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Los expertos piden unidades especializadas en los hospitales para trastornos de la conducta alimentaria

En un mundo moderno y vertiginoso, donde las redes sociales y los medios de comunicación influyen en nuestra percepción de la belleza y la perfección, la relación con la comida y el cuerpo se vuelve cada vez más compleja. Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) emergen como un desafío global, amenazando la salud física, mental y emocional de millones de personas.

Los TCA, que abarcan desde la anorexia nerviosa hasta la bulimia nerviosa y la ingesta compulsiva, no discriminan. Afectan a individuos de todas las edades, géneros y orígenes étnicos, desencadenando no solo preocupaciones sobre la salud física, sino también desafíos significativos para la salud mental. Se estima que entre 0.3-1% de mujeres sufren de anorexia nerviosa y cerca del 3% sufren de bulimia nerviosa (fuente: UNC School of Medicine). Muchos más sufren de condiciones sub-clínicas (es decir, que no tienen un diagnóstico oficial de un TCA, pero experimentan varios síntomas). Este día especial sirve como recordatorio de la complejidad de los TCA y la necesidad urgente de abordarlos con comprensión y empatía.

La observancia de este día va más allá de la simple concienciación; busca desentrañar los mitos y estigmas que rodean a los TCA. Al educar al público sobre la realidad de estos trastornos, se pretende crear un espacio en el que aquellos afectados se sientan comprendidos y respaldados, eliminando la vergüenza asociada con la búsqueda de ayuda. La presidenta de la Asociación en Defensa de la Atención a la Anorexia Nerviosa y la Bulimia (ADANER), Pepi Aymat, en declaraciones a OKDIARIO, considera que el principal desafío para hacer frente a este problema social pasa por «conseguir que se creen en todos los hospitales a nivel nacional unidades especializadas en TCA, con hospitales de día y tratamiento ambulatorio específico y multidisciplinar».

Más allá de la salud física

No son meros problemas alimenticios; los TCA son trastornos mentales complejos, como indica la Associació contra l’Anorèxia i la Bulímia (ACAB). La interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales contribuye a su desarrollo. La presión cultural para cumplir con estándares de belleza poco realistas, junto con problemas de autoestima, ansiedad y depresión, se entrelazan en la compleja red que alimenta estos trastornos. Por este motivo, es fundamental que se reduzcan las listas de espera en salud mental, reivindicación que recoge ADANER y que nos recuerda su presidenta.

Los riesgos para la salud física son evidentes: desnutrición, amenorrea, problemas cardíacos, entre otros. Sin embargo, el impacto en la salud mental es igualmente alarmante. La depresión, la ansiedad y las tendencias suicidas a menudo acompañan a los TCA, subrayando la necesidad urgente de un enfoque holístico para el tratamiento.

La prevención y la intervención temprana son fundamentales. La educación sobre la salud mental, la promoción de la autoaceptación y la creación de entornos de apoyo son esenciales para prevenir la aparición de TCA. Los educadores, profesionales de la salud mental y la sociedad en general desempeñan un papel crucial al proporcionar recursos y apoyo a aquellos que enfrentan estos desafíos. Desde ADANER, su presidenta nos recuerda que la prevención tiene que venir con la educación desde la infancia, no hace falta centrarse en los síntomas, pero si trasmitir hábitos saludables tanto a nivel físico como emocional. En este sentido, S.D., un joven que convive con un TCA, insiste en que a nivel médico «en la seguridad social he tenido la oportunidad de dar con especialistas muy profesionales e implicados, pero no es suficiente, la escasez y tiempo de las visitas muchas veces, hace que tengas que recurrir a recursos privados», que para muchas familias es un lujo que no se pueden permitir.

Apoyo familiar

También es fundamental que las familias reciban apoyo aprendiendo como ayudar a los familiares afectados, ya que se trata de un trastorno que requiere de un entorno comprensivo y que se vuelque en ayudar al paciente. Esto es clave porque, como indica S. D., estos «pueden llegar a ser un infierno y verte en la necesidad de paralizar tu vida, estudios trabajo…Es muy complejo llevar las cosas al día, sufres más episodios depresivos y de ansiedad, la rutina de un día normal que hacías antes te cuesta mucho, te sientes sensible, te aíslas.»

Además de todos estos factores, el estigma sigue siendo fuerte, incluso entre las personas que sufren de estos trastornos. Como explica J.D., también paciente de TCA, «hay apoyo, pero me da la sensación de que se sienten abrumados al saberlo, y no se atreven a hablar de ello, o dar pie a que yo hable. Es duro cuando uno se atreve a sacar esto, tan vergonzoso y doloroso, y sientes que la otra persona no te responde.»

Por eso, el Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria es una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrentan las personas afectadas y para renovar nuestro compromiso con la salud mental. En palabras de la presidenta de ADANER, «no significa que los demás días del año no siga habiendo este problema», pero al aportar visibilidad y concienciación este tipo de iniciativas contribuyen a crear un contexto en el que ir dejando este tipo de trastornos atrás.