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Economía
Navidad

Esto es lo que pasa si tu empresa se niega a darte la cesta de Navidad: el Estatuto de los Trabajadores lo confirma

Cuando llega el mes de diciembre, muchos trabajadores esperan no sólo su paga extra navideña sino también la cesta de Navidad. Este es un regalo que hace la empresa y que si bien puede ser más o menos generoso, no deja de ser una tradición para muchos. Sin embargo, cada año surge la misma duda: ¿estoy realmente en mi derecho de reclamarla si se diera el caso de que este año no me la dan? La respuesta no es tan simple como parece, porque depende más del historial de la empresa que de lo que diga la ley.

Y es que muchos trabajadores creen que la cesta es una obligación general, algo que el Estatuto de los Trabajadores exige. Pero la realidad va por otro lado. Lo que determina si puedes reclamar o no no es el valor de la cesta, ni si otras empresas la reparten, sino si en la tuya ha existido una práctica regular que haya generado una condición laboral consolidada. Ahí es donde entra en juego una figura clave: las condiciones más beneficiosas. Cuando esa costumbre se repite año tras año y afecta de manera general a la plantilla, deja de ser un detalle navideño para convertirse en parte de la relación laboral. Y, en ese caso, no puede suprimirse así como así. Por eso, antes de asumir que este diciembre te quedas sin cesta, conviene repasar qué dice la ley, cómo lo interpreta la jurisprudencia y qué pasos puedes dar si tu empresa decide eliminarla sin previo aviso.

Esto es lo que pasa si tu empresa se niega a darte la cesta de Navidad

El Estatuto de los Trabajadores es claro: la cesta de Navidad no es un derecho legal reconocido de forma universal. Es decir, una empresa que nunca la ha dado no está obligada a empezar a hacerlo. Nada en la legislación laboral exige entregar este tipo de obsequio.

Sin embargo, el escenario cambia por completo cuando la cesta se ha repartido de forma regular a lo largo del tiempo. En esos casos, la costumbre puede convertirse en una condición más beneficiosa, una figura jurídica que protege aquellas mejoras que la empresa ha otorgado voluntariamente y que se consolidan por su uso continuado.

Cuando eso ocurre, la cesta pasa a ser parte de tu relación laboral, igual que un complemento salarial o una mejora de jornada. Y, por tanto, no puede suprimirse sin seguir un procedimiento formal.

¿Cuándo se convierte la cesta en un derecho adquirido?

Los tribunales han marcado varios criterios para considerar que la cesta forma ya parte de tus condiciones laborales:

Si estos elementos coinciden, dejar de entregarla sin previo acuerdo puede constituir una modificación sustancial de las condiciones de trabajo, lo cual exige un proceso legal regulado.

¿Qué ocurre si tu empresa decide suprimirla de un año para otro?

Si la cesta se ha entregado todos los años sin excepción y este diciembre desaparece de repente, la empresa puede estar vulnerando tus derechos. En ese escenario:

Varias sentencias recientes han reforzado esta idea: no basta con ofrecer un detalle alternativo. La decisión debe ser consensuada y, además, debe permitir que el trabajador elija libremente entre la cesta tradicional o la alternativa propuesta. Nada de imposiciones.

¿Y si la empresa ofrece una sustitución?

Es legal sustituir la cesta por otro obsequio sólo si existe acuerdo. Para los tribunales, lo importante es que el trabajador mantenga el derecho adquirido. Eso implica:

Si no hay acuerdo o no se ofrece elección, la empresa estaría incumpliendo la obligación de respetar las condiciones más beneficiosas ya consolidadas.

Cuando la empresa nunca ha dado cesta: ¿hay derecho?

En ese caso, no. Si no existe tradición ni práctica reiterada, no hay derecho adquirido y, por tanto, no puede exigirse. Su ausencia no constituye infracción alguna ni vulneración del Estatuto de los Trabajadores.

La cesta de Navidad puede parecer un simple detalle festivo, pero la realidad jurídica demuestra que, en muchos casos, forma parte de las condiciones laborales del trabajador. Si tu empresa la ha entregado de forma regular y este año desaparece sin aviso ni acuerdo, conviene revisar qué derechos te amparan antes de asumir la pérdida. La costumbre, cuando es firme, también protege.