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La proximidad permite combinar calidad y control del gasto en la cesta de la compra

Pilar Hermida, Chief Communication & Sustainability Officer de Grupo Dia; Marta Nieto, directora general de Comercio y Consumo de la Comunidad de Madrid; Teresa Partearroyo, doctora en Farmacia y profesora de Nutrición y Bromatología de la Universidad San Pablo CEU y Enrique Porta, socio responsable de Consumo y Retail de KPMG, han abordado en un encuentro que coincide con el Día del Consumidor el presente, futuro y retos del sector del consumo en un contexto de crisis por la alta inflación y la imparable subida de los precios de la compra. La sesión ha comenzado con un apunte sobre la reciente evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC), que se ha elevado un 6% (por encima del 16% en el caso de los alimentos). Las medidas del gobierno para abaratar los productos básicos han tenido un efecto escaso. El incremento de precios de algunos de ellos, como los huevos, ha oscilado entre el 33% y el 52%, ha apuntado en el arranque de la jornada la moderadora, Beatriz Muñoz, directora de OKSalud.

Pilar Hermida ha recordado en primer lugar la necesidad de ofrecer productos inclusivos, al margen del poder adquisitivo del comprador, en puntos de venta «de barrio». Marta Nieto ha recordado en este punto que el incremento de los costes en el actual contexto económico ha obligado a toda la cadena de distribución a reducir márgenes y buscar medidas de ahorro que eviten en la medida de lo posible la repercusión en los clientes. En la Comunidad de Madrid el apoyo a los consumidores se busca «sin intervenir en las compañías», proporcionando un marco en el que las iniciativas orientadas a apoyar al consumidor puedan ponerse en marcha.

La situación es «enormemente compleja», ha razonado Enrique Porta, que se ha referido a las familias como «auténticas ingenieras» que tienen que buscar fórmulas de adquisición creativas para poder controlar el gasto. «Con los recursos disponibles, que han mermado su capacidad de compra, están cambiando su forma de comprar. Tenemos que integrar la respuesta de los proveedores a esas nuevas fórmulas», ha afirmado.

¿Una pieza de fruta al día?

En la búsqueda de productos de calidad y saludables, Partearroyo advierte sobre una posible tendencia a adquirir productos menos saludables «porque son más económicos». En el estudio de su equipo sobre esta cuestión se ha prestado una atención especial a poblaciones vulnerables -niños y mayores-, a partir de la observación de carencias importantes de nutrientes. «Hay niños que solamente consumen una pieza de fruta al día, los micronutrientes -esenciales- que contienen las frutas, se están perdiendo», ha advertido.

La Comunidad de Madrid ha afrontado el problema con campañas informativas (ha realizado más de 2.000 talleres formativos para escolares sobre compra responsable y el valor de la nutrición y los productos de proximidad). «Es algo en lo que vamos a seguir trabajando», ha indicado Nieto.

El Grupo DIA ha puesto en marcha una iniciativa bajo el lema «Comer mejor cada DIA». Su objetivo es hacer asequibles productos saludables (sobre todo frescos, que son más de un 15% en sus tiendas). Trabajan sobre el criterio de proximidad geográfica y, en la España vaciada, ejerciendo de nexo distribuidor, desde las tiendas, en áreas que carecen de otras redes.

La proximidad también se aborda como concepto «socioeconómico», atenuando en lo posible el impacto del encarecimiento de los costes. «Dos tercios de la población tienen una de nuestras tiendas a menos de diez minutos de su domicilio, lo cual además promueve la movilidad saludable», ha indicado. Esta particularidad de nuestro país, con una red más densa de comercios de este tipo que la de otros países europeos, es una característica que también aprecia Enrique Porta. La calidad de la nutrición y la salud siguen siendo, de acuerdo con los sondeos que ha citado este experto, criterios que los compradores mantienen incluso en situaciones adversas.

«También quieren saber cuál es el impacto medioambiental de los productos que adquieren», apunta. Es una exigencia que se enmarca en la sensibilidad social de los clientes que hay que tener siempre presente, considera. El consumidor está cada vez mejor informado y apoya a quienes están alineados con sus principios, añade Porta.

En un reciente informe sobre teletrabajo parece que se tiende a buscar alimentos más saludables cuando se come en casa, ha añadido Partearroyo, quien se declara convencida de que es posible comer sano a partir de productos asequibles. «En realidad, puede ser más fácil acudir a un establecimiento de comida rápida que hacer un cocido, que es asequible, pero en muchas ocasiones hay una falta de conocimiento sobre cómo hacer el cocido», indica. A su modo de ver, es importante recuperar (y enseñar) técnicas culinarias con los alimentos frescos y de temporada.

Enrique Porta ha recordado que también en el ámbito de la restauración se está haciendo un esfuerzo para ofrecer este tipo de productos que los consumidores exigen cada vez más: diversidad de dietas y disponibilidad de oferta saludable.

Comida como elemento de cohesión social

En el informe del equipo de Partearroyo se ha documentado un elemento socializador de la dieta mediterránea «que hay que mantener». La comida es un momento de convivencia que se ejerce tanto en restauración como en las casas, con un valor específico asociado con frecuencia a una alimentación saludable.

No obstante, Hermida ha recordado también que, según su análisis realizado en colaboración con la Universidad de Zaragoza, se muestra que hay ciudadanos que no pueden alimentarse bien porque no se lo pueden permitir, una realidad «que hay que afrontar», pero también hay casos en los que falta información sobre calidad nutricional o no hay un deseo de hacerlo. «Es clave mantener la diversidad de opciones para que una persona pueda, llevando una dieta saludable, tener en un momento puntual de consumo opciones no tan saludables pero que puede desear de forma ocasional», ha matizado.

El desafío del comercio electrónico

Los canales de comercialización online están dando señales de ser un complemento de los comercios físicos, reflejando una confluencia de formatos, ha valorado Nieto.

Para Hermida, la proximidad incluye un elemento digital, lo que facilita que el producto llegue «allí donde se necesite», pero apunta a la consolidación de un modelo híbrido que permite combinarlo con la visita física a los comercios donde se observa el producto de primera mano y se conversa con el personal: «Es algo difícilmente sustituible», valora.

En KPMG han visto que el comercio digital crece, pero «dos terceras partes de la población aseguran que les aporta un valor considerable acudir a la tienda y ver el producto».

Partearroyo se muestra de acuerdo en el apoyo (o la inevitabilidad) al elemento digital, con el matiz de que «mucho comercio de cercanía se está quedando sin ventas y hay que ayudar a esos productores y pequeños comercios».

Nieto ha recordado que durante la pandemia «redescubrimos el valor de los pequeños comercios de barrio y se ha creado una vinculación afectiva» que las autoridades apoyan por su función como creador de tejido en barrios y ciudades. «Ahí está el nicho de valor del comercio», ha sentenciado.

De cara al futuro, Partearroyo recomienda seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias y sociedades científicas acudiendo a la compra con una lista, planificando recetas de la semana, intentando ser solidario y conociendo técnicas culinarias que permitan reutilizar sobras para evitar desperdicio.

Enrique Porta ha añadido la necesidad de tener presente que el sector alimentario es estratégico, como primer exportador en España, y protegerlo, acompañando a fabricantes, distribuidores… en su la respuesta a las nuevas exigencias del consumidor, «sin perder de vista los valores como sostenibilidad».

Marta Nieto se mostraba de acuerdo con ambas intervenciones, añadiendo que, además de proteger los derechos de los consumidores, la Administración tiene la tarea de crear un marco jurídico favorable, estable y seguro.

Pilar Hermida ha concluido recordando los esfuerzos para atenuar el incremento de precios consumidores y trabajar con todos los implicados para mantener los criterios de calidad, accesibilidad y sostenibilidad en la alimentación.