valladolid
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Este domingo a las 10 de la mañana comenzó la autopsia al cuerpo de Esther López, la joven de 35 años desaparecida desde el 12 de enero en Traspinedo y cuyo cuerpo fue localizado por un paseante el pasado sábado a las 10 de la mañana. El cuerpo de Esther fue encontrado en la cuneta de una carretera y pese a algunas precipitadas conclusiones, los investigadores mantienen abierto cualquier escenario posible para explicar no sólo la muerte de Esther, sino con quién estaba la joven cuando le sobrevino y dónde ha estado su cuerpo durante 24 días de búsqueda con cientos de voluntarios, drones, perros y helicópteros. Este despliegue de medios, el más grande en la historia reciente de Valladolid, es lo que hace más difícil entender que el cuerpo de Esther haya estado en esa cuneta desde el primer día.

Pero no es el único argumento que podría desmontar esa posibilidad. Pese a que algunas autoridades locales han definido la cuneta donde se encontró a Esther como zona en la que no se habían realizado batidas, eso sólo afectaría a los cuadrantes oficiales que constan en los mapas de búsqueda. De hecho, OKDIARIO ha tenido acceso a la versión de varios voluntarios locales que conocen el terreno al dedillo y que han confirmado que durante la primera semana de búsqueda de la joven pasaron todos los días por esa cuneta y no pudieron pasar por alto el cuerpo de la joven. Pero hay más.

Durante el levantamiento del cadáver de Esther trascendió “la ausencia de signos de violencia”, a lo que fuentes policiales añadieron a OKDIARIO “de las partes del cuerpo visibles”. En el momento de su hallazgo Esther iba completamente vestida. Pantalón negro, chaqueta de color claro, botas y una camiseta térmica además de su bolso. Esther llevaba encima todo con lo que salió de casa, incluido el bolso con sus efectos personales, como su teléfono móvil. Ese hecho ha provocado que haya quien afirme que la joven pudo haber sufrido un desfallecimiento y pasar ahí, inadvertida, casi un mes. Estos 24 días en Traspinedo han tenido noches gélidas, en las que se han alcanzado temperaturas de hasta 7 grados bajo cero. Cualquier prenda de ropa en mitad del campo sometida a esos contrastes de temperatura tendría una apariencia bien distinta a la ropa con la que se encontró el sábado el cuerpo de Esther.

Los investigadores de la Guardia Civil no sólo no descartan que el cuerpo haya sido colocado en esa cuneta de manera reciente sino que han procesado la escena del hallazgo hasta la misma mañana del día siguiente a haberse encontrado el cuerpo en busca de cualquier indicio que apunte a la presencia de alguna persona distinta a Esther que hubiera podido dejar allí su cadáver.

Aspecto incompatible con los hechos

Ni polvo, ni suciedad, ni vegetación, ni insectos, ni el efecto sobre la ropa de la escarcha de la noche que se derrite bajo el calor del sol. Nada en el aspecto del cuerpo y las prendas de Esther respalda que haya estado 24 días a la intemperie.

El cuerpo fue encontrado a apenas unos cientos de metros de donde salían a diario todas las batidas de voluntarios y más tarde los operativos de búsqueda de la Guardia Civil. ¿Es posible que ni los perros, ni los drones ni el helicóptero hayan reparado en el cuerpo de Esther? ¿Es posible que en 24 días sólo haya habido un paseante en ese camino paralelo a la carretera? Es altamente improbable.

Ahora los investigadores quieren saber cómo murió Esther y eso sólo puede apuntarlo la autopsia. La ausencia de signos de violencia aparentes no es sinónimo de muerte accidental y por supuesto no diluye la responsabilidad de quién pudiera estar con la joven de 35 años en el momento de su fallecimiento. Hasta ahora los testigos que estuvieron con ella no han descrito que la joven tuviera síntomas de poder morir de forma súbita paseando por el campo a altas horas de la madrugada.

Lo urgente ahora es trazar una línea desde donde la última persona que dice haber visto a Esther con vida afirma que la dejó sola a las 3 de la madrugada y reconstruir los posibles itinerarios. Con esos datos y la autopsia se estará más cerca de saber qué le sucedió realmente a Esther aquella noche.

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