Giro alarmante en la vida de Tori Spelling, de ‘Sensación de vivir’: «No quiero morir sola»
Tori Spelling ha compartido una noticia muy personal
Tori Spelling saltó a la fama gracias a proyectos como 'Sensación de vivir'
Tiene 51 años y ha desvelado en qué momento se encuentra
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A sus 51 años, la actriz estadounidense Tori Spelling atraviesa una etapa marcada por la incertidumbre personal, el final de una larga relación sentimental y una profunda reflexión sobre su futuro. La intérprete, que alcanzó la fama internacional con su papel como Donna Martin en la legendaria serie Beverly Hills, ha conmovido a sus seguidores al compartir un testimonio desgarrador en su pódcast personal Misspelling. En una conversación cargada de emociones con la cantante Aubrey O’Day, Spelling dejó al descubierto su temor más profundo: «No quiero morir sola».
Sus palabras no tardaron en viralizarse, tanto por la crudeza de su mensaje como por el grado de honestidad con el que narró sus vivencias. «Estoy sola otra vez. Tengo 51 años, soy madre de cinco hijos y no sé en qué punto me encuentro en mi vida», dijo visiblemente afectada. Su voz temblorosa y su llanto espontáneo evidenciaron que, más allá de la figura mediática, hay una mujer lidiando con inseguridades, rupturas y la presión de ser el soporte de su familia.
El punto de inflexión más reciente en la vida de Tori ha sido la disolución definitiva de su matrimonio con el actor canadiense Dean McDermott. Tras casi dos décadas juntos y cinco hijos en común, la pareja puso fin oficialmente a su relación en marzo de 2024, aunque la ruptura real se produjo meses antes. Spelling solicitó el divorcio alegando «diferencias irreconciliables» y desde entonces ha comenzado una etapa marcada por la autoexploración emocional.
La última intervención de Tori Spelling
En su pódcast, Tori Spelling admitió que prolongó su matrimonio más allá de lo saludable por miedo a lo que implicaría separarse. «Pensaba que, aunque no funcionáramos como pareja, era mejor que los niños tuvieran a su padre cerca. Pero me doy cuenta de que me equivoqué. Me quedé demasiado tiempo por miedo, no por amor». Esa decisión, según sus propias palabras, afectó no solo a su bienestar emocional, sino también a la dinámica familiar y al desarrollo emocional de sus hijos.
Acaba de emprender un nuevo proceso terapéutico con una profesional que la está ayudando a entender los patrones afectivos que ha repetido durante su vida adulta. «Estoy empezando a entender por qué tengo relaciones disfuncionales con los hombres. No es casualidad. Hay algo en mi forma de vincularme que necesito revisar desde la raíz», comenta al respecto. Este nuevo enfoque parece estar ayudándola a sanar heridas profundas que, según ella, se remontan a su infancia y adolescencia en el entorno del espectáculo.
El vínculo con su padre, el legendario productor Aaron Spelling, así como la presión constante por destacar en una industria competitiva, podrían haber influido en su percepción de sí misma y de las relaciones sentimentales. Aunque su apellido le abrió puertas, también la colocó en el ojo del huracán desde muy joven, generando expectativas y exigencias que afectaron su autoestima.
La mala suerte de Tori Spelling en el amor
Antes de su matrimonio con McDermott, la actriz ya había atravesado otra experiencia fallida con el actor y guionista Charlie Shanian, con quien estuvo casada apenas dos años. La historia con Dean comenzó en circunstancias poco convencionales: ambos estaban comprometidos con otras personas cuando se conocieron durante el rodaje de una película para televisión en Canadá. El flechazo fue instantáneo, y en apenas semanas dejaron atrás sus vidas anteriores para comenzar una nueva etapa juntos. Se casaron en mayo de 2006 en una ceremonia íntima en las Islas Fiji.
Durante más de una década, Spelling y McDermott intentaron consolidar una familia, pero su relación estuvo plagada de dificultades. Se enfrentaron a problemas financieros, rumores de infidelidad y diferencias irreconciliables que deterioraron el vínculo. En varias ocasiones intentaron salvar el matrimonio, pero finalmente la separación fue inevitable. Según la actriz, la decisión de divorciarse debió haberse tomado 15 años antes.
El mayor miedo de la actriz
Lo que más impacto causó en su confesión pública fue la frase que pronunció entre sollozos y que resume el momento vital que atraviesa: «No quiero estar sola. No quiero morir sola». Es una declaración tan honesta como devastadora, que expone el sentimiento de vacío emocional que muchas personas experimentan al llegar a la madurez después de años dedicados a cuidar de otros.
Aubrey O’Day, su invitada y amiga, reaccionó de inmediato tratando de consolarla: «No vas a estar sola. Estamos aquí para ti. Nos tenemos los unos a los otros», le dijo con voz firme. Fue un momento cargado de empatía que dejó claro que, incluso en los momentos más oscuros, la red de apoyo humano puede marcar la diferencia.
Aunque lleva toda su vida en el mundo del entretenimiento, ha confesado en varias ocasiones que nunca se ha sentido plenamente segura de sí misma. En su pódcast reveló que ha sufrido de baja autoestima desde niña, y que su paso por Hollywood no ha hecho más que acentuar esa sensación de no ser suficiente. «La gente cree que por ser actriz y hablar en público tienes una enorme confianza. Pero yo nunca me sentí valiosa, ni profesional ni personalmente», comenta para zanjar el tema.