Escribe al Papa después de que su cofradía lo rechace por ser gay «y estar casado con un hombre»
Un castellonense ha remitido una carta al Papa Francisco para pedirle que interceda después de negarle la Real Cofradía de Lledó su petición de formar parte de la Junta Directiva de esta entidad por ser «homosexual y casado con un hombre», posicionamiento que califica de «retrógrado».
El remitente, el cofrade Gimeno, explica en su misiva, fechada el 17 de mayo, que, con motivo de las fiestas patronales dedicadas a la Mare de Déu de Lledó a principios de mayo, se hizo público la desestimación por parte de la Real Cofradía de la Mare de Déu de Lledó —encargada de organziar los festejos— de su petición para ser miembro de la Junta Directiva de dicha entidad.
Asimismo añade que, según informaciones, el prior de dicha Cofradía, Ignacio Pérez de Heredia, había desestimado su petición en aplicación del Derecho Canónico «por ser homosexual y casado con un hombre».
Asegura en la carta que respeta que la postura adoptada por la Cofradía de la Mare de Déu de Lledó debe ser la postura de la Iglesia. «Y como usted dijo», señala dirigiéndose al Papa, «la Iglesia tiene una postura clara ante estos asuntos, pero también es misericordia como usted ha recordado con la celebración del Año de la Misericordia».
Además, apunta que, «en estos tiempos en los que el nihilismo invade de manera creciente a la juventud y a la sociedad en general, como recordó Benedicto XVI, y ahora que existe un alejamiento evidente de la sociedad hacia la Iglesia por los numerosos casos de pederastia, corrupcción», es cuando «usted está poniendo todo su empeño por introducir reformas sustanciales en el seno de la Curia, a las que está encontrando una fuerte resistencia».
Episodio lamentable
Este hombre, que califica su caso de episodio «desagradable y profundamente lamentable», asegura que ha demostrado «sobradamente» su «profunda religiosidad y amor a la madre: la Vírgen María, en su advocación de Santa María de Lledó».
Asimismo, en dicha carta considera que se ha «banalizado» su fe y su dignidad por haberle sometido a un «escarnio público» que cree que no merece, menospreciándose su voluntad de ser miembros de la Cofradía.
También destaca que la Iglesia no puede tratar este asunto «sin más», por lo que pide la intercesión del Papa para que se reconsidere la postura de la Real Cofradía para que abandone este posicionamiento «retrógrado» y que esta institución «abrace a todos sus hijos por igual, que sea madre y consuelo, que contribuya muy positivamente al desarrollo de la sociedad y al fortalecimiento de la fe y la religiosidad popular».
Concluye pidiendo al Pontífice que interceda por aquellas personas separadas o divorciadas que, al igual que él, también forman parte de la Iglesia «y que no suponen ninguna amenaza para los valores familiares para que no se alejen del Dios de Jesucristo», para que «no se excluya a nadie» y para que «abran los ojos a las nuevas formas de familia porque todos son y serán miembros de la Iglesia».