¿Qué probabilidades tienes de contagiarte de Covid en el metro?

comer en el transporte público
El tiempo del viaje en metro ya no se podrá aprovechar para desayunar

La pandemia de coronavirus trastocó a la sociedad española, y a gran parte del mundo, cuando irrumpió en nuestras vidas a principios del 2020. Durante seis meses, tres de ellos con los españoles confinados en sus casas, casi todos los sectores tuvieron que adaptarse. Y la población comenzó a hacer frente a un nuevo miedo: contagiarse de Covid. El transporte público ha sido uno de los lugares más temidos por los ciudadanos por el riesgo de contagio que pudieran presentar las habituales aglomeraciones, sobre todo en las grandes capitales, que se registran en hora punta tanto en el Metro como en los autobuses. Una encuesta de la OCU, realizada a finales de julio, arrojaba un dato: el 31% de la población consideraba el transporte público «muy inseguro». Otra encuesta, esta vez realizada a finales de 2020, trasladaba que el transporte público seguía siendo el lugar donde más inseguros se sentían los españoles (67%), más que en bares (50%), centros comerciales (47%) o supermercados (29%). Pero, ¿es realmente peligroso usar metros, trenes o autobuses? La ciencia afirma que no.

Numerosos estudios científicos, realizados en diversos países, revelan que el transporte público no es la amenaza principal en cuanto a contagio de Covid se refiere. Si bien es cierto que al comienzo de la pandemia, el transporte público no era el lugar más seguro, esto se debía más a la falta de conocimiento sobre cómo actuar frente al virus que a un riesgo intrínseco al uso del transporte público.  Con el paso de los meses, el conocimiento en la lucha contra el Sars-CoV-2 ha avanzado considerablemente y las medidas adoptadas han convertido al transporte público en un lugar seguro. Diversos expertos aseguran que la mejora de los sistemas de ventilación, la desinfección diaria y el uso generalizado de las mascarillas reducen el peligro de contagiarse cuando vas al trabajo.

Pero este dato no es mera teoría. Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dirigido por Xavier Querol y Gloria Sánchez, analizó en junio de 2020 varias muestras obtenidas de barandillas, tornos, máquinas expendedoras, escaleras y filtros del aire acondicionado del metro de Valencia. Los resultados mostraron que no existía presencia de coronavirus en las instalaciones. El propio Xavier Querol explicaba que «hay algunos autobuses que ya ventilan un 50% del aire y toman otro 50% del exterior, y la mayor parte de los metros también toman un 30% del aire exterior». Y profundizaba en esa tesis: «Con mascarillas, con ventilación optimizada, con la desinfección que hacen de todas las superficies y con el gel desinfectante, creo que el metro no es menos seguro que una cafetería, donde la gente suele hablar sin mascarillas».

Pedro Gullón, de la Sociedad Española de Epidemiología, coincide con esa exposición: «En el metro o Cercanías pasamos menos tiempo, unos 30 o 40 minutos, con renovación de gente en cada parada, la mayoría de personas no hablan y además mantienen la mascarilla puesta. Y, salvo en las horas punta, no suele haber masificación. En cambio, en las discotecas o pubs hay que hablar gritando porque hay música, la gente se quita la mascarilla, se consume alcohol, hay menos medidas de seguridad y se pasa más tiempo”, argumenta.

Otro de los estudios, realizado en Japón, sobre los principales focos de contagio concluyó que los conciertos, los gimnasios y la hostelería provocó mayor número de contagios que la red de transporte público.

No existe el riesgo cero

Pese a que los expertos coinciden en la seguridad que brinda el transporte público, también coinciden en que el riesgo cero no existe prácticamente en ningún entorno. Es por esto, que recomiendan encarecidamente respetar las medidas de protección frente al Covid. En primer lugar, es totalmente imprescindible usar correctamente la mascarilla y mantener la distancia de seguridad. Estas medidas acotan la capacidad de acción de las microgotas que se emiten al hablar, respirar o estornudar, así como de los aerosoles.

«Si se tomaba un 25% de aire de ventilación del exterior continuadamente se reducía el riesgo de infección por aerosoles a 10 veces menos. En cuanto a las microgotas, si todo el mundo lleva mascarillas eso está resuelto», explica Querol en base a un estudio que realizó en un espacio cerrado de 105 metros cuadrados, similar a un vagón de metro. Estas medidas, por ejemplo, desaconsejan totalmente comer o beber durante el trayecto en metro pues, al tener que retirarse la mascarilla, las estadísticas de posible contagio aumentan.

Los expertos también coinciden en que, a pesar de que los servicios de transporte realizan desinfecciones diarias de las instalaciones y de los vehículos, es mejor asegurarse y no tocar superficies como los pasamanos de las escaleras mecánicas. Algo que ya era recomendable antes de que el coronavirus pusiera todo patas arriba. También es importante desinfectarnos las manos y, sobre todo, evitar tocarnos la cara sin haberlas lavado antes.  Otro de los consejos que se antojan necesarios es evitar el pago en metálico. Hoy en día, con la tecnología se puede pagar con tarjetas de crédito sin realizar contacto alguno.

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