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Psiquiatra y directora médica de Support de la Universitat Internacional de Catalunya

Dra. Montserrat Pàmias: «Un 5% de los niños en edad escolar puede tener un diagnóstico de TDAH»

"La base genética es la que más marca su desarrollo, ya que el peso genético que tiene este trastorno es de más del 80%"

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), define la Clínica Mayo, es un trastorno mental que comprende una combinación de problemas persistentes, como dificultad para prestar atención, hiperactividad y conducta impulsiva. 

El TDAH en los adultos puede llevar a relaciones inestables, mal desempeño en el trabajo o en el colegio, baja autoestima y otros problemas. Aunque se llama TDAH en adultos, los síntomas comienzan en la primera infancia y continúan en la adultez. En algunos casos, el TDAH no se reconoce ni se diagnostica hasta que la persona es un adulto. Los síntomas del TDAH en adultos pueden no ser tan claros como los síntomas del TDAH en niños. En los adultos, la hiperactividad puede disminuir, pero los problemas con la impulsividad, la inquietud y la dificultad para prestar atención pueden continuar.

Cada 13 de julio se celebra el Día Internacional del TDHA para sensibilizar y concienciar a la población mundial acerca de este trastorno crónico del desarrollo neurocognitivo, así como apoyar a las personas que lo padecen y sus familiares. OKSALUD entrevista a la Dra. Montserrat Pàmias, psiquiatra y directora médica de Support, la Clínica Universitaria de Psicología y Psiquiatría de la UIC Barcelona (Universitat Internacional de Catalunya) para saber por qué cada vez hay más diagnósticos.

PREGUNTA.- ¿Qué es el TDAH? 

RESPUESTA.- El TDH es un trastorno del neurodesarrollo que se detecta a lo largo del desarrollo del cerebro, sobre todo en la primera infancia, pero puede llegar hasta la edad adulta. Dentro de este tipo de trastornos los subsistemas de clasificación contemplan el autismo, el TDAH, la dislexia y otros tipos de trastornos con menos frecuencia como la discapacidad intelectual.

P.- ¿Cuál es la incidencia mundial de este trastorno? 

R.- El TDAH es un trastorno en el que hay un retraso del desarrollo de la capacidad atencional y de control motriz, y es algo relativamente frecuente. Hay distintas prevalencias en función de los países pero en Europa se estima que por lo menos 5% de los niños en edad escolar puede tener un diagnóstico de TDAH. En la edad adulta, este porcentaje llega al 2,5%

P.- ¿Cuándo se documenta el TDAH?

R.- Los síntomas pueden aparecer desde el nacimiento, pero para que realmente se diagnostique el TDAH tiene que haber disfunciones relacionadas a la edad biológica del niño, tiene que tener menos de 12 años cuando empieza a ser disfuncional. Esta disfuncionalidad se observa en: las dificultades para focalizar la atención, para mantenerla, para planificar y para organizarse. En el subtipo hiperactivo, la disfuncionalidad también implica dificultades para controlar el movimiento, la impulsividad y la conducta. Cuando todos estos síntomas son disfuncionales en relación a la edad de desarrollo del niño, es cuando se diagnostica el TDAH.

P.- ¿Cómo se diagnostica un TDAH?

R.- Se diagnostica por los síntomas clínicos, es decir, la expresión de las dificultades, el aprendizaje y la conducta que detectamos tanto en el niño como en las declaraciones recogidas a través de sus padres y de sus profesores. Existen cuestionarios que nos ayudan a poder hacer el diagnóstico que también se complementan con otras valoraciones más amplias de tipo neuropsicológico como son el test de inteligencia u otras variables neuropsicológicas. Pero el diagnóstico es clínico, los cuestionarios ayudan a mejorar el perfil de ese niño.

P.- Tenemos una percepción de incremento de su diagnóstico. ¿Es porque ahora se habla mucho más sobre trastornos del neurodesarrollo y del aprendizaje o es porque se evalúan a todos los niños que antes llamábamos «moviditos»?

R.- Es cierto que el incremento de prevalencia va ligado a un mejor diagnóstico del TDAH. Ahora hay mayor conocimiento de este trastorno por parte de los pediatras, por supuesto también por parte de psiquiatras, psicólogos y neurólogos. Además, es conocido por gran parte de la población que consulta a los expertos en cuanto detecta problemas de conducta y de aprendizaje.

P.- ¿Influyen «problemas» durante el embarazo y parto (fumar, beber o tomar drogas, infecciones, estrés, prematuridad ) en el posterior desarrollo de este trastorno?

