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Liberación miofascial: clave para el dolor muscular y mejorar la postura

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Son casi infinitas las terapias que actúan sobre las limitaciones funcionales, intentando devolverle al paciente el correcto funcionamiento del aparato locomotor y de las estructuras del cuerpo. Uno de los tratamientos que se han puesto de moda últimamente es la liberación miofascial, cuyos resultados están fuera de toda duda.

¿Conoces cómo se realiza la terapia y cuáles son las características que la convierten en un tratamiento único?

¿Qué es la liberación miofascial y para que sirve?

 

La liberación miofascial es una técnica mediante la cual se aplica una presión sostenida y controlada en el sistema fascial que unifica todo el cuerpo. Las fascias musculares recorren y envuelven todo el cuerpo. Con esta técnica se alivian las restricciones y engarrotamientos y la musculatura se libera de posibles tensiones y molestias. Esto mejora la movilidad y equilibrio del cuerpo.

Las lesiones, el estrés o las posturas incorrectas pueden llevar a que se tensen las fascias, provocando así dolor y lastrando la movilidad. Los fisioterapeutas realizan técnicas de liberación miofascial durante sus masajes para mejorar el estado de sus pacientes y corregir dichos problemas.

También llamada inducción miofascial, la liberación miofascial con fisioterapia es un método en el que se aprovechan variadas técnicas de presiones, estiramientos y movilizaciones a nivel fascial a fin de recuperar el uso de esas estructuras corporales.

Pero, ¿qué es el sistema fascial y qué es la fascia?

La fascia es un tejido que recubre los músculos, las vísceras, los nervios y, además, los vasos linfáticos y sanguíneos. Absolutamente todos los músculos y fibras musculares están recubiertos por fascia, que es clave en la estructura corporal. Suponiendo que ésta sufriera algún daño, el soporte de los músculos y las fibras colapsaría poniendo en jaque la biomecánica.

Con el paso de los años, padecemos de un deterioro de la fascia. Y es posible que debamos realizar algún tratamiento localizado. Estas terapias tienen como objetivo reducir las tensiones y las restricciones, y por eso se la denomina «liberación» miofascial.

El sistema ha demostrado ser muy útil en el tratamiento y restablecimiento del equilibrio orgánico, como prueba esta investigación, eliminando los síntomas dolorosos que gran cantidad de pacientes experimentan por el envejecimiento y/o la falta de entrenamiento.

Ocuparnos del mantenimiento del sistema fascial no es algo menor, ya que tiene varias funciones importantes:

  • Envuelve todos los componentes del cuerpo asegurando la integridad anatómica
  • Participa en la preservación de la temperatura corporal en los ambientes algo fríos
  • Absorbe los impactos y amortigua las presiones de los golpes, caídas, etc.
  • Ejerce como suspensión y sostén de los músculos y las fibras del cuerpo
  • Afirma la masa muscular en una posición adecuada para evitar lesiones

Lesiones en el sistema fascial

Son tantas las tareas que le tocan a la fascia, que no es nada extraño que suela fallar. Sobre todo con el transcurso del tiempo. Algunas de las actividades diarias, a las que no les prestamos la atención que deberíamos, podrían atentar contra este sistema produciendo caídas, sobrecargas, traumatismos y otros problemas. La conducta postural tiene una influencia directa en ella.

Por lo tanto, una de las formas de favorecer la fascia es estar atentos al comportamiento respecto a la posición que adoptamos cuando estamos parados o sentados. Procura pararte de modo correcto, erguido, con el pecho abierto y la vista hacia el frente.

Si no lo haces, debes ser consciente de que la fascia intentará «combatir» esas malas posturas generando una compensación. Debido a esta acción incontrolable y natural, primero se afectará la fascia cercana a la mala postura, y luego las más lejanas.

La fascia tiende a recuperarse, pero el nuevo tejido es desalineado y menos funcional. Y allí aparecen todos los dolores.

Liberación miofascial en casa

 

La liberación miofascial también puede ser realizada por uno mismo en casa o en el gimnasio. Para ello se utilizan instrumentos como los foam roller, tubos de gomaespuma o plástico sobre los que se rueda para aplicar presión en la musculatura. Para aplicar una presión más específica e intensa en un punto se pueden utilizar pelotas de tenis o de golf.

Realizar 2 o 3 pasadas por grupo muscular será beneficioso para mejorar las adherencias y liberar la musculatura. Si se detecta un punto muy doloroso, aplicar presión durante 30 segundos en el mismo y posteriormente liberarlo, ayudará a aliviar el dolor.

¿Ante qué lesiones es recomendable la liberación miofascial?

Normalmente, se aconsejan las terapias de liberación miofascial al diagnosticarse lesiones como ciática, tendinitis o lumbalgias. Puede que te aconsejen este tratamiento si tienes dorsalgias o cervicalgias. Y lo mismo si has desarrollado «hombro doloroso».

La liberación miofascial debe ser realizada por un experto, alguien que se haya especializado específicamente en estos tratamientos. Este profesional trabajará sobre ciertos puntos del cuerpo que son esenciales para liberar las tensiones y las restricciones que están alterando el funcionamiento del sistema fascial. Los primeros resultados se perciben tras varias sesiones, a lo largo de las semanas.

¿Tiene contraindicaciones?

Si notas que el dolor se vuelve más agudo, lo conveniente es discontinuar la liberación miofascial y buscar terapias alternativas.

Aunque es un tratamiento de bajo riesgo, que se puede complementar con los procedimientos médicos típicos, hay otras opciones terapéuticas quizás menos invasivas para los individuos con huesos débiles, fracturas óseas, y problemas en las venas profundas.

Antes de iniciar un tratamiento de liberación miofascial, consulta a un doctor sobre tu condición y la viabilidad de esta terapia. Probablemente te pida los exámenes clínicos para prestar su conformidad y, si todo sale bien, podrás iniciar el tratamiento.

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