Un hospital de Bangladesh se prepara para operar al cuarto caso de «hombre-árbol» diagnosticado

Un hospital de Bangladesh se prepara para operar al cuarto caso de «hombre-árbol» diagnosticado
Abul enseña sus manos, que parecen ramificaciones arbóreas, a la cámara

Hace 11 años a Abul Bajandar se le llenaron las extremidades de verrugas que parecían inofensivas. Hoy es el cuarto caso diágnosticado en el mundo de la que se conoce como la enfermedad del «hombre-árbol».

Las verrugas, que en un principio parecían inocuas, fueron creciendo hasta el punto de convertirse en enormes protuberancias que cubren prácticamente la totalidad de sus manos y pies, que ya pesan cerca de cinco kilos y se han vuelto prácticamente inservibles.

Abul, que vive en un pueblo Bangladesh, al cuidado de su pareja y su madre,apenas puede valerse por sí mismo. Necesita ayuda para comer y asearse, y tuvo que abandonar su trabajo como conductor de bicitaxi.

Abul con su mujer y con su madre

Cuanto tenía 15 años las verrugas comenzaron a aparecer en su pierna. Al principio eran pequeñas y parecían inofensivas. Pero en los últimos cinco años han crecido a gran velocidad, llegando a convertir sus extremidades en lo que parecen auténticas raíces de árbol, y los dolores que le provocan le hicieron perder su empleo.

La familia de Abul recurrió a todo tipo de soluciones para frenar la enfermedad, desde la homeopatía hasta consultar a médicos dentro y fuera de Bangladesh, viajando hasta Calcuta, India, en busca de un diagnóstico.

Tan sólo existen cuatro personas en el mundo diagnosticadas con la enfermedad que tiene Abul (además de él mismo, un caso en Rumanía y dos en Indonesia). Su nombre técnico es epidermodisplasia verruciforme y es causada por un defecto del sistema inmunológico que aumenta la susceptibilidad al virus del papiloma humano (VPH).

Pero los médicos que visitaba no encontraban una explicación a su mal. Además, las reacciones de la comunidad médica dejaron a Abul sin esperanzas. Fueron unos periodistas locales quienes dieron a conocer su caso, que llegó, finalmente, a oídos de los médicos del hospital más grande del país, el Hospital Universitario de Daca (DMCH, por sus siglas en inglés), quienes decidieron ayudarle y poner fin a su sufrimiento.

Un equipo de cinco cirujanos, dermatólogos y otros especialistas del país llevarán a cabo los análisis pertinentes para poder operarle, sin costo alguno, y así devolverle la movilidad de sus pies y manos, o al menos tratar de mejorar su desesperada situación ya que, hasta la fecha, no se ha encontrado cura a su enfermedad.

 

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