R.- Sí, la principal causa del TDAH es genética, es decir heredamos de nuestros padres una predisposición y un riesgo de padecerlo, pero definitivamente, lo que más influye es la genética. Sin embargo también se han descrito otros factores que incrementan el riesgo de tener TDAH en el bebé como son consumir alcohol, tabaco y, sobre todo, drogas durante el embarazo. También hay otra serie de como podrían ser pasar por situaciones traumáticas muy graves y estresantes durante la gestación. En resumen, todo aquello que produce cambios a nivel hormonal y neuroquímico en la mamá durante su embarazo puede influir en el desarrollo final del cerebro, aunque insisto en que la base genética es la que más marca el desarrollo del TDAH ya que el peso genético que tiene este trastorno es de más del 80%.

P.- ¿Son los niños que sufren violencia o maltrato en la infancia más propensos a desarrollarlo?

R.- Sí, eso tiene que ver con dos cosas, uno es que los niños que tienen TDAH son movidos, impulsivos, y problemáticos debido a su propio TDAH, por lo que tienen más riesgo de que los castiguen y de que los maltraten. Por otro lado, sí que parece que en algunos maltratos, abusos o situaciones de negligencia muy graves durante la primera infancia se incrementa el riesgo de tener TDAH.

P.- ¿Hay diferencias entre sexos en la incidencia? ¿Y en su aparición?

R.- Sí hay diferencia. Las niñas con TDAH tienen mayor frecuencia de tener un tipo de déficit de atención sin hiperactividad y esto hace que sea más difícil diagnosticarlas y que la prevalencia sea menor. También las niñas con comorbilidad, es decir, enfermedades asociadas al TDH, padecen frecuentemente cuadros de ansiedad y depresión. En cambio los niños, como comorbilidad y cuadro asociado, tienen más problemas de conducta o de consumo de drogas. 

P.- ¿Tiene relación este trastorno con el uso abusivo de pantallas en la infancia?

R.- No tiene una relación directa pero sí es cierto que las personas con TDAH les cuesta mucho “frenar”. Por ejemplo, si cualquier persona va a  ver una película o un capítulo de una serie, puede decidir parar o dejar de verlo pero si se sufre TDAH esto es más difícil de ejecutar. Les cuesta mucho «parar» por lo que tienen un mayor riesgo de engancharse a las a las pantallas 

P.- ¿Es importante la detección precoz?

R.- Es crucial porque ayudará al niño a nivel psicológico de reeducación y farmacológico y esto puede hacer que ese niño tenga una vida completamente normal. Si no le ayudamos a tiempo o no lo diagnosticamos correctamente, no se puede establecer un plan de trabajo. Sin ese plan adecuado a sus necesidades el niño tendrá problemas con los aprendizajes, sufrirá fracaso escolar y problemas de conducta. Además, probablemente sufrirá rechazo por parte de sus compañeros debido a esa conducta impulsiva e irreflexiva que asimismo le puede implicar mayor riesgo de fracturas y de accidentes que a los otros niños.

P.- ¿Cómo influye en el fracaso y abandono escolar?

R.- El TDAH es una de las principales causas de fracaso escolar en nuestro país .Con lo cual una persona con una inteligencia normal pero que tiene una dificultad importante para focalizar la atención, para mantenerla, para organizarse y para planificar, puede acabar pensando que es incapaz que es inútil y dejar los estudios.

P.- ¿Cuál es el tratamiento del TDAH?

R.- El tratamiento tiene 3 patas. Por un lado es muy importante la adaptación académica, es decir, tener en cuenta que ese niño tiene dificultades para poder focalizar y mantener la atención y también para controlar el movimiento y adaptar tanto exámenes como estructuras académicas a esas dificultades. La segunda pata es el tratamiento psicológico, sobre todo en los niños, es muy importante que los padres aprendan a manejar esas dificultades para ayudarle a ser más eficiente y sobre todo no disminuir su autoestima. Y la tercera pata del tratamiento es el tratamiento farmacológico que tiene mucha evidencia y está estudiado desde hacía muchísimos años.

P.- ¿En cuántos adultos persiste pese a haber sido tratados?

R.- Normalmente si el tratamiento es completo, basado en las tres patas que he dicho y se lleva a cabo de una forma integral, el 90% de los pacientes cuando llegan a la edad adulta o a la Universidad, el tratamiento se puede quitar por completo o, al menos, reducirlo, aproximadamente se mantendría alrededor de 30%.