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El secreto mejor guardado de España está en esta ciudad de Andalucía: lo dice la prensa británica

Jaén vuelve a aparecer en la prensa internacional por un motivo que no sorprende a quienes conocen mínimamente la ciudad. The Guardian la ha señalado como «uno de los secretos mejor guardados de España», una definición que resume de alguna manera, su patrimonio de primer nivel, buena gastronomía y un ambiente tranquilo, pero que sorprendentemente quedando fuera de los grandes circuitos turísticos.

A pesar de su belleza, y de sus muchos encantos, Jaén no compite en visitantes con Sevilla, Málaga o Granada, pero lo cierto es que quien decide viajar hasta allí descubre una ciudad compacta, accesible y con monumentos que sorprenden más de lo esperado. Y el reconocimiento ahora por parte de The Guardian ha reactivado el interés por un destino que todavía se percibe como pendiente para muchos viajeros españoles. Y, vista la combinación de historia, gastronomía y entorno natural, quizá sea momento de que deje de ser un secreto.

La ciudad de Andalucía que destaca The Guardian

Entre los muchos lugares de Jaén que The Guardian destaca, no en uno sólo sino en varios artículos, tenemos la Catedral de la Asunción que siendo obra de Andrés de Vandelvira, mezcla un interior sorprendentemente luminoso con una fachada que impone sin necesidad de exagerar. Además, muchos expertos recuerdan que su diseño sirvió como referencia para templos construidos después en Hispanoamérica, un detalle que suele llamar la atención a quienes visitan la ciudad por primera vez. Todo esto se concentra en la Plaza de Santa María, donde la catedral marca el ritmo del entorno y convive con edificios como el Palacio Episcopal o el Ayuntamiento, creando un conjunto que no suele dejar indiferente.

The Guardian insiste en que la catedral es el gran imprescindible de la ciudad, un templo que no sólo destaca por su belleza, sino por la relación que mantiene con el trazado urbano. Los alrededores invitan a pasear sin prisas, a mirar detalles arquitectónicos y a entender cómo el patrimonio se integra con la vida diaria. Es un punto de partida natural para entender Jaén.

Los baños árabes del Palacio de Villardompardo

El medio resalta además que en Jaén no todo está a la vista. Quien entra en el Palacio de Villardompardo descubre que parte de la ciudad se esconde literalmente bajo el suelo. Allí siguen en pie unos baños árabes del siglo XI que, pese al paso del tiempo, conservan su estructura original. Las columnas, los arcos y los lucernarios siguen cumpliendo su función, como si alguien hubiera detenido el reloj hace casi mil años.

The Guardian los destaca como uno de los rincones más valiosos de la ciudad, un testimonio claro del pasado islámico de Jaén que sorprende por su sencillez y por lo bien que ha llegado hasta nuestros días. Después del recorrido, el propio palacio ofrece patios y una terraza desde la que la ciudad se abre de otra manera, más calmada. No es una visita rápida: invita, casi sin querer, a quedarse un rato más.

Sabores que justifican el viaje por sí solos

Jaén ha empezado a abrirse paso en la conversación gastronómica gracias al impulso de restaurantes como Bagá, Dama Juana, Radis o Malak, reconocidos por la Guía Michelin. La sorpresa, para muchos viajeros, es encontrar semejante nivel culinario en una capital tan poco frecuentada por el turismo internacional. La cocina local combina tradición y técnica contemporánea, pero siempre con un hilo conductor claro: el aceite de oliva virgen extra, auténtica seña de identidad provincial.

Más allá de los restaurantes de autor, la ciudad conserva una cultura de tapas muy arraigada. Platos como el ajoatao, la pipirrana o el lomo de orza aparecen con frecuencia en bares y tabernas, y durante los meses más fríos se suman guisos de cuchara que completan la experiencia. Para The Guardian, la oferta gastronómica es uno de los pilares de ese encanto discreto que Jaén mantiene intacto, un atractivo que sorprende porque no necesita grandes campañas promocionales: simplemente está ahí.

Una ciudad tranquila, barrios con carácter y vistas que no se olvidan

Uno de los argumentos que más destaca la prensa británica es que Jaén ha logrado conservar un ambiente «tradicional y poco turístico». Barrios como La Merced, San Bartolomé o San Juan permiten pasear sin agobios, descubrir iglesias pequeñas, plazas recoletas y un ritmo vecinal que se mantiene incluso en los meses de más calor. En San Ildefonso, la mezcla de ocio, terrazas y vida de barrio ofrece otra cara de la ciudad, más animada pero igual de auténtica.

El lugar que más impresiona al visitante (y que The Guardian señala de forma especial) es el entorno del Castillo de Santa Catalina. Desde la cruz situada junto al parador, la panorámica es una de las más impactantes de Andalucía: un mar de olivares que se extiende hasta el horizonte y un atardecer que tiñe de naranja la sierra. Muchos viajeros suben por curiosidad y terminan quedándose más tiempo del previsto solo para ver cómo la luz cambia.

Pero a pesar de todo esto, y a diferencia de otras capitales andaluzas, Jaén no recibe grandes flujos turísticos y aunque podría ser algo malo o un inconveniente, lo cierto es que se ha convertido en uno de sus mayores atractivos. La ciudad se mantiene accesible, tranquila y bien conectada por tren y carretera con destinos como Madrid, Córdoba o Granada. Un fin de semana es suficiente para conocer sus principales puntos, pero con tres días o más se puede ampliar la escapada hacia Úbeda y Baeza, ambas Patrimonio Mundial, o hacia localidades como Martos, donde los miradores y el castillo compiten en belleza con el paisaje de olivares. Quizá ahí radique el secreto del que habla la prensa británica: Jaén no compite por llamar la atención, pero quien llega descubre un destino completo, cuidado y profundamente andaluz.