Mónica García no frena la crisis de los sanitarios autónomos: más de 1.000 empleos perdidos este verano
En agosto había un total de 130.823 trabajadores sanitarios en régimen de autónomos y se redujo en 632 trabajadores
Fact checked
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El verano de 2024 ha sido especialmente duro para los trabajadores sanitarios autónomos en España. Según los datos más recientes proporcionados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, se han destruido más de mil puestos de trabajo entre profesionales de la sanidad que operan bajo el régimen de autónomos. Esta caída no sólo ha afectado al empleo directo, lo que ha generado inquietud entre las asociaciones del sector, que ven en esta tendencia una señal de alerta sobre la estabilidad de este sector profesional.
Así, la ministra de Sanidad, Mónica García, que siendo portavoz de Más Madrid en la Asamblea madrileña tenía antídoto para todos los males de la comunidad, ahora no es capaz de frenar la sangría de autónomos pese a las necesidades de sanitarios en todo el país. Los meses de verano para el sector sanitario ha tenido en la pasada época estival un destacado impacto en los autónomos del sector sanitario. Desde junio hasta finales de agosto, se registraron 1.094 bajas en la afiliación de sanitarios autónomos, lo que marca una caída del 6,2 %.
De esta forma, en agosto había un total de 130.823 trabajadores sanitarios afiliados en el régimen especial de autónomos y se redujo en 632 trabajadores. Por su parte, en julio, la reducción de afiliados alcanzó los 462 en total.
Entre las especialidades más afectadas, destacan los fisioterapeutas, dentistas y los trabajadores sociales vinculados a la atención sanitaria. Estos profesionales, que ya venían enfrentando retos considerables derivados de la pandemia y las fluctuaciones en la demanda de sus servicios, han visto cómo su capacidad de operar de manera autónoma se ha reducido.
Factores principales
Los sanitarios autónomos han tenido que enfrentarse a una inflación constante que ha encarecido los costes médicos, el alquiler de consultas y los costos energéticos, haciendo, ha hecho que, en muchos casos, haya sido insostenible la continuación de muchos de estos profesionales.
La progresiva digitalización del sector, aunque es una oportunidad para algunos, ha supuesto una barrera de entrada o una sobrecarga tecnológica para otros sin ayudas por parte de Sanidad. Los autónomos que no han podido adaptar sus servicios a las nuevas tecnologías se han visto desplazados por otros profesionales o por plataformas que ofrecen servicios médicos a través de herramientas digitales.
Testimonios del sector
Luis Ortega, fisioterapeuta autónomo en Sevilla, cuenta cómo ha tenido que cerrar su consulta en agosto después de más de 10 años de actividad: «Este verano ha sido terrible. Los precios no dejan de subir y las citas empezaron a bajar. Mantener la consulta abierta se volvió inviable, y con las nuevas cuotas de autónomos, ya no me salían las cuentas. Ahora, estoy buscando empleo en una clínica privada, pero no es lo que quería hacer después de tantos años siendo independiente».
Similar es la historia de Carmen Díaz, dentista autónoma en Barcelona, quien ha visto caer su número de pacientes en un 40 % este verano. La doctora Díaz comenta: «La gente pospone el tratamiento dental por los gastos extras de vacaciones o simplemente por ahorrar. Al ser autónomo, no tengo ningún tipo de red de seguridad. Las cargas sociales son demasiado altas y la demanda ha sido muy baja».
Por otra parte, entre las medidas propuestas por asociaciones de autónomos y colegios profesionales se ha pedido que se revisen las cuotas y se ofrezcan incentivos fiscales para ayudar a este grupo profesional. También se incluye la implementación de un sistema de cotización más flexible y adaptado a los ingresos reales de los sanitarios autónomos. En muchos casos, los ingresos de estos profesionales varían estacionalmente, pero las cuotas actuales no reflejan esa realidad.
Ahora, los profesionales sanitarios esperan que, con la llegada del otoño, mejore la demanda de servicios, lo que podría ayudar a recuperar parte del empleo perdido que no ha contado con ayuda del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, la estabilidad de los sanitarios autónomos dependerá en gran medida de cómo se gestione la situación económica general y de si el Gobierno implementa medidas concretas para proteger a este colectivo, algo que ya no se considera máxime sin Presupuestos Generales. En todo caso, se culpabilizará a las comunidades autónomas.
